Uno de los grandes propósitos de
la Carta de Naciones Unidas es el
mantenimiento de la paz duradera
gracias a “la cooperación voluntaria
de todos los pueblos libres”
(Londres, 1941). Pero, ¿existe
esa libertad? ¿Qué significa la
ONU actualmente? ¿No es una
forma de poner una careta o la excusa
perfecta para justificar misiones
militares?
Uno de los grandes propósitos de
la Carta de Naciones Unidas es el
mantenimiento de la paz duradera
gracias a “la cooperación voluntaria
de todos los pueblos libres”
(Londres, 1941). Pero, ¿existe
esa libertad? ¿Qué significa la
ONU actualmente? ¿No es una
forma de poner una careta o la excusa
perfecta para justificar misiones
militares?
Con motivo de la Cumbre Iberoamericana
de Salamanca del próximo
octubre, DIAGONAL dedica
su sección Especial a las relaciones
entre el Estado español y Latinoamérica,
en una situación de globalización
planetaria que hace que
esas relaciones se basen prácticamente
en cuestiones económicas y
comerciales. Es lo que se desprende
de la historia reciente, como explica
el artículo de Marc Gavaldá
“Transnacionales españolas recolonizan
América Latina”. Con estos
antecedentes, no es descabellado
suponer que la cumbre servirá al
Gobierno español para lavar su
imagen sin variar un ápice su respaldo
a las empresas que obtienen
cada vez más tajada del desmantelamiento
de los servicios públicos.
Es decir, buenas palabras, buen talante
y muchos contratos o compromisos
de neocolonización española.
La ONU aquí no dice nada. En
esa zona del mundo (como en casi
todas partes) mandan más las siglas
del Banco Mundial, del Fondo
Monetario Internacional o de la
Organización Mundial del Comercio.
El neoliberalismo más salvaje
sigue arrasando.
De puertas hacia dentro, las políticas
de Zapatero se benefician todavía
de la burbuja de bienestar
que corresponde a un país de la
Unión Europea. A pesar de esto, el
llamado “déficit sanitario” se cubrirá-
y solo en parte- con impuestos
sobre el consumo y no sobre la renta,
y la educación pública está pendiente
de una sustancial mejora
presupuestaria.
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