ORGULLO O SOBERBIA

El sentirse orgulloso es lícito, es un sentimiento honrado, sentirse orgulloso es noble, por el contrario la soberbia es una enfermedad, es un sentimiento dañino, pensarse superior por ser de una raza, etnia o lugar es un sentimiento mezquino.

ALVARO VILLA REY
BERMEO
12/07/15 · 22:39

Los Domingos por la mañana comparto el café con una mujer interesante; Mª Jesús. El café se me hace ameno porque es con tertulia, esta semana me ha hecho reflexionar; orgullo o soberbia. Me ha contado que su padre condenado en la posguerra en un batallón de trabajo fue trasladado a Andalucía, el estar fuera de casa hacia que su orgullo más se fortaleciera. Su padre cuando ella  era niña le hablaba del orgullo de ser vasco. Decía su padre que todo hombre y mujer tienen que ser orgulloso de sentirse de donde se es, ya seas vasco, andaluz, gallego, castellano, seas de donde seas, de donde te sientas que eres o de donde uno quiera ser. También le decía que se confunde ésto con la soberbia.                                     
El sentirse orgulloso es lícito, es un sentimiento honrado, sentirse orgulloso es noble, por el contrario la soberbia es una enfermedad, es un sentimiento dañino, pensarse superior por ser de una raza, etnia o lugar es un sentimiento mezquino. Esto lo escribo porque escucho algunos hablar del orgullo de ser vascos, hablan de raza y por su forma de hablar de las gentes de otras regiones despectivamente, con aires de superioridad. Confunden el orgullo y padecen de soberbia, califican a los otros como vagos, ignorantes y otros calificativos. Triste enfermedad la del soberbio;  es progresiva, va en aumento de sur hacia el norte, los de más al norte se sienten más superiores a sus vecinos del sur, síndrome del nortismo.                    
Para los que se sienten superiores, les voy a recordar un programa en la ETB, donde Félix Linares hablaba en su espacio “los vascos en Hollywood”, donde  nosotros; los vascos; aparecíamos en algunas películas como un pueblo de atrasados indígenas o de desaliñados y estupidos guerrilleros, pasándonos el día gritando "irrintzis". Así nos veían por ignorancia los cineastas hollywoodienses.                                                                                                                  
En la inmensa soberbia de despreciar al paisano inferior geográfico, se pierde la oportunidad de conocerlo, de aprender las cosas buenas de su cultura, se envilece el orgullo y se transforma en un estúpido soberbio.
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Alvaro Villa Rey

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