Marejadilla electoral

Me piden que contribuya a la reciente discusión que se ha abierto en este periódico sobre la cuestión electoral, cosa que acepto con mucho gusto.

, Militante social, ensayista y profesora de Filosofía
22/07/13 · 16:38
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Me piden que contribuya a la reciente discusión que se ha abierto en este periódico sobre la cuestión electoral, cosa que acepto con mucho gusto. En ella se han manifestado diversas posiciones: hay quien entiende, como Án­gel Calle, que estamos ante una nueva transición, la cual abre una bifurcación entre quien apueste por apuntalar lo que se está cayendo y quien lo haga por una decidida radicalización, en la que tal vez entren los que llama partidos-ciudadanía. Hay quien, como Tomás Rodríguez Villasante, ve una serie de inconvenientes en que un movimientos social, como el 15M, se deje atrapar en la dinámica de las elecciones, sin renunciar por ello a controlar a los políticos. Por último, Carlos Taibo se inclina por ir construyendo ya los espacios de autonomía y manifiesta una profunda desconfianza de los partidos, inclusive los de izquierda.

Coincidiendo en algún punto con todos ellos, la pregunta para mí se plantea en otros términos: denunciamos a las actuales instituciones políticas a escala local, regional, nacional y europea como instituciones zombies, es decir, instituciones apegadas al poder y nada dispuestas ni a mezclarse con los ciudadanos y ciudadanas, ni a escuchar las propuestas o las críticas que provengan de ellos y ellas. Son instituciones secuestradas por redes de poder económico-político a las que no se atreven a desafiar. Pero si esto es así, si tenemos razón en esta evaluación, no tiene mucho sentido pujar por obtener un puesto en unas instituciones cuya lógica no podremos cambiar si no obtenemos una mayoría considerable.

Pero aún en ese caso el aspecto más relevante para mí sigue siendo el del ‘cómo’, el modo de proceder. Entiendo que la cercanía al 15M de las diversas candidaturas que decidan presentarse debería manifestarse no sólo en el programa, cuánto en el modo: ¿cabría elegir los candidatos de modo abierto en asambleas ciudadanas?, ¿establecer criterios de periodicidad limitada?, ¿fijar formas de control real sobre la práctica política de modo que las asambleas ciudadanas que elijan a los candidatos pudieran hacerlos dimitir si incumplen lo prometido?, ¿limitar los honorarios de modo que el excedente revierta en las propias asambleas?, ¿exigir rendimientos de cuentas periódicos a los diputados en el marco de dichas asambleas abiertas? Esta cuestión es prioritaria: si nos involucramos en la pelea electoral será para desbordarla, para poner de relieve que no cesamos en el empeño de cambiar las relaciones de poder a nuestro favor. Si actuáramos de este modo podríamos tratar el espacio institucional-electoral como un nuevo espacio para el movimiento, sin perder de vista que un movimiento social tiene una lógica distinta de la lógica electoral y que, por consiguiente, nada de lo que, a nivel electoral, ocurra dice nada sobre el movimiento. “Somos irrepresentables”, se decía en las plazas, y seguimos siéndolo.

Pasmoso prodigio

Un argumento a favor de participar en las campañas electorales que se ha hecho valer históricamente repetidas veces es el de que ofrecen momentos de movilización ciudadana que no cabe desaprovechar. Sin embargo, no cabe olvidar que las legislaciones electorales realizan el pasmoso prodigio de encorsetar la expresión popular de tal forma que no pueda desestabilizar los equilibrios existentes o de que, si lo consigue, los reglamentos institucionales a que deben someterse los elegidos, las agendas repletas y la rutina parlamentaria anulen el deseo de transformar las reglas que los recién elegidos pudieran llevar con ellos.

Puesto que en cualquier caso nuestro objetivo tiene que ser rebasar la maquinaria electoral, ¿se nos ocurrirá algún procedimiento con el que desbordar los estrechos códigos electorales pensados para que se camufle la voluntad popular? Creo que es ahí donde se esconde el reto: no se trata de ocupar los espacios subalternos que puedan estar previstos para nuestras opciones sino de desafiar el sistema de representación exigiendo que se adecúe y que respete las nuevas formas de democracia directa que ya estamos practicando.

