Sueño con Islandia

No puede ser casualidad
que en el momento
cúspide de la estelar
comparecencia
conjunta de don Mariano y monsieur
Sarkozy, el sonido fallara repentinamente.
Ventrílocuos sin
voz, gesticulaciones mudas.
Metáfora algo más que exacta de la
afonía de lo político, que sucumbe
años ha al ruido ensordecedor del
techno-trash de los mercados.

01/02/12 · 16:03
Edición impresa

No puede ser casualidad
que en el momento
cúspide de la estelar
comparecencia
conjunta de don Mariano y monsieur
Sarkozy, el sonido fallara repentinamente.
Ventrílocuos sin
voz, gesticulaciones mudas.
Metáfora algo más que exacta de la
afonía de lo político, que sucumbe
años ha al ruido ensordecedor del
techno-trash de los mercados.

2012. Cuesta de enero anunciada.
En la radiografía de la tormenta que
se avecina, propósito del deslumbrante
plantel del nuevo ejecutivo
:
el chico de los recados de Lehman
Brothers en Economía, un traficante
de misiles tierra-aire en Defensa y
los supernumerarios del Opus Dei
en Interior. Actualizada unidad de
mercado en lo policial, que anula el
otrora destino en lo universal. Síntesis:
trágica alianza de Cánovas del
Castillo con Maldoff, Soros y Draghi
.
Transmutaciones transitorias.
1974. Londres. Al reportero de Reuters
que le requiere con que legitimidad
se constituye el nuevo
Gobierno franquista, Fraga Iribarne
–diplómata diplodocus– le vocifera
iracundo: “¡con la legitimidad de las
metralletas!”. 2012. Tras el autodescalabro
del PSOE, los Chicago boys
on the rocks
toman La Moncloa.
Ruido y algarabía, gritando la mala
nueva: “¡Con la legitimidad de los
mercados!”. Y de las metralletas,
pues también. Caldo doble.

Y vodevil paralelo. En el esperpento
de la izquierda (ir)real que sucumbe.
Drástica retrospectiva en lo
inequívoco de lo vivido. Que ZP llegó
retirando las tropas de Irak y
anunciando nuevos derechos. Y se
fuga, verba volant, acatando los
peores recortes antisociales desde el
final de la dictadura. Regalando Rota
a los americanos
pasándose el referéndum
de la OTAN por el Arco
de las Autoderrotas. Y, guinda para
Guindos, indultando por el morro al
vicepresidente del Banco Santander
.
Y aquí paz y después tortas.

2012, sí. Celtibérica letanía neoliberal.
Cuando la hoja de ruta ya está
trazada. CiU, alumna aventajada de
Rottenmeyer Merkel, ya diseña los
patrones a gusto del patrón. Año I
de Artur Mas el Menos: 3.000 millones
en recortes sociales. Año II, el
que concurre: subida multilateral del
precio de la vida disparada contra la
población civil. Tras las tijeras de los
recortes, el tiempo de los atracos.

Patológica neurosis de obsesión
compulsiva con la deuda: que más
da que el fraude fiscal catalán ascienda
a 16.000 millones. Y aún así,
de la resaca de 2011 quedan tres frases
que rezuman nueva consciencia
social rehabilitada. Primera indignada,
de pintada en la calle: nunca tan
pocos robaron tanto a tantos en tan
poco tiempo
. Segunda, en palabras
de Stiglitz y Akelog, ambos dos
Nobel de Economía: “es imposible
resolver la crisis económica mientras
los criminales que cometieron
el fraude masivo no estén en la cárcel”.
Y tercera, Slavoj Zizek en Wall
Street, que es como decir en Sol o en
Plaça Catalunya o en cualquier tangente
de la esperanza habitada:
“todo lo que digamos ahora nos lo
podrán quitar, todo menos nuestro
silencio”. Silencio fértil, que no
sepan que va pasar, anunciando
desobediencias. Viremos a
Islandia y, salvando las distancias,
aproximémonos a las cercanías.
Alternativa Reikiavik. Donde han
descodificado el quid –que estamos
en manos de delincuentes– y
han clarificado el cómo.

Islandia, espejo y horizonte: allí
dónde se han negado a pagar deudas
ajenas vía referéndum popular;
donde encarcelan a los banqueros
cleptómanos; y donde están procesando
a los ministros cómplices.

Claro que sueño con Islandia. Y veo
a Botín entre rejas, al BBVA descalabrándose
y a unos cuantos ministros
–a parte de Camps y Matas– en
el banquillo de los acusados. Como
para no soñar con Reikiavik. 2012,
claro que sí: Islandia o muerte.

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comentarios

0

  • |
    Egosum
    |
    Sáb, 05/12/2012 - 09:00
    Y dale. No extendáis más el mito de Islandia que no cuela. Los banqueros están en la calle y la deuda siguen pagándola. En cuanto a la reforma de la Constitución, está bloqueada.
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