Carta abierta a Mr. Jackie Eldan, portavoz de la embajada de Israel

Me dirijo respetuosamente a usted para
rendirme a la evidencia y reconocer la
inapelable realidad de un conflicto que
nos explica siempre tan generosamente.
No habíamos querido entenderle. Hay
que reconocer que sus enemigos son
malvados, no quieren ni la paz ni reconocen
al Estado que lleva décadas derribando
sus casas, arrasando sus tierras,
levantando muros, encarcelando niños...
Qué malos son: “secuestran” a un pobre
e indefenso soldado armado hasta los
dientes mientras Israel mantiene presos a

Enrique Álvarez Barros, miembro del
07/10/06 · 16:42
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Me dirijo respetuosamente a usted para
rendirme a la evidencia y reconocer la
inapelable realidad de un conflicto que
nos explica siempre tan generosamente.
No habíamos querido entenderle. Hay
que reconocer que sus enemigos son
malvados, no quieren ni la paz ni reconocen
al Estado que lleva décadas derribando
sus casas, arrasando sus tierras,
levantando muros, encarcelando niños...
Qué malos son: “secuestran” a un pobre
e indefenso soldado armado hasta los
dientes mientras Israel mantiene presos a
11.000 palestinos, incluidos varios centenares
de menores de edad.

Sigan adelante, diga que sí: las casi
5.000 muertes de palestinos que ha visto
ya el siglo XXI son necesarias para la paz
y la democracia mundial, como lo son las
iraquíes, las afganas o las neoyorquinas...

También es necesario seguir hablando
de “radicalismo islámico” hasta
que el planeta entero se convenza de
que cada metro cuadrado del mundo
árabe es requetemalo... y cuidado con
hablar de “radicalismo sionista”. Cualquiera
sabe que ser antisionista es,
en realidad, ser antisemita.

Combatamos el terrorismo, admirado
filántropo-diplomático.

Disparen a discreción y destrocen puentes
y edificios. Ustedes, USAmérica y la
Unión Europea que se calla, les vende,
disimula, les compra y se vuelve a callar.

Los malos son los que resisten la
ocupación desde hace medio siglo y
demuestran con su sangre lo fácil que
resulta violar todas las normas internacionales.
Quién nos mandará ponernos
del lado de quien no tiene tanques, ni
aviones, ni tratados comerciales preferentes,
ni imperios de manipulación
mediática, ni siquiera luz o agua, pero
cuya supervivencia cotidiana es el más
grande ejemplo de dignidad y coraje.

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