Modos de entender la democracia

Bajo el torbellino de noticias que atosiga la actualidad política española, comienza a siluetearse un conflicto de amplio calado entre dos modos de entender la democracia: la ‘democracia-ficción’ instaurada con ocasión de la Operación Transición y la ‘nueva democracia’ que está surgiendo entre el fragor de las mareas ciudadanas y la apatía de una ciudadanía que aprecia con creciente hastío cómo la primera se anega entre los escándalos de corrupción y la inacción de los partidos tradicionales.
 

, Profesor universitario y analista
26/06/13 · 7:12
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Bajo el torbellino de noticias que atosiga la actualidad política española, comienza a siluetearse un conflicto de amplio calado entre dos modos de entender la democracia: la ‘democracia-ficción’ instaurada con ocasión de la Operación Transición y la ‘nueva democracia’ que está surgiendo entre el fragor de las mareas ciudadanas y la apatía de una ciudadanía que aprecia con creciente hastío cómo la primera se anega entre los escándalos de corrupción y la inacción de los partidos tradicionales.
 

"todo parece indicar que ya ha llegado demasiada sangre al río y que el desprestigio de las instituciones seguirá avanzando"

La primera es una democracia caduca que tiene probablemente los días contados. La segunda es una democracia emergente, cuyos estertores de parto se advierten en los voceríos de las plazas que ocupan los ‘indignados’. Y en la extensión de esta última categoría que presagia la constitución como ‘clase para sí’ de los componentes de esas mareas que hoy confluyen en el gran movimiento ciudadano. El pánico que dicha emergencia provoca entre los integrantes de la primera forma de democracia se mide en su insistencia en que los miembros más significativos de la segunda se integren entre sus filas. Y ello partiendo de su convicción de que tal integración equivaldría a su disolución. Exactamente igual que los partidos “reformistas” o incluso “revolucionarios” del arco parlamentario se han ido integrando en los moldes de aquella democracia-ficción, a veces pese a los buenos deseos de tantos militantes honestos.

Pero esa integración no va a ser sencillamente posible. La sociedad española, a través de todos sus estamentos, está acumulando tantos desengaños frente a la clase política representante de aquella democracia-ficción que cualquier intento en ese sentido está condenado de antemano. Los más ingenuos o los más avispados de esa clase política desprestigiada confían en que, cuando llegue el próximo ‘clima electoral’, las aguas volverán a su cauce. Aun­que no hay que descartar de entrada ninguna eventualidad, todo parece indicar que ya ha llegado demasiada sangre al río y que el desprestigio de las instituciones seguirá avanzando, al menos hasta que una mejora económica de algún tipo consiga paliar, y con ello disimular, la crisis sistémica que estamos viviendo.

Provocar el parto

Frente a esa eventualidad, hay que pisar el acelerador, utilizando si es preciso el fórceps, para alumbrar esa nueva forma de entender la democracia que está emergiendo ante nuestros ojos. Que nadie piense que esta va a brotar ensamblada de una vez por todas, como una Venus surgiendo de las olas. Antes al contrario, habrá que provocarla a fuerza de avances y retrocesos. Habrá que ir perfilándola con la contribución de todos, exactamente igual que un pintor va dando forma al cuadro corrección tras corrección, pincelada tras pincelada.

Pero el conflicto entre estos dos modos de entender la democracia es ineludible. En su base está el hecho de que la democracia-ficción se halla al servicio de la ínfima minoría que maneja desde la sombra las finanzas mundiales y que constituye hoy la verdadera clase dominante. Y ésta es la razón de fondo de que el resto, que somos casi todos, estemos propiciando, sin ser conscientes de ello tal vez, otra forma de entender y practicar la democracia.

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comentarios

1

  • |
    ignacio
    |
    Jue, 06/27/2013 - 12:06
    Existe un gran deseo de poder vivir en paz; sin sobresaltos de corrupción, ni de manejos, ni de despilfarro. La gente quiere preocuparse de su trabajo y de su familia. Desea que no le calienten la cabeza y tener que estar buscando soluciones cuando si cumples la ley y votas &iquest;por qué tengo que dedicar más tiempo de lo debido?. Una pequeña parte, por edad o por experiencia va más allá y es consciente que no basta con sólo votar; es necesario participar en la vida civil. Los que vivimos la transición, viendo como unos pocos salíamos a la calle, nos pegaban, nos encarcelaban o mataban a nuestros compañeros, sufrimos un fuerte golpe emocional cuando la UCD&nbsp;ganó y posteriormente el PSOE. Hemos seguido actuando y participando, pero la experiencia de un país, no es sólo puntual. En 1812 surgió la pepa y posteriormente el Deseado dio un golpe de timón...en la república y despues el golpe de timón...la transición y ahora el golpe de timón... el 15-M y...EL PUEBLO ESTA DIVIDIDO Y MIENTRAS LOS CONSERVADORES TIENEN UNA ESTRUCTURA ORGANIZATIVA BASADA EN EL DINERO Y EL &quot;PULPITO&quot;, LOS PROGRESISTAS ES UN CÚMULO DESORGANIZADO. Poco futuro, salvo el deseo, queda a esta sociedad, que como decía Machado: de 10 cabezas nueve embisten y una piensa.<br /><br />
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