Con el propósito de remover nuestras
conciencias, anuncios y noticias nos aturden
a diario con imágenes de niños y
niñas asolados por el hambre y la sed...
reclutados como carne de cañón... puestos
a trabajar antes de saber jugar...
niños de la calle educados por el pegamento,
las drogas y las pistolas...
Decía el carpintero de Nazareth “no
digáis que el reino de Dios está más allá
de los ríos o mas allá de las montañas,
porque he aquí, el reino de Dios está
entre vosotros” Lucas 17:21.
Con el propósito de remover nuestras
conciencias, anuncios y noticias nos aturden
a diario con imágenes de niños y
niñas asolados por el hambre y la sed...
reclutados como carne de cañón... puestos
a trabajar antes de saber jugar...
niños de la calle educados por el pegamento,
las drogas y las pistolas...
Decía el carpintero de Nazareth “no
digáis que el reino de Dios está más allá
de los ríos o mas allá de las montañas,
porque he aquí, el reino de Dios está
entre vosotros” Lucas 17:21.
¿Por qué los países más ricos tienen la
tasa de natalidad más baja y los más
pobres la tasa de natalidad más alta? La
moral de la Iglesia contra el aborto y los
anticonceptivos son y han sido el crimen
más grande cometido contra la humanidad,
ya que traer hijos al mundo que no
tengan las necesidades económicas y
afectivas cubiertas es condenarlos al
sufrimiento. Según la Iglesia católica el
aborto es un crimen, pero no es un crimen
traer hijos al mundo, cuando de
antemano van a pasar privaciones, y en
millones de casos su corta infancia desembocará
en la muerte.
Un crimen premeditado por la Iglesia
católica al servicio fiel del capitalismo
para aportar a éste toda la mano de obra
barata y sumisa necesaria. Está bien
tener un hijo si puedes mantenerlo. Pero
es vergonzoso sostener una moral que
alaba a las familias numerosas, que no
tienen nada que llevarse a la boca, y sin
un techo que cubrirlos.
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