A Ignacio de Lamata le duele que
relacionen a Marco con la CNT, pero
a él no le duele relacionarlo con el
nacimiento de CGT.

Le place recordar cómo en el V
Congreso de la CNT de 1979 echaron
a Marco. En cambio, a mí no me
gusta recordar un Congreso del que
un grupo conocido como la “familia
Cano”, pertenecientes a mi misma
Federación Local, la de Terrassa, volvió
triunfante. ¡Habían limpiado la
CNT de traidores, habían alzado bien
alto la bandera de la ortodoxia! Y
ellos eran los de la difamación, las
coacciones físicas y psicológicas, el
filibusterismo asambleario y las fiestas
de primera comunión en los
locales de la CNT...
Claro que, en Terrassa, de los mil
afiliados se pasó a los diez y gracias.
Y luego a los dos y para de
contar.

Hacia 1994 me entrevisté con
F.G.C. y le pedí que me dejara consultar
unos documentos en el caso
de que estuvieran en su poder. Me
echó a gritos, llamándome “paralelo
y amigo de socialistas”. Pues bien,
un amigo socialista me dijo que lo
curioso del caso era que F.G.C. tenía
el carné del partido. Posteriormente
ha sido candidato a la alcaldía de
Viladecavalls por el PSC-PSOE en
dos ocasiones.

Esa es la historia que yo conozco.
¿No son personas como ésa las que
realmente han provocado la marginación
y el descrédito del pensamiento
libertario?