En vuestro estupendo especial sobre el
sector audiovisual (DIAGONAL nº24) leo
por un lado que “los movimientos sociales
se han lanzado al uso de Internet [...]
dejando de lado temas [...] como el
acceso y la participación”, en tono de
cierto reproche, y por otro lado, que
Radio Klara “es uno de los referentes históricos
como radio libre” en Valencia.
Hasta septiembre de 1999, Radio Klara
funcionaba asambleariamente. En la primera
asamblea del curso, un sector de la
radio formado por parte de los “fundadores”
En vuestro estupendo especial sobre el
sector audiovisual (DIAGONAL nº24) leo
por un lado que “los movimientos sociales
se han lanzado al uso de Internet [...]
dejando de lado temas [...] como el
acceso y la participación”, en tono de
cierto reproche, y por otro lado, que
Radio Klara “es uno de los referentes históricos
como radio libre” en Valencia.
Hasta septiembre de 1999, Radio Klara
funcionaba asambleariamente. En la primera
asamblea del curso, un sector de la
radio formado por parte de los “fundadores”
comunican que ellos dirigirán la
radio y que las asambleas serán meramente
“informativas”. Por “dejadez asamblearia”
sólo ellos estaban en los puestos
clave de técnica y representación legal,
así de nada sirvieron las protestas de
todos los programas que hacíamos
gente de los movimientos sociales de
Valencia. El golpe autoritario y la privatización
efectiva de la radio ganaron.
Un cambio de cerradura y una misteriosa
avería de tres meses consiguieron
defenestrar a la mitad del colectivo de
la radio, gente de 12 programas antimilitaristas,
ecologistas, feministas, de
solidaridad, de okupación, etc., que no
aceptábamos la disolución de la
asamblea. Y Radio Klara se quedó
como hasta ahora, con una programación
raquítica de contenidos críticos
propios, y tirando de préstamos bancarios
y BBC internacional.
Lo que nos quedó claro es que había
que lanzarse a Internet (o a otra radio
como Radio Malva: 105.0 FM) y que
Radio Klara, de libre, más bien poco.
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