Pornografía infantil, fantasía y consumo

, Colectivo feminista Las Tejedoras
13/11/08 · 0:00
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En el artículo de Debate titulado
Pornografía y Net-
Inquisición, que quizá debería
llamarse Pornografía
Infantil y Net-Inquisición, del anterior
número de DIAGONAL, se mencionan
temas reales que sin duda son
preocupantes. Entre ellos el creciente
control policial de las actividades
de los/as ciudadanos y ciudadanas o
la doble moral con la que se considera
que unos delitos son ‘malos’ y
punibles mientras otros se ocultan,
estando ambas maniobras, la de señalamiento
y la de ocultación, íntimamente
relacionadas. Pero la pornografía
infantil no es el marco adecuado
para analizar estos temas y el
hecho de haberlo elegido termina
conduciendo a puntos que consideramos
inaceptables y sobre los que
es necesaria algo más de reflexión.

Dice el artículo que “la contemplación
masturbatoria de un hombre,
una mujer o un menor, mientras se
practique en privado no implica otra
falta que la que la moral y la tolerancia
que cada uno le quiera atribuir”.
Pero no se habla más adelante en el
texto de fantasía íntima y privada sino
de fotos y vídeos que para ser elaborados
han precisado de la participación
de niños y niñas. En cualquier
caso, ésta se habrá producido sin
consentimiento (no se puede ejercer
derecho de elección en un caso de
tan gran desequilibrio de poder). Nos
preguntamos si el consentimiento del
otro o de la otra no es necesario para
que su cuerpo sea expuesto a esta
“contemplación masturbatoria”, y si
el hecho de que un niño o niña no
pueda negarse por la evidente diferencia
de poder entre él/ella y el adulto
no tiene importancia. Sin olvidar
que la persona que consume el producto
también lo hace sin el consentimiento
del niño o niña.

El feminismo lleva muchos años
cuestionando esa división entre lo
público y lo privado, y sacando a la
luz aquellas situaciones de desigualdad
y violencia que se perpetuaban
al no considerarse objeto de la intervención
de la sociedad. El abuso de
un o una menor es una clara vulneración
de los derechos humanos amparada
en la desigualdad de poder
respecto a las personas adultas, no
una cuestión privada en la que nadie
debe intervenir. Las relaciones de poder
en la intimidad no se pueden permitir
por el hecho de que no se den a
plena luz del día en la vía pública.

El autor está en contra de que el
delito sea distribuir la imagen de un
delito, y lo equipara a distribuir imágenes
sobre accidentes de tráfico o
a comprar pisos en edificios que violen
la Ley de Costas. Olvida que los
accidentes de tráfico no se realizan
para que otro los vea y los disfrute,
como sí es el caso de la pornografía
infantil. La razón de ser de los accidentes
no es el disfrute de un tercero,
mientras que sí lo es en el abuso
de menores con fines pornográficos.
Y quienes compren un piso en
zona no urbanizable, conscientes
de ello, evidentemente también tienen
una responsabilidad y deberían
ser sancionados.

Respecto a otros ejemplos que se
utilizan, como el hecho de que todo
el mundo debería ser juzgado por
consumir Coca-Cola o gasolina, sólo
podemos decir que es evidente que
el modelo capitalista no funciona,
que sólo genera desigualdad y sufrimiento,
y que por eso estamos en
contra y buscamos alternativas de vida
y consumo. Pero no puede servir
eso para justificar otros abusos de
poder y formas de violencia.

Insistimos en que es verdad y nos
preocupa el control de las personas
por parte del Estado y sus fuerzas represivas
así como la selección de qué
realidades se muestran públicamente
y cómo se manipula la opinión pública.
Pero tengamos también cuidado
con las maneras en que el patriarcado
se va amoldando a los nuevos
tiempos. Antes se decía que no había
que entrar en la vida privada de las
familias y de su hogar, y ahora se defiende
que no hay que entrar en la
privacidad de los discos duros, independientemente
del abuso que se esté
cometiendo. Podemos encontrarnos
con argumentos aparentemente
liberadores contribuyendo a perpetuar
las relaciones de poder sobre
mujeres, niños y niñas.

Tags relacionados: Coca-Cola pornografía Feminismos
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