Demasiadas preguntas

Intemperies. Debate abierto, en vena e irresuelto. Desenfoque y encuadre. ¿Cuál es la experiencia vivida desde la CUP en relación a las vías electorales e institucionales? Aún hoy, a pesar de la irrupción en el Parlament de Cata­lunya en 2012, la base del proyecto de la izquierda independentista sigue pivotando en el municipalismo alternativo, radical y transformador en base a prácticas asamblearias, de autogestión y autoorganización.

, Diputado electo por la CUP
06/08/13 · 7:18
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Intemperies. Debate abierto, en vena e irresuelto. Desenfoque y encuadre. ¿Cuál es la experiencia vivida desde la CUP en relación a las vías electorales e institucionales? Aún hoy, a pesar de la irrupción en el Parlament de Cata­lunya en 2012, la base del proyecto de la izquierda independentista sigue pivotando en el municipalismo alternativo, radical y transformador en base a prácticas asamblearias, de autogestión y autoorganización. Más todavía, respecto a las dudas acumuladas: la decisión celérica de concurrir al Parlament –tomada en apenas tres semanas de vértigo– respondía más al ciclo político catalán que a un debate profundo con conclusiones diáfanas. Sobre todo cuando lo electoral puede resultar perverso, convertirse en metonimia partitocrática y derivar en maquinaria de mercadotecnia electoral. Primer apunte. Memoria-antídoto: no repetir ni los errores ni los horrores ni las mil trampas de siempre.

En todo caso, la CUP-AE ya constataba la eficacia política limitada, bajo el yugo neoliberal, de la vía parlamentaria. Si las soberanías están secuestradas, la esperanza nos radica en la calle. No en el Parlament, descodificado ya como un útil complementario –uno más– en la caja plural de herramientas colectivas para la destitución de un régimen y la precipitación del cambio político y social. Ésa era y es la premisa. Otro instrumento cuya utilidad práctica es ser altavoz de las clases populares y las luchas sociales en un terreno abiertamente hostil y adverso.

Zapatismo vindicado, lo importante sigue siendo el desde abajo y a la izquierda. El (re)construir las nuevas instituciones de lo común: públicas y sociales, que para nada significan estatalizadas. Disponemos, como antídoto, de una vasta teoría crítica contra el poder, pero no aún sobre el poder. Sabemos que América Lati­na, tras años de acumulación neoliberal, se ha recompuesto vía empoderamiento popular y toma de las instituciones del Ancien Régime neoliberal. ¿Será igual aquí? La respuesta es que aún no hay respuesta. Que sí sabemos lo que no queremos. Y que sabemos también que el capitalismo hoy se destituye sobretodo en las relaciones sociales, en la calle, en las redes.

Estamos sin modelo. Aunque Jor­di García Jané, en Adios, capitalismo, esboza trazos generales de por dónde transitar. Con inteligencia colectiva, se atreve con la música y deja la letra para más adelante. Y es en esa banda sonora aún por componer donde teoriza la vía institucional –siempre complementaria– de un proceso emancipatorio. Nos avisa que, tarde o temprano, habrá que asumirla. Sugiriendo que el cambio vendrá sobre todo de la activación popular, la desobediencia civil y la construcción social de alternativas cotidianas –las nuevas instituciones de lo común–. Y que para la vía institucional debe servir descolonizar lo público, en la esfera estatal, de lo mercantil.

Seguramente, los interrogantes permanecerán. Al menos en Ca­talunya, tras un ciclo álgido de protestas y propuestas, el debate electoral-institucional está ampliamente servido. Lo demuestra la propia experiencia municipalista de la CUP y las CAV, el Proceso Constituyente impulsado por Teresa Forcades y Arcadi Olive­ras que aboga por un bloque electoral, la propuesta de Parlamento Ciu­dadano de Itziar González o el añejo frame antiguo de una hipotética Sy­riza catalana.

¿Qué hacer cuándo las preguntas remiten más al cómo que al qué? ¿cómo nos salimos de ésta? ¿hacia donde nos caerá el régimen: tentación autoritaria o salida democratizante? Conclusiones, pues, en código abierto: a tenor del ciclo vivido, del harakiri de las izquierdas (ir)reales sucumbidas ante la troika, del cúmulo de derrotas acumuladas, de los mecanismos de cooptación-asimilación del poder, lo más imprescindible hoy es consolidar las instituciones de lo común. Esos espacios-refugio de contrapoder labrados décadas ha. Dispositivos público-sociales no estatalizados basados en la cooperación. Nuestro campamento base: municipalismo alternativo, instituciones de lo común y dinamismo social. Claro que hay algo de intemperie, de construir aparentemente sobre la nada, de indagar vías exploratorias. ¿Riesgos? El epitafio mexicano de Pacheco: ya somos todo aquello contra lo que luchamos. ¿Esperanzas? Poder desmentir, algún día en alguna parte, a Pacheco, a Lampedusa y a Maquiavelo. Y de paso, a todo el capitalismo senil.

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