La autora considera que para acabar con las violencias machistas hay que poner el énfasis "en ellos, en los violentos, en los agresores, en los asesinos".
Un año más, se acerca el 25 de noviembre, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Este año se acerca aún con la resaca del 7N, la primera marcha estatal contra las violencias machistas. Entre 200.000 y 500.000 personas, según distintas fuentes, se manifestaron en las calles de Madrid pidiendo el fin de estas violencias.
Algunas quieren un pacto de Estado, otras abogan por la autodefensa, las propuestas feministas son innumerables. Entre medias hay todo un abanico de mujeres, y personas en general, que simplemente no pueden entender qué pasa, por qué pasa y por qué no se toman medidas reales.
Algunas quieren un pacto de Estado, otras abogan por la autodefensa, las propuestas feministas son innumerables
En lo que llevamos de 2015 las estadísticas de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas ponen los pelos de punta. Y digo las estadísticas porque las cifras no coinciden: 48 mujeres asesinadas según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad; 93 asesinadas según feminicidio.net.
La cuestión es que no hay una sola definición de lo que se considera violencia de género y los criterios para entrar en las estadísticas varían bastante. Si esto sucede con los asesinatos, mucho más con las cifras de maltrato. Sólo hay que recordar la polémica que surgió en junio y julio de 2013 cuando la Ministra Ana Mato declaró que se iba a crear un registro de mujeres heridas por violencia de género pero sólo se iba a incluir a aquellas que pasaran más de 24 horas ingresadas en un hospital.
Y, por supuesto, recordar que la Ley Integral sólo considera violencia de género aquella que se ejerce por las parejas o exparejas, invisibilizando y negando otros espacios donde sucede este tipo de violencia.
Pero… ¿y si este 25 de noviembre cambiamos los titulares? En lo que va de año son 93 los hombres que han asesinado a su pareja o ex-pareja por violencia de género. 1.032 desde el año 1999.
Eso supondría que las estadísticas no sólo recogieran a las mujeres maltratadas y asesinadas, sino también a los hombres maltratadores y a los asesinos. No sirve con hacer la cuenta de la vieja, de las 93 mujeres asesinadas algunas han sido víctimas del mismo asesino: hijas, amigas y familiares.
¿Y si este 25 de noviembre además de una campaña de sensibilización dirigida a las mujeres víctimas se diseñara otra dirigida a los maltratadores?
Según el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (VioGén), cada año una media de entre 2.000 y 3.000 hombres denunciados maltratan a más de una mujer, y, como mínimo, cada año uno de esos agresores reincidentes asesina a una mujer. No nos olvidemos que también hay hijos, familiares y nuevas parejas masculinas asesinadas por estos mismos victimarios.
¿Y si este 25 de noviembre además de una campaña de sensibilización dirigida a las mujeres víctimas se diseñara otra campaña dirigida a los hombres maltratadores? ¿Y si para 2016 no sólo se volviera a invertir en recursos de prevención, sensibilización e intervención para las mujeres y niñas sino que se crearan y dotaran de presupuesto específico recursos orientados a hombres?
Esto supondría que el Gobierno dejara de tratar la violencia de género como una cuestión a paliar y comenzara a luchar por su erradicación. Que dejara de considerar que es suficiente con atender a las víctimas y se comprometiera a trabajar para que los agresores dejaran de serlo.
Como dice Miguel Lorente, en nuestra sociedad "la responsabilidad [en lo que a la violencia de género se refiere] se escribe en femenino", pero "son los hombres violentos y los pasivos quienes están en el origen del problema, y deben ser los hombres quienes también estén en la solución".
Y es que según la Ley Orgánica de Medida de Protección Integral (Título I, artículo 3) las medidas contra la Violencia de género deben ir dirigidas tanto a hombres como a mujeres.
Sin embargo, en el Plan Estratégico Nacional de Sensibilización y Prevención de la Violencia de Género, los objetivos estratégicos son "Mejorar la respuesta frente a la violencia de género" y "Conseguir un cambio en el modelo de relación social", que se define "como sensibilizar al conjunto de la sociedad sobre la necesidad de un 'cambio en el modelo de relación social' entre hombres y mujeres". Pero ¿dónde está la parte específica de los hombres maltratadores?
