La soledad del apátrida

Un analisis que busca romper con la disyuntiva entre el discurso nacionalista español y el nacionalista catalán.

22/09/15 · 15:00
Imagen del Presentimiento nº 14 / Espai en Blanc

Me hubiera gustado sentir entusiasmo ante la movilización ciudadana que conmemoraba, el pasado 11 de septiembre, la fiesta nacional de Catalunya. Viendo los rostros alegres e ilusionados, intenté esbozar yo también una sonrisa. Pero sólo me venían ganas de vomitar al ver tantas banderas. Lo siento. Es algo que nos sucede a algunos.
 

Viendo los rostros alegres e ilusionados, intenté esbozar yo también una sonrisa. Pero sólo me venían ganas de vomitar al ver tantas banderas

Evidentemente, como catalán prefería una calle Meridiana llena capaz de desafiar al gobierno español, aunque este desafío fuera un remake de los Juegos Olímpicos del 92. Manifestarse no consiste en inscribirse y participar. Lo confieso: estoy tan desorientado como un extranjero.

Algunos somos extranjeros entre los extranjeros, pero nos acordamos muy bien de que un día el president Mas tuvo que entrar en helicóptero a un Parlament bloqueado por unos impresentables que gritaban "Nadie nos representa".

Ahora el president Mas, protegido en una lista electoral, ha renacido puro e inmaculado habiéndose desprendido de recortes y corrupción. Es lo que C. Schmitt, el gran inventor del decisionismo ahora tan en boga, llamaría "el milagro de la política". Nosotros, porque no olvidamos, hemos podido subsistir en la burbuja.

En el interior de la burbuja nacionalista falta aire. Voy a explicar qué es la burbuja nacionalista. Esta maldita burbuja tiene la forma lógica de un doble vínculo, es decir, se trata de una situación en la que dos mensajes contradictorios chocan entre sí, y en su retroalimentación, impiden cualquier posibilidad de salida. El discurso nacionalista español y el discurso nacionalista catalán.

¿España o Catalunya? "Defínete". "Tienes que mojarte, no valen las excusas". La violencia se hace íntima, asfixiante.

¿España o Catalunya? "Defínete". "Tienes que mojarte, no valen las excusas". La violencia se hace íntima

El españolismo moviliza los legalismos más estúpidos y las pasiones más bajas. Hay que respetar la LEY como si la ley fuera algo sagrado, cuando es la plasmación de una correlación de fuerzas.

"Lo que queréis es imposible", afirman tranquilamente, cuando luchar por hacer lo imposible real es lo que dignifica a una lucha. Y, finalmente, el españolismo apela al miedo que es el argumento más revelador de la impotencia.

Por su parte, el catalanismo independentista, ignorando completamente a la mitad de la población, se empeña en construir la voluntad de un pueblo. En este caso, se movilizan las pasiones altas como la esperanza, pues son las que mejor funcionan en un relato épico.

Pero, en realidad, todo vale. Desde la manipulación de la historia a la llamada más descarnadamente razonable: "tendremos más dinero para nosotros". En definitiva, a la burda y sempiterna prepotencia española se responde desde una afirmación que tiene mucho de resentimiento y de engaño, a pesar de vestirse de sonrisa ilusionada.

El discurso nacionalista simplifica, despolitiza todo lo que toca, y siempre es conservador. Su afirmación es pobre, siempre lastrada de victimismo. "Tú eres malo, luego yo soy bueno". No sabe salir de ahí. Necesita imperiosamente un Otro como chivo expiatorio.

El otro día fui a comprar el periódico, y el kioskero muy serio estaba diciendo a un cliente: "Ya tengo ganas de que entren los tanques por la calle Diagonal...". Como no quería discutir, no le pregunté si él saldría a detenerlos.

Porque lo que ahora está sucediendo es que el cuento de hadas independentista se topa con el cuento de horror españolista. Cada vez queda menos aire en la burbuja. ¿Cómo romper este doble vínculo tan absurdamente agotador? Existía una posibilidad, seguramente incierta, porque casi ni llegó a existir.

