¿Feminismo en campaña electoral?

El patriarcado es el gran olvidado en los discursos políticos de los partidos que pretenden erigirse en los grandes conquistadores de la igualdad de género.

15/12/15 · 8:00
Los candidatos de PSOE, Podemos y Ciudadanos y la vicepresidenta del Gobierno, en el debate televisado por Atresmedia. / Dani Gago / DISO Press

Son muchos quienes en estos tiempos convulsos, y especialmente en los últimos días, inmersos en una campaña electoral histórica en nuestro país, hacen gala del feminismo que dicen profesar, o al menos de la defensa de la mujer, de su condición, de los ámbitos en los que se desenvuelve, de sus derechos legítimos que no sólo se incumplen reiteradamente, sino que ni tan siquiera son contemplados en muchas ocasiones, con el fin de captar el voto femenino y de intentar sensibilizar a la población con discursos preparados y anclados en la obviedad de los hechos, de las situaciones y de las injusticias perpetuadas y sostenidas por el propio sistema que las creó.

Nunca el propio concepto de feminismo y todo lo que entraña ha sido tan denostado por la superficialidad de la que éste adolece en boca de nuestros políticos

Y aunque los programas electorales de los diferentes partidos incluyen sendos apartados dedicados a la causa feminista, nunca el propio concepto de feminismo y todo lo que él entraña ha sido tan denostado por la superficialidad de la que éste adolece en boca de nuestros políticos, quienes al no atender a las raíces históricas, filosóficas y antropológicas del problema, desprenden a lo que se constituyó hace décadas como la segunda ola del movimiento feminista, de su propio origen, de su lucha, de su radicalidad, en el sentido etimológico y más ancestral del término, de su razón de ser, manteniendo dicha cuestión en un permanente desiderátum de igualdad efectiva de derechos, oportunidades, trato, relaciones y hasta de la propia dignidad.

Entre las intervenciones políticas más recientes podemos escuchar las declaraciones dirigidas a prometer auténtica protección, así como alternativas habitacionales y económicas a las mujeres víctimas de la violencia machista; otros hablan de ampliaciones (insuficientes) de la baja por maternidad; otros se jactan de abanderar la lucha contra la desigualdad de género, instaurando medidas (de nuevo insuficientes) dirigidas a este fin; otros han tenido durante mucho tiempo la oportunidad de erradicar, mediante las leyes pertinentes, las diferencias injustas entre hombres y mujeres que perduran en el ámbito económico, laboral y social; otros pretenden eliminar el agravante, en términos judiciales, por violencia machista, en aras de la paridad que proclaman, olvidando que el calificativo machista lo referimos a un tipo de violencia muy determinada, aquella que responde a una ideología incrustrada en lo más profundo de nuestra sociedad, manifestando consciente o inconscientemente, la supremacía del hombre sobre la mujer a través de la fuerza física.

Por ello, normalmente no se trata de un tipo de violencia generalizada en el agresor, de una actitud o tendencia natural en su carácter, sino de la expresión más terrible de los principios y valores que el sistema patriarcal ha infundido en nosotros y por tanto, así ha de ser reconocida y distinguida jurídicamente.

Es precisamente este concepto, el patriarcado, el gran olvidado en los discursos políticos de los partidos que pretenden erigirse en los grandes conquistadores de la igualdad de género, ignorando por completo el hecho de que tal objetivo resultará meramente ilusorio mientras el orden patriarcal, con todos sus principios de subordinación y jerarquización asociados al mismo, impere en todos los ámbitos de la sociedad y la cultura que hemos construido.

Esta cuestión sólo mereció una breve mención por parte del candidato de Unidad Popular, Alberto Garzón, en un debate mantenido con el resto de fuerzas políticas, donde en horario de máxima audiencia, pronunció la palabra "patriarcado" para referirse a la opresión y al sometimiento que en muchos ámbitos de la vida siguen padeciendo las mujeres, a pesar de las conquistas conseguidas.

Pero es insuficiente, y seguirá siéndolo mientras nuestros hijos, nuestros alumnos y las generaciones venideras continúen desconociendo el sentido y el significado de este concepto y todo lo que entraña; mientras nuestros políticos enarbolen la bandera del feminismo traicionando los valores primigenios de éste, su capacidad crítica y activa; mientras no incorporen en sus discursos la idea del ya clásico feminismo de la igualdad acerca de la construcción cultural del género; mientras sigan ensalzando a través del concepto corrompido de mujer, todos los valores y aspectos que le han servido a estos milenios de vigencia patriarcal para justificar la supremacía de un sexo sobre otro.