Desde 2012, la campaña gubernamental contra la violencia de género reza "hay salida". Desde 2012 "hay salida" porque en 2013 el Gobierno decidió 'reciclar' la campaña del año anterior para 'ahorrar' un 70% en los presupuestos de sensibilización. Van cambiando el subtítulo, eso sí. Subtítulos que definen de qué hay salida, para quién hay salida y de qué manera se 'puede' salir.
¿Qué mensaje dan estas campañas a las mujeres y la sociedad civil en general? Que se puede salir, si tú, mujer, quieres. Que se puede detectar, si tú aprendes. Que se puede parar, si pides ayuda. Que te puedes ir –porque la salida está para que tú te vayas, no él–, porque hay recursos. Que puedes –y debes– denunciar, porque se hace justicia. Que la responsabilidad es sólo tuya.
Pero la realidad es que salir de la espiral de la violencia de género no es una cuestión de voluntad. Casi toda la información que recibimos sobre el amor, la pareja y las relaciones nos enseña que "quien bien te quiere te hará sufrir", que "el amor todo lo vale y todo lo puede", que tener pareja es una condición indispensable para ser feliz y que terminar una relación es un fracaso vital para las mujeres.
"Con lo simpático que es tu marido"
La realidad es que si pides ayuda, a veces recibes apoyos. Pero a veces también te llaman exagerada, no te creen ,"con lo simpático que es tu marido". Te culpan y responsabilizan, "porque si no te has separado antes será que no estás tan mal", porque "tú también le tratas mal a veces, y eso es un problema de pareja, no violencia de género".
La realidad es que los presupuestos para violencia de género se han recortado y se han cerrado incontables recursos de atención a mujeres y menores víctimas. Según el Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, en 2014, 14 de las 15 mujeres asesinadas que habían denunciado previamente a su agresor tenían una valoración policial de riesgo "no apreciado" o "nulo".
La cruda realidad es que, en numerosas ocasiones, cuando denuncias, entras en un largo y tormentoso proceso judicial en el que tienes que demostrar que todo lo que te está pasando es cierto. Además, paralelamente se abre un juicio 'público' en el que tu entorno decide si se trata o no de una denuncia falsa.
La pregunta es cuándo vamos a dejar de justificar la violencia machista pero, sobre todo, cuándo vamos a dejar de pedir a las mujeres que estén atentas y sean responsables
Hay salida pero, ¿cuándo va a dejar de hacer falta salir? ¿Para cuándo campañas preventivas para el empoderamiento de las mujeres? ¿Para cuándo recursos reales para construir otros modelos de masculinidad libres de violencia y dominio sobre las mujeres?
La pregunta es cuándo vamos a dejar de justificar la violencia machista pero, sobre todo, cuándo vamos a dejar de pedir a las mujeres que estén atentas y sean responsables y hagan el favor de no quedarse en relaciones donde las violentan, en vez de señalar e interpelar a los hombres violentos.
El énfasis en los violentos
¿Para cuándo una campaña que señale a los hombres y les cargue con la responsabilidad de no ejercer la violencia? Pienso en un número de teléfono al que llamar ante la primera señal de perpetración de la violencia que detectes en ti mismo. "Si crees que puedes estar ejerciendo violencia de género, llama al 017, podemos ayudarte".
¿Desde las instituciones se cree que los hombres no son responsables de su violencia? ¿Se normaliza la violencia de género o se tiene desconfianza en ellos y sus posibilidades de cambio? Yo, si fuera hombre, estaría muy enfadado por verme dentro de un grupo de población que es educada para sentirse superior a otro. Profundamente ofendido por el hecho de que me consideran incapaz de cambiar.
¿Quién tiene la solución contra el maltrato? La violencia de género no es un 'problema de mujeres'. Es una cuestión en la que tiene que implicarse toda la sociedad. Es necesario que apelemos a los agresores, responsabilizándoles de lo que hacen y sus consecuencias.
Porque, más allá de enseñar a las mujeres a escapar de la violencia, la cosa va de que los hombres aprendan que no hay que ejercerla. Pongamos el énfasis en ellos, en los violentos, en los agresores, en los asesinos. Dejemos las cosas claras y señalémosles directamente.
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