Privilegios masculinos

IGUALDAD, GÉNERO Y GRUPOS DE HOMBRES
Tras la eclosión del feminismo en los ‘60, en las décadas
siguientes surgieron grupos de hombres donde
éstos podían replantearse su rol social. Hay, ante la
violencia de género, instituciones y medios de comunicación
que apoyan iniciativas de hombres contra las
agresiones. Publicamos unas reflexiones sobre ello.

29/12/08 · 17:30
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La mayoría de los varones
que conozco, de muy diversa
edad y condición,
afirman que las mujeres en
España, en estos momentos, tienen
prácticamente las mismas oportunidades
que los hombres para
hacer lo que quieran.

Esta opinión refleja una resistencia
profunda, consciente o inconsciente,
a reconocer que todos los
hombres tenemos privilegios odiosos
(según el D.R.A.E., “que perjudican
a otros”) por el simple hecho
de ser hombres. O, dicho de otra
forma, que en un mundo de supremacía
masculina o patriarcado,
hay cosas de las que disfrutamos
todos los hombres que son injustas
porque las conseguimos a costa de
y en perjuicio de las mujeres. Muchas
de esas ventajas las disfrutamos
independientemente de que
las queramos o no y se superponen
a otros tipos de privilegios que
cada uno puede tener por su procedencia,
extracción social, etc.

Hay abundante literatura al respecto,
no sólo especializada sino
también de divulgación, de forma
que quien no se haya enterado de
los múltiples mecanismos sociales y
habilidades aprendidas –perfeccionadas
durante siglos– que nos permiten
a los hombres mantener la
supremacía y sacar ventaja de la
misma es porque no quiere.

Aunque los hombres no seamos
culpables de haber heredado esos
privilegios, sí somos responsables
de lo que hacemos con lo que
hemos recibido. Y esa responsabilidad
empieza por reconocer la propia
situación de privilegio odioso. Y
continúa por tratar de cambiar las
cosas (re)nunciando a las ventajas
injustas que se pueda y (de)nunciando
públicamente aquellas otras
de las que nos beneficiaremos de
todas maneras. La renuncia supone
asumir preocupaciones y tareas no
deseadas, perder poder, dinero, posición
social y laboral. Y la denuncia
comprometida seguramente
puede implicar serios problemas
con muchos otros hombres.

Lo anterior no supone una nueva
edición de la típica actitud heroica
varonil para salvar a las mujeres.
Las mujeres están hartas, con razón, de hombres salvadores que
hagan las cosas ‘por ellas’ y, por
otro lado, han demostrado y siguen
demostrando que se pueden
salvar perfectamente por ellas
mismas. De lo que se trata es de
que los hombres, cada hombre,
nos salvemos a nosotros mismos
de nosotros mismos. Simplemente,
que cada hombre asuma su
responsabilidad de ser una persona
decente. Y en ese camino
podremos llegar a converger y
compartir la vida en términos de
relación verdaderamente humana
con las mujeres concretas que
nos rodean, si ellas quieren, lógicamente.

Ese cambio personal tiene
consecuencias políticas, quizá
tan importantes como muchas
leyes que se puedan promulgar.
No sólo estaremos dinamitando
por su base el sistema de supremacía
masculina y su implícita
violencia de género, sino que a la
vez estaremos haciendo más fácil
y menos traumática, para
hombres y mujeres, la liquidación
de ese sistema y la transformación
social que necesitamos.

Mi objetivo al escribir estas líneas
era poner de manifiesto la
injusticia básica en la que se
asienta nuestra vida de acomodados
varones y la deshonestidad
que supone no reconocerlo
y no hacer nada por cambiar esta
situación. Con los progresos
que han significado la ley de
igualdad y mejoras anteriores,
mucha gente (especialmente
hombres) no admite que la española
siga siendo una sociedad
profundamente sexista y que el
sexismo produzca efectos perjudiciales
concretos y cotidianos
en la vida de las mujeres.

Es hora de mirar la realidad
cara a cara. Los hombres tenemos
la obligación ética de comprometernos
en la ruta de la igualdad.
Por supuesto, es necesario estimular
el cambio ‘desde fuera’, con leyes,
medidas políticas y campañas
de comunicación. Pero el verdadero
cambio tiene que venir de dentro
de cada uno y por cada uno.

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