Nuevos tiempos para la Izquierda Abertzale

En breve se cumplirán dos años del inicio de la nueva era de la Izquierda Abertzale. En estos dos años hemos asistido a un ciclo electoral completo, a falta de las europeas, en el que la IA ha vuelto a las instituciones y se ha constituído como la segunda fuerza política en Euskal Herria pisando los talones al PNV y asumiendo gobiernos importantes como la Diputación de Gipuzkoa.

, Doctoranda en Ciencias Políticas por la UPV-EHU
22/02/13 · 13:07

En breve se cumplirán dos años del inicio de la nueva era de la Izquierda Abertzale. En estos dos años hemos asistido a un ciclo electoral completo, a falta de las europeas, en el que la IA ha vuelto a las instituciones y se ha constituído como la segunda fuerza política en Euskal Herria pisando los talones al PNV y asumiendo gobiernos importantes como la Diputación de Gipuzkoa.

A pesar de ello, el proceso de normalización no está completo: la IA requiere de una formación política propia y renovada. En estos últimos meses, se ha llevado a cabo el proceso de constitución de la nueva formación Sortu, cuyo primer congreso tendrá lugar el próximo día 23. Por supuesto, la IA no es nueva en el mundo institucional, a sus espaldas tiene tres décadas de experiencia, aunque los ocho años de ilegalización y el contexto de crisis actual plantean importantes retos a la recién nacida formación.

La IA supone una realidad un tanto distinta a la de otras formaciones de izquierdas en el Estado. Su condición de brazo institucional del MNLV, como movimiento político y social mayor que lo engloba, ha generado siempre una tensión no del todo resuelta a la hora de definirse como partido político. Esta tensión se intensificó en el contexto de ilegalización: por un lado, la necesidad forzada de hacer política desde fuera de las instituciones; por otro, el surgimiento de nuevas experiencias, sobre todo a nivel municipal fruto de la necesidad de presentar las llamadas “listas blancas”, lo que abrió la puerta a gente procedente de otros ámbitos con formas y trayectorias distintas.

Los ocho años de ilegalización y el punto de partida marcado por una situación de derrota militar pero también política, no han pasado en vano Con el proceso de legalización y de constitución de Sortu, la necesidad de definición se ha vuelto a poner encima de la mesa. Esta vez pero, sin poder perder de vista el contexto actual de crisis y descredibilidad política, aunque en Euskal Herria éste sea un tanto distinto. Los ocho años de ilegalización y el punto de partida marcado por una situación de derrota militar pero también política, no han pasado en vano.

Mientras en el Estado la desafección hacia el sistema político crece y se empiezan a vislumbrar alternativas políticas reales a nivel institucional, como las CUP en Catalunya, en EH parece que el proceso es, de momento, a la inversa. Mientras la gente tomaba las plazas un 15M, aquí se celebraba que después de ocho años una importante parte de la sociedad vasca podía, por fín, verse representada en las urnas.

Es así como en el Estado, en un contexto de creciente descredibilidad de los partidos, empiezan a surgir nuevas formas de participación electoral que suponen la entrada en el escenario político de nuevos actores. Sin embargo, el proceso constituyente de Sortu nos lleva a pensar que, aquí, se están asumiendo, por lo menos en las formas, los principios clásicos de partido político.

No hay que negar que en estos dos años se ha hecho una apuesta por abrir espacios de participación y se ha experimentado con nuevas formas de hacer política sobre todo a nivel municipal. A ello se le suma la ilusión y la capacidad de trabajo. Aún así, la apuesta es tímida. Además, a las carencias propias de haber permanecido años fuera del ámbito institucional y al camino de legitimación de las instituciones a la inversa, se le suma un movimiento social debilitado por la situación de represión sufrida, lo que pone en entredicho la capacidad de la base social para ejercer su correspondiente papel de presión, tanto hacia las instituciones como hacia la propia formación política.

Quedará por ver si, a pesar de ello, la constitución de Sortu se traducirá en nuevas formas de hacer política y en políticas públicas mucho más inclusivas y plurales, primando la participación ciudadana y capaces de dar alternativas al momento de crisis económica, ecológica, social y política que en el que nos encontramos. Si se tomarán en cuenta los aprendizajes del contexto de ilegalización y si antes de que acabe el siguiente ciclo electoral, el movimiento social se reactivará cumpliendo su función.

Tags relacionados: Bildu Estado español Euskadi Sortu
+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

Tienda El Salto