Puñetazo sobre la mesa electoral

El autor analiza la posibilidad de construcción de una referencia electoral que transforme en poder político la contestación social expresada en los últimos meses, una fuerza capaz de recoger el descontento y convertirlo en poder político pero que contemple la radicalidad democrática, la inteligencia política, la capacidad de innovación y generosidad que está mostrando la sociedad en movimiento, sin pretender representarla en términos clásicos.

, Participante en iniciativas ciudadanas, algunas más clásicas e institucionales que otras
26/12/12 · 16:02
Edición impresa

Los procesos en Amé­rica La­tina en los últimos años, más recientemente el papel y las posibilidades de Syriza en Grecia, y últimamente la irrupción de las CUP en el Parlamento catalán, han estimulado el debate sobre las posibilidades de construir alternativas políticas desde la izquierda transformadora y los movimientos sociales.

Evidentemente, la apuesta choca con numerosas dificultades. Una de ellas es la tentación de calcar experiencias que son ilusionantes, pero irrepetibles. Esto es obvio para la situación en América Latina, pero tampoco la experiencia griega parece calcable por razones históricas, de composición de la sociedad y de composición política de la propia izquierda de aquel país...

La experiencia de las CUP, más inmediata, en principio, además de tener en el hecho nacional uno de sus motores, cuenta con una trayectoria de más de treinta años de experiencias municipalistas. Y es que la cuestión territorial no puede ser pasada por alto en ningún caso cuando hablamos de construir alternativas políticas en el Estado español –como queda claro con las experiencias vascas, de Andalucía, Galicia o Cata­lunya–. Sin embargo, la potente y novedosa emergencia de movimientos sociales radicalmente democráticos, con una capacidad de movilización social e innovación política inédita en los últimos 40 años, dibuja otro de los contornos –quizás el más interesante– entre los que debería situarse la construcción de una referencia electoral que transforme en poder político la contestación social expresada en los últimos meses.

De otro lado, pretender que los movimientos se estructuren y conviertan en opción política entendida de manera clásica sería un error. Sin la sociedad movilizada, fiscalizando la actividad institucional, cualquier opción electoral fracasaría como posibilidad de hacer política de otro modo.

Pretender que los movimientos se estructuren y conviertan en opción política entendida de manera clásica sería un error Una iniciativa electoral de este tipo no debería pretender actuar como una metonimia de los movimientos –nombrando a la parte por el todo– sino como una analogía de estos en el ámbito institucional. Como dicen desde la CUP, no representan a los movimientos, sino que se sienten representados por estos. En el otro lado cabría situar a quienes torpemente se presentan como aspirantes a ser la referencia electoral del 15M.

Es preciso inventar una fuerza capaz de recoger el descontento y convertirlo en poder político para enfrentar en todos los ámbitos la ofensiva del proyecto hegemónico. Es preciso hacerlo con la radicalidad democrática, la inteligencia política, la capacidad de innovación y generosidad que está mostrando la sociedad en movimiento, sin pretender representarla en términos clásicos. Se trata, al contrario, de extender la lógica de la participación al terreno de la representación. Se trata, en buena medida, pero no sólo, de sumar y extender el espacio político de la izquierda transformadora hacia su vertiente democrática, rupturista, novedosa, y no de fragmentarla. Es imprescindible contar con quien ya está ocupando parte de ese espacio y sin duda constituye una parte estructurada, organizada, con ciertos recursos y un importante peso específico. Evidente­mente me refiero a IU. Desde luego, no es por si sola lo que necesitamos, pero lo que necesitamos no es posible sin IU.

Para terminar, señalar que por sus características, el ámbito local es el que en mayor medida facilita emprender este camino: por la cercanía de los temas que le competen, las instituciones que lo conforman, etc. En Madrid, la potente respuesta ciudadana a las políticas del PP y la relativa lejanía de las próximas elecciones –entre otras cosas– nos brindan la oportunidad de preparar un puñetazo encima de la mesa electoral. Si el conjunto de las fuerzas políticas de izquierda transformadora son capaces de ponerse de acuerdo en impulsar, junto a gentes de los movimientos sociales, un proceso democrático de conformación de listas y programas para concurrir de manera unitaria a los próximos comicios municipales y autonómicos. Si trabajamos siguiendo el ejemplo de unidad en torno a problemáticas concretas que ya se ha puesto a prueba desde las diferentes “mareas ciudadanas”, podremos concretar esa oportunidad.

Tags relacionados: Número 188 15M Elecciones
+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

Tienda El Salto