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comentarios

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    Gerhard
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    Vie, 08/02/2013 - 15:43
    Creo que JL Moreno Pestaña lleva un tiempo trabajando (desde la emergencia del 15m) sobre las asambleas, lo político,  la democracia y en ese sentido nos propone recuperar el SORTEO de la democracia ateniense como dispositivo de participación política. Aporta unas reflexiones muy interesantes al respecto, trata de ir más allá de Foucault apoyándose en el mismo y en ese sentido creo que leerlo nos ayuda a afrontar  la pregunta que lanza Montserrat Galcerán ... se nos ocurrirá algún procedimiento con el que desbordar los estrechos códigos electorales? Aquí dejo un post para aquellxs personas que les interese http://moreno-pestana.blogspot.com.es/2013/07/sobre-el-sorteo-v-parece-que-no-ha.html
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    David
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    Vie, 07/26/2013 - 11:58
    "¿cabría elegir los candidatos de modo abierto en asambleas ciudadanas?" Por distritos electorales: un distrito, una asamblea, un representante. "¿establecer criterios de periodicidad limitada?" cada distrito tendría autonomía para marcar la duración de su representación. "¿fijar formas de control real sobre la práctica política de modo que las asambleas ciudadanas que elijan a los candidatos pudieran hacerlos dimitir si incumplen lo prometido?" Sí,eso se llama MANDATO IMPERATIVO. "¿limitar los honorarios de modo que el excedente revierta en las propias asambleas?" el sueldo del representante del distrito/asamblea lo paga el distrito/asamblea, no el Estado ni el Partido.El que paga manda. "¿exigir rendimientos de cuentas periódicos a los diputados en el marco de dichas asambleas abiertas?" el control sería permanente y cotidiano por parte de los ciudadanos del distrito. "Esta cuestión es prioritaria: si nos involucramos en la pelea electoral será para desbordarla, para poner de relieve que no cesamos en el empeño de cambiar las relaciones de poder a nuestro favor." Acabar con el sistema electoral proporcional de la partitocracia y avanzar hacia uno mayoritario,de distrito uninominal ,con mandato imperativo, en el que sean los ciudadanos, y no los partidos, los que sean representados.
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    Melchor
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    Lun, 07/22/2013 - 19:46
    Llamadlo como queráis (red ciudadana, movimiento de movimientos, organización horizontal, asamblea de asambleas, enjambre, rizoma, wikigobierno, frente popular, espacio alternativo o perrito caliente), pero ese movimiento que se presenta a las elecciones pero dice no ser un partido, acabará convirtiéndose exactamente en eso, en un partido político. Por muy listos e idealistas que sean sus Volvemos a caer en las mismas historias una y otra vez. No cambias las instituciones participando, son ellas las que te cambian a tí.
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    SargondeAcadia
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    Lun, 07/22/2013 - 18:02
    <em><strong>&iquest;se nos ocurrirá algún procedimiento con el que desbordar los estrechos códigos electorales pensados para que se camufle la voluntad popular?</strong></em> Me pregunto si la autora conoce el proyecto de la red ciudadana Partido X porque es lo que parece que está pidiendo a gritos en algunos párrafos. Toda la info a partir de aquí (algunos enlaces) <a class="moz-txt-link-freetext" href="http://partidodelfuturo.net/">http://partidodelfuturo.net/</a> <a class="moz-txt-link-freetext" href="http://youtu.be/90deuJiQfTw">http://youtu.be/90deuJiQfTw</a> <a class="moz-txt-link-freetext" href="http://partidodelfuturo.net/programa/">http://partidodelfuturo.net/programa/</a> <a class="moz-txt-link-freetext" href="http://youtu.be/g5n3mkLi2qo">http://youtu.be/g5n3mkLi2qo</a> <a class="moz-txt-link-freetext" href="https://www.facebook.com/PartidoXPartidodelFuturo">https://www.facebook.com/PartidoXPartidodelFuturo</a> <a class="moz-txt-link-freetext" href="https://twitter.com/Partido_X">https://twitter.com/Partido_X</a> &nbsp;
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