Simone de Beauvoir, máxima exponente del feminismo filosófico, comenzaba la segunda parte de su obra más célebre, El segundo sexo, afirmando que "no se nace mujer, se llega a serlo".

Yo me permito la licencia de matizar, como lo hizo Beauvoir en algunas ocasiones, que no se nace mujer u hombre en el sistema patriarcal, sino que es este mismo sistema el que nos convierte en tales, según su propio interés y conveniencia, atribuyendo una serie de caracteres, actitudes, roles, tendencias y valores para cada uno de los sexos, convirtiéndolos así en géneros, justificando la subordinación de uno con respecto a otro en base a esas diferencias creadas y construidas de manera artificial.

Pero no escuchamos discursos que nos hablen del origen del patriarcado y mucho menos del sistema que le precedió, donde las diferencias entre sexos se reducían a las estrictamente fisiológicas, donde lo masculino y lo femenino, en el sentido más auténtico y ancestral de los términos, se fundían en un mismo ámbito de relación, de respeto, de interacción, donde la figura de la madre se veneraba como pilar fundamental de la comunidad.

En lugar de ello, nuestros políticos ofrecen protección a las mujeres agredidas (por otra parte, medida que todos abrazamos) sin profundizar en las causas, sin la educación adecuada, sin conocer nuestra historia y la del sistema imperante, condiciones necesarias para al menos plantear la inversión del orden establecido.

Nuestros políticos amplían de manera ridícula la baja por maternidad o proponen que dicho permiso sea intransferible entre madres y padres, lo que en mi caso, siendo votante de Podemos (partido que populariza esta medida), me resulta absolutamente insuficiente cuando el papel de la madre se encuentra más denostado que nunca en nuestras sociedades occidentales.

El paso del matriarcado al patriarcado trajo consigo la opresión y la subordinación a la que fue sometida la mujer, trajo consigo la persecución de aquellas que se resistieron a someterse a los yugos impuestos por el nuevo orden; trajo consigo la tortura y la muerte de aquellas que mantuvieron su vínculo con la naturaleza y con los conocimientos ancestrales, tachándoles de brujas y de herejes; y trajo consigo al propio sistema capitalista, que tal como relata Silvia Federici en su obra Calibán y la bruja, se ha convertido en el mejor aliado del sistema patriarcal por las propias bases de subordinación, jerarquía, desigualdad y crecimiento infinito a costa de la opresión de la gran mayoría de la población mundial, sobre las que se sustenta el capitalismo.

El capitalismo acentuó un ya maltrecho concepto de mujer construido por nuestra cultura

Y el capitalismo acentuó un ya maltrecho concepto de mujer construido por nuestra cultura, al que hemos de enfrentarnos cada día; y nos hizo olvidar lo que una vez fuimos, lo que una vez sentimos; y nos hizo valorar la competitividad, la eficacia, la eficiencia, la astucia, en detrimento de la solidaridad, de la cooperación, del compañerismo y de la propia maternidad, a la que renunciamos, retrasamos o no disfrutamos en aras de la consecución de los objetivos y expectativas que nuestro sistema nos impone y que asumimos consciente o inconscientemente.

Pero ninguno de nuestros políticos habla de la maternidad en estos términos, ni de su importancia para el propio movimiento feminista, al que parece que todos se suman en período electoral.

Ninguno parece concebir el hecho de que una sociedad que respeta, valora, ayuda y cuida a sus madres dará lugar a madres felices que críen felizmente a sus hijos e hijas y los conviertan en los ciudadanos felices del futuro, comprometidos, capaces de construir una sociedad verdaderamente justa e igualitaria, donde los derechos salariales de las mujeres son respetados, así como permisos, excedencias, lactancia, flexibilidad, conciliación, invirtiendo los valores de un sistema injusto que ni siquiera se nombra de modo habitual.

La consecución de las reclamas más básicas y pertinentes (e históricas) de la ciudadanía (pan, techo, trabajo y dignidad), pasan por la erradicación en primer lugar del sistema patriarcal, cuyas bases sustentan la larga cadena de injusticias perpetuadas en nuestro mundo.