Que Catalunya se constituyera en una anomalía, en una verdadera anomalía capaz de contagiar a los demás pueblos. Una anomalía y no una unidad política. Fue durante el 15M y por unos instantes.

Una Catalunya integrada en otra España que, quizás, abandonaría su nombre. Ciertamente, no supimos hacerlo, y a muy pocos interesó pensar esta unión sin unidad. España prefirió hacerse ridículamente fuerte en su extrema debilidad.

No supimos hacerlo, y a muy pocos interesó pensar esta unión sin unidad. España prefirió hacerse ridículamente fuerte en su extrema debilidad

Catalunya se conformó con un Estado propio pegado en el culo. Su mayor sueño. ¡Qué triste destino! En aquel entonces desde Espai en Blanc habíamos sacado una revista cuyo título era: "Catalans un esforç més!" (¡Catalanes un esfuerzo más!). Nos quedamos solos aunque todo el mundo se mostró muy comprensivo.

Franz Fanon, el gran luchador por la independencia de Argelia, ya nos avisaba: "No rindamos tributo a Europa creando Estados, instituciones y sociedades que se inspiran en ella... La humanidad espera de nosotros alguna otra cosa que una imitación, algo que sería una caricatura obscena".

Este intento de una experimentación política seria y consecuente no existe. Los partidos del sistema con su nueva lista tramposa, la marca blanca de los antiguos comunistas que jamás romperán un plato porque siempre son los primeros en venderse.

Sr. Coscubiela (tercero de la lista): ¿se acuerda de cuando sujetaba con fuerza la puerta de CC OO para dar tiempo a la llegada de la policía y así detenernos, mientras sus esbirros nos golpeaban ferozmente?

Sí, a nosotros, a aquellos impresentables que en el año 1999 tan solo queríamos leerles un pequeño manifiesto de homenaje en agradecimiento por los muchos sacrificios que han hecho siempre por la clase trabajadora. Al día siguiente, en la prensa nos acusaron de ser un grupo fascista.

Y quedan los amigos independentistas que creen poder ser, a la vez, anticapitalistas; que creen que el Estado propio es simplemente un paso necesario. Cierto, no hay tanto cinismo. Sin embargo, creen demasiado.

Por ejemplo, creen que aquí la lucha nacional coincide con la lucha de clases. A estas alturas de la historia, no sé muy bien qué es la lucha de clases, aunque puedo imaginármelo ya que la estamos perdiendo. Pero sé muy bien que no tiene nada que ver con una lucha nacionalista.

Viendo la ambigua relación de la CUP con el nacionalismo catalán hegemónico, me recuerda exactamente el papel de la extrema izquierda respecto a la izquierda del Estado de los Partidos. Y no digo más.

El hilo musical no cesa dentro de la burbuja: "El voto de tu vida", "Gobernémonos", "Sí, se puede"... La irrupción de categorías de la política moderna - Estado nación, el pueblo como unidad política, la construcción de una identidad - en un marco postmoderno, tiene el extraño efecto de crear un gran simulacro, en el que nada es lo que parece.

Se trata de un bluf extremadamente serio, y a la vez, totalmente risible y patético. Se agota el tiempo y hay que hablar claro. Tienes que definirte. ¿Vas a votar a favor o no de la independencia de Catalunya? ¿Sí o No?

Como no existe una respuesta colectiva que rompa el doble vínculo, la única que se me ocurre y sirve como una moral provisional a la cartesiana, es: "Preferiría no hacerlo".

"Preferiría no hacerlo", que es lo que respondía Bartleby cada vez que era acuciado. Pero yo no me quedaré como él en la oficina hasta morirme de hambre. De acuerdo. Defiendo el derecho a decidir.

Yo quiero mi derecho de fuga. Quiero fugarme, y no tener que responder a una pregunta que no me interesa

Yo quiero mi derecho de fuga. Quiero fugