La Unión Europea antepone sus intereses de tipo
comercial, económico o migratorio a la defensa de
los derechos humanos en el norte de África.

- PARADOS MARROQUÍES.
La marcha popular convocada
por la Association Nationale des
Displomés Chomeurs du Maroc el
30 de octubre de 2009 fue
duramente reprimida. Foto: ANDCM.
En la agenda de la presidencia española
de la Unión Europea está prevista
la celebración de la primera
cumbre Marruecos-UE, que tendrá
lugar en marzo, la negociación para
la firma de un Acuerdo de Asociación
Avanzado con Túnez y el impulso
de las relaciones con Mauritania.
Los tres tienen en común que son
países del Magreb en que se violan
los derechos humanos, pero también
son tres países en los que la UE tiene
marcados intereses de tipo económico,
geoestratégico, migratorio, antiterrorista…
y, en consecuencia, unas
buenas relaciones con sus líderes.
De hecho, el 21 de diciembre,
Mauritania y la UE firmaban una declaración
por la que normalizaban
completamente la cooperación entre
ambas partes, suspendida tras el golpe
de Estado en Mauritania en 2008,
sin que parezca importar cómo llegó
al poder el actual presidente, ni que
se practique la tortura “de manera
habitual y sistemática” y se hayan
reprimido manifestaciones pacíficas,
según Amnistía Internacional (AI).
Porque la UE tiene un jugoso acuerdo
en materia de pesca, del que se
beneficia de manera prioritaria el
Estado español, y acuerdos para el
control de la inmigración.
Por su parte, Marruecos se convirtió
en 2008 en el primer país en firmar
un Acuerdo de Asociación Avanzado,
acuerdo que se quiere reforzar
durante la presidencia española para
“anclar aún más” las relaciones,
según Moratinos. De nuevo, los intereses
económicos, migratorios y geoestratégicos
prevalecen (ver DIAGONAL
nº 115). Mientras, la represión
en los territorios ocupados saharauis
se recrudece, la libertad de
expresión brilla por su ausencia
(dos directores, un periodista y un
caricaturista han sido condenados
en los últimos meses, tres periódicos
multados, se ha destruido la tirada
de dos periódicos y cerrado
otro) y la política antiterrorista se
usa para reprimir a opositores.
Igual ocurre en Túnez, un viejo
mercado para las empresas francesas
e italianas y un prometedor mercado
para España en el que, según
denuncia AI, “las autoridades siguen
llevando a cabo arrestos y detenciones
arbitrarios, permiten la tortura y
recurren a juicios sin las debidas garantías,
todo ello en nombre de la lucha
contra el terrorismo”, entre otras
violaciones que nunca afectan a las
relaciones comerciales con Europa.
DIAGONAL ha entrevistado a tres
representantes de organizaciones de
derechos humanos de estos países
del Magreb, invitados por Acsur-Las
Segovias, para obtener un panorama
de la situación en la zona.
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