Municipalismo en la era pospolítica

Pronto se vio que el ritmo de funcionamiento y de cambio de los ayuntamientos era mucho más lento de lo esperado y era extremadamente difícil implementar políticas efectivas ante los urgentes problemas de paro, vivienda, pobreza energética, sanidad y educación de la población.

, Respectivamente, profesor de la Univ. de Cádiz y militante de Levantemos El Puerto
27/05/16 · 8:00

Los 12 meses de gobierno municipal de las candidaturas impulsadas por movimientos sociales son un buen momento para valorar lo logrado, las tareas pendientes y los obstáculos encontrados a la hora de responder a las altas expectativas que un sector de la población ha depositado en las nuevas formaciones políticas. No serán pocos lo que, llegados a este punto, se planteen seriamente si realmente ha merecido la pena.

La euforia de los resultados electorales municipales, que reflejaban la articulación de mayorías ­sociales nuevas en torno a programas políticos de cambio, pronto fue sustituida por la preocupación ante el desafío de gobernar municipios con las competencias muy reducidas, asfixiados por la falta de financiación y acosados por el Ministerio de Hacienda, a pesar de ser las administraciones públicas con menor déficit.

Pronto se vio que el ritmo de funcionamiento y de cambio de los ayuntamientos era mucho más lento de lo esperado y era extremadamente difícil implementar políticas efectivas ante los urgentes problemas de paro, vivienda, pobreza energética, sanidad y educación de la población.

Mera gestión

La administración municipal, al igual que el resto de aparatos del Estado, se encuentran atrapados en un marco pospolítico, que trata de reducir la actividad de gobierno a mera gestión.

En el actual neoliberalismo el desempeño de los responsables políticos es entendido en términos de 'gestión', y no en términos políticos, ideológicos y de lealtad a determinadas prioridades sociales.

Así, los oponentes conservadores han conducido el debate al ámbito de la experiencia y la preparación de los representantes, y la eficacia de las intervenciones. Los responsables, por su parte, se ven sobrepasados por la necesidad de dar respuesta a los requerimientos del día a día de unas administraciones locales sin recursos ni competencias, dejando en un segundo plano el diseño de estrategias políticas a medio y largo plazo.

A pesar de ello, se están logrando algunas medidas paliativas significativas, pero desde lo local no se podrá dar una solución estructural a los problemas.

En otros ámbitos, sin embargo, está siendo más sencillo marcar la diferencia. En el campo de la participación ciudadana, memoria histórica, igualdad de género, derechos de las minorías, defensa del medio ambiente, etc., se está respondiendo, a grandes rasgos, a las expectativas de los movimientos sociales.

Así, en parte las nuevas candidaturas están logrando repolitizar la gestión municipal y revertir el marco pospolítico hegemónico.

La gran apuesta

El mayor logro, desde nuestra visión, ha sido desplazar a los partidos del régimen de enclaves estratégicos desde los que obtener recursos, puestos de trabajo y, especialmente, llevar a cabo políticas de expolio de los bienes comunes –agua, energía, servicios públicos, suelo...– en beneficio de las grandes corporaciones capitalistas.

Ésta es la gran apuesta de la partida municipalista: acotar desde el lugar estratégico de los ayuntamientos la capacidad de las multinacionales para obtener ganancias a través de la privatización y el robo de los bienes de todos

Ésta es la gran apuesta de la partida municipalista: acotar desde el lugar estratégico de los ayuntamientos la capacidad de las multinacionales para obtener ganancias a través de la privatización y el robo de los bienes de todos. Significa combatir al poder real, el económico, desde el poder político.

Para esta tarea es preciso, por tanto, mantener un equilibrio entre dos dinámicas en ocasiones contradictorias. Por un lado, es preciso mantenerse en el poder, y para ello es necesario responder a las demandas de diferentes sectores sociales –muchos no progresistas– y profundizar en la formación política y la capacitación de los cuadros.
Por otro lado, se necesita mantener relaciones fluidas con los movimientos sociales, pues estos siguen teniendo un papel esencial en la lucha por una democracia política y económica.

Queda mucha partida por delante, y la experiencia de gestión desde lo local está permitiendo acumular fuerzas para avanzar posiciones.

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comentarios

1

  • |
    Juan sin frio
    |
    15/09/2016 - 12:51pm
    jajaja, el anarka empresario-politico con sueldo de ministro de la CNT, a quien vas a engañar quitate la careta..
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