El feminismo supone lucha, crítica, esfuerzo, toma de conciencia, educación, historia, la historia que no nos suelen contar

El feminismo no es, como muchos políticos nos transmiten, buenas intenciones y palabras dirigidas a las mujeres. El feminismo supone lucha, crítica, esfuerzo, toma de conciencia, educación, historia, la historia que no nos suelen contar; es agradecimiento a las que nos precedieron, por lo que consiguieron y por lo que no les permitieron, por su legado y por su ejemplo; y es maternidad libre y con garantías del respeto y el valor que se merece, porque sin esas madres primigenias que amamantaron a sus hijos, que se privaron de alimento para ofrecérselo a sus crías, que huyeron de las fieras con ellos en brazos y les protegieron con su propia vida, que nos legaron su instinto, hoy perdido en buena medida, no estaríamos hoy aquí reclamando a nuestros políticos y a la sociedad la dignidad que un día se nos arrebató y que hemos de recuperar.

+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

4

  • |
    tomeu giro
    |
    Mié, 12/16/2015 - 09:53
    Otra, vez, el comentario más explicativo es censurado... vale. ¿los niñosputa existen?
  • |
    Atávico
    |
    Mar, 12/15/2015 - 22:01
    En mi opinión, esta idea es clave: "Ninguno parece concebir el hecho de que una sociedad que respeta, valora, ayuda y cuida a sus madres dará lugar a madres felices que críen felizmente a sus hijos e hijas y los conviertan en los ciudadanos felices del futuro, comprometidos, capaces de construir una sociedad verdaderamente justa e igualitaria, donde los derechos salariales de las mujeres son respetados, así como permisos, excedencias, lactancia, flexibilidad, conciliación, invirtiendo los valores de un sistema injusto que ni siquiera se nombra de modo habitual."
  • |
    tomeu giro
    |
    Mar, 12/15/2015 - 19:38
    “You can fool some people sometimes, but you can't fool all the people all the time.” Yo tendré mis cosas, muchas las he publicado yo mismo, por lo menos intento ser más claro, más coherente y menos hipócrita. Yo no veo alternativas, yo veo a gente interesada que hace propuestas tan o casi tan malas como otros: “It's not all that glitters is gold; 'Alf the story has never been told ...”. No veo que haya ningún proyecto ni social ni humanista a la vista, como mucho veo a algunos grupos de interés que van a lo suyo, por mucho que digan. Veo muchas manipulaciones, falta de rigor, discursos de alienación, violencias sistemáticas e institucionalizadas sobre grupos excluidos o marginalizados, prejuicios, amalgamas sobre estigmas, “pensamiento único”, discursos dicotómicos de “nosotros o ellos” sobre construcciones simplificadas y sesgadas, criminalizaciones y victimizaciones sin fundamento e interesadas, totalitarismo-kitsch con tendencias neo-fascistas-estalinistas. Esas gentes lo van a pagar, primero porque no van a tener buenos resultados, no son una “alternativa” son “otros jetas, otra panda de…”. Van a pagar sus errores políticos, su demagogia barata, su sensacionalismo represivo-policial. Segundo, porque me parece que han insultado y agredido a demasiada gente desde posiciones de dominación, haciéndose los chulos, amenazando y encubriendo agresiones, creyéndose que pueden hacer todo lo que quieran por tener el apoyo de facciones del capital (o del capital al completo, que prefiere "conflictos de late-show"), de los que no son más que unos peones. https://www.youtube.com/watch?v=BiPwCMlghhQ Respecto el artículo: Reproduce una concepción machista liberal-católica-neoliberal que reduce la humanidad a una dicotomía la totalitarista-kitsch "dos sexos auténticos y ancestrales". Luego, me parece que no tiene fundamento, ni en el estudio de la historia o de la pre-historia. ¿No hubo esclavitud? ¿No obligaban a mantener relaciones sexuales a menores, aún más si eran esclavos? Esto se debe investigar. ¿No había eunucos? ¿No había clases sociales? ¿La división social del trabajo y de la producción no dependía de la clase social o el origen? Es que me pongo nervioso. Por qué no grita: "¡Qué sigan amputando a esos "deformes y tarados" que no nacen con uno de los dos sexos auténticos y ancestrales!" o también "todo depende de la fuerza física, eso es lo que explica la jerarquía social" o "matemos a los "deformes" sin fuerza física". Por lo menos podría indicar fuentes. Sobre "desvaríos pre-históricos o para-históricos" sin indicar fuentes, pues qué decir de más [...]. Esto es una fuente histórica que indica o que a mí me da los elementos para pensar que ya en época de Jesús sabían bien que había "eunucos" (si los textos no fueron modificados en este sentido). Es más, casi se puede interpretar que se está afirmando que se consideran como "3 géneros" por lo menos: los "hombres", las "mujeres" y "los que nacieron eunucos". En base a este fragmento, se puede argumentar que en ese entonces ya sabían, ya habían observado que no todos los nacidos tenían un "sexo hombre o mujer" en función de "la norma" (impuesta), o como dicen algunas, no tenían uno de "los dos sexos auténticos y ancestrales". Esto son fuentes "históricas". No pretendo hacer una interpretación "religiosa" de los evangelios, o de este fragmento, pero hasta cierto punto son documentos "históricos". Claro que la historia es mucho más antigua [como el esclavismo también lo es]. Sobre la homofobia, lesbiofobía y alterofobia implícita en sus textos, de "esas gentes", además de la que fomentan por su desconocimiento, intereses y amalgamas, ya me ocuparé en otro momento. El que pueda entender esto, que lo entienda. La fuente: “Porque hay eunucos que así nacieron desde el seno de su madre, y hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y también hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo acepte. Hay diferentes razones que impiden a los hombres casarse: unos ya nacen incapacitados para el matrimonio, a otros los incapacitan los hombres, y otros viven como incapacitados por causa del reino de los cielos. El que pueda entender esto, que lo entienda. Porque hay castrados que nacieron así del vientre de su madre; y hay castrados, que son hechos por los hombres; y hay castrados que se castraron a sí mismos por causa del Reino de los cielos; el que pueda tomar eso, tómelo.” Mateo 19 12. Fuente: https://www.biblegateway.com/verse/es/Mateo%2019%3A12 Luego, ¿esa idolatría a "la madre" de dónde la saca?¿La señora vuelve a la realidad o seguirá en sus mundos de yupi? Es que yo me pongo como me pongo, pero según como se mire, es para ponerse así (además, hay gente que escribe en periódicos, y yo escribo en mi muro, luego, están en posición de dominación relativa). Me parece que se ha de ser más prudente con la historia antigua, cada día hay nuevos desarrollos. Yo sigo con lo mio, ya me lo iré mirando con calma. ¿Qué pensar de cosas como estas? << The Myth of Matriarchal Prehistory: Why an Invented Past Won't Give Women a Future >> By CYNTHIA ELLER https://www.nytimes.com/books/first/e/eller-myth.html Claro que hay críticas, se encuentran muy rápido. https://en.wikipedia.org/wiki/The_Myth_of_Matriarchal_Prehistory Esta mujer me parece que decía cosas interesantes sobre la historia antigua, el esclavismo y el patriarcado, pero este libro es del 1987..... bueno, ya seguiré buscando más cosas. The Creation of Patriarchy, Gerda Lerner http://www.gerdalerner.com/the-creation-of-patriarchy/ No sé para otras personas: para mí, por mucho que repitan mentiras o afirmaciones sin fundamento, no me las voy a creer, más bien, cada vez se ponen más en evidencia. O qué vuelvan a la realidad, que salgan de sus "mundos de yupi" sin correlación con el mundo. Las y los trepas alienantes y financiados. Vale, vale. Que se vayan por ahí, que consigan sus puestos, sus X escaños y sus ingresos (porque esto es a lo que van esos "grupillos"), que hagan sus mangoneadas.
  • |
    tomeu giro
    |
    Mar, 12/15/2015 - 09:57
    Venga, los hipócritas machistas que no paran: id a matar a pobres, a marginales, a sin techo, seguid promoviendo la tortura en las prisiones, la injusticia a base de amalgamas y estigmas, id a matar a niños víctimas de pedocriminales como vuestro amigo Corsi, que vais de progres pero vais de la mano de proxenetas de niños, "por temas de igualdad de género hay que eliminar a los que contradicen nuestras mentiras". Sois unos manipuladores, unos déspotas, unos neo-fascistas-stalinistas, totalitaristas-kitsch, que no hacéis más que repetir tópicos sin correlación con la realidad. Lo único que sabéis hacer es torturar y matar, difamar, manipular datos, mentir, etc. Con vuestros discursos alienantes, anti-humanistas y anti-socialistas. Siempre a favor de los privilegiados, siempre perjudicando a los que peor están. Los machistas y su coro de trepas reaccionarias, los alienadores con sus mitos universales y esenciales de “hombre y mujer” que se han inventado para imponer y explotar a la población, con sus explicaciones machistas o de base machista, las invertidas de machista y sus hombres superiores y machistas que las tratan como imbéciles con condescendencia. ¡Os vais a comer los mocos, y me voy a reir! Qué corten las subvenciones a esa panda de trepas neo-fascitas, chupópteras corruptas…
  • Tienda El Salto