La zorra y las gallinas

A la sede de la FAO, en Roma, han acudido
nuestros gobernantes para salir en la
foto y ofrecer los dineros que las personas
incautas a quienes están gobernando
les hemos confiado para su buena administración
y gestión. Los gobiernos del
grupo de países que se autodenominan
“la coalición internacional” son los principales
causantes de la hambruna en el
mundo. Las consignas neoliberales han
dado lugar a que los pequeños productores
agrícolas y ganaderos no puedan
competir en el mercado con las grandes

Jesús Martínez de Dios (Bustarviejo, Madrid)
26/06/08 · 0:00
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A la sede de la FAO, en Roma, han acudido
nuestros gobernantes para salir en la
foto y ofrecer los dineros que las personas
incautas a quienes están gobernando
les hemos confiado para su buena administración
y gestión. Los gobiernos del
grupo de países que se autodenominan
“la coalición internacional” son los principales
causantes de la hambruna en el
mundo. Las consignas neoliberales han
dado lugar a que los pequeños productores
agrícolas y ganaderos no puedan
competir en el mercado con las grandes
empresas subvencionadas por sus propios
gobiernos (por los ‘usamericanos’ o
europeos); las pequeñas superficies de
cultivos diversos se están convirtiendo en
grandes superficies de monocultivos.

Estos monocultivos (soja, maíz...) se utilizan
para alimentar el ganado o también
como biocombustible; también, cuando
hay exceso de producción, se utilizan
para harinas de aporte calórico en proyectos
de nutrición a países con hambruna.
Estos negocios están llevados por
cuatro multinacionales que son las mismas,
por casualidad, con las que tienen
la patentes de semillas transgénicas. Países
como el nuestro van a hacer una
aportación extra para paliar el hambre en
países a los que primero se ha invadido y
se ha bombardeado o a países a los que
se les han robado sus recursos naturales.

Esos fondos para alimentación se van a
entregar a la FAO (agencia de la ONU),
que estos días acoge en sus instalaciones
de Roma a estos gobernantes sin
escrúpulos (y a otros con más dignidad)
para organizar una estrategia de ayuda a
los desfavorecidos. Los alimentos que se
van a comprar para combatir el hambre
en el mundo se podrían comprar a
pequeños productores para compensar
sus limitaciones, ¡pero no!... se van a
comprar a las mismas multinacionales
que están deforestando el planeta y
haciendo que los pequeños agricultores
de zonas rurales tengan que emigrar a los
suburbios de las grandes ciudades para
malvivir. Porque cuando la comunidad
internacional entrega ayudas para desarrollo
a otros países, este dinero debe
invertirse en productos elaborados por los
países donantes; para que nos entendamos:
si nuestro Gobierno aporta, con
nuestros dineros, una ayuda a determinado
país para combatir el hambre, ese
dinero no lo puede gastar dicho país a su
antojo, debe comprar productos de
empresas españolas; así pues, con nuestro
dinero, hemos ayudado a enriquecerse
a unos cuantos empresarios españoles
y a los dirigentes que les favorecen. Y no
sabemos si los alimentos comprados han
llegado a la población que lo necesitaba.

También conviene recordar aquí que casi
la mitad del presupuesto que recibió la
FAO para combatir el hambre en Afganistán
poco después de ser invadido y bombardeado,
se gastó en la mejora de las
instalaciones de la FAO en Roma. No voy
a decir que no me parece bien dedicar
dinero a combatir la pobreza y el hambre,
creo que hay que hacerlo, y de forma
continua; pero no en campañas mediáticas
cuando las multinacionales tienen
exceso de harinas en sus almacenes.
Pero, sobre todo, no me parece bien que
pongamos a la zorra a cuidar y dar de
comer a las gallinas.

Tags relacionados: Naciones Unidas (ONU)
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