Siento que Belén Morales considere
que abolir una explotación y violencia
de género, como es la prostitución de
las mujeres y las niñas, es lo mismo
que “abolir a las prostitutas”. No entiendo
que critique que, en una fiesta de
este partido, se analice en un coloquio
la postura que se proclama oficialmente.
Debe plantearse qué hace defendiendo
los intereses de la patronal de
los proxenetas “ANELA”, que está financiando
toda esta campaña pro-regulación.
Hay que luchar por una sociedad
Siento que Belén Morales considere
que abolir una explotación y violencia
de género, como es la prostitución de
las mujeres y las niñas, es lo mismo
que “abolir a las prostitutas”. No entiendo
que critique que, en una fiesta de
este partido, se analice en un coloquio
la postura que se proclama oficialmente.
Debe plantearse qué hace defendiendo
los intereses de la patronal de
los proxenetas “ANELA”, que está financiando
toda esta campaña pro-regulación.
Hay que luchar por una sociedad
en donde haya trabajos dignos, donde
haya pleno empleo y los intereses
empresariales no sean los que dicten
las leyes laborales (y nuestro sindicato
no se dedique simplemente a “pactar el
mal menor”, dándose de abrazos con la
patronal). Verás cómo entonces ninguna
mujer la elige “libremente”, como
afirmas en tus artículos. No hay libertad
cuando tienes que mantener una familia,
estás traficada, torturada o te ofrecen
como alternativa salarios de miseria
en condiciones de precariedad brutales.
Amparas que algunos hombres con
dinero (esto es el mercado) pueden
“comprar” sexo para que unas mujeres
hagan lo que ellos quieren porque para
eso pagan. Estás pidiendo que se legitime
y regule el último reducto de la
dominación masculina.
Es lógico que la revista Trabajadora de
CC OO publique tu “exposición”, puesto
que “oficialmente” CC OO defiende una
posición pro-regulacionista y sólo admite
esta postura, impuesta “desde arriba”
sin pasar por las asambleas. Y lo sé porque
pertenezco a CC OO.
Te invito a que visites la web hombresabolicionistas.
org, donde hombres de
muy diferentes posiciones defendemos
los derechos sociales de no explotación.
Es el núcleo de cómo se entiende la
explotación y la violencia lo que nos desune.
El patriarcado y el capitalismo son
dos caras de la misma moneda. Y defender
la regulación de la dominación
patriarcal como “mal menor” es defender
“la explotación y la violencia en buenas
condiciones”.
Si te mantienes en esa postura, aquí
acaba nuestra lucha compartida. Si los
hombres tenemos un problema con
nuestra sexualidad y no sabemos compartirla
en condiciones de igualdad y de
respeto, tendremos que solucionarlo
nosotros. No podemos darle solución a
costa de otros seres humanos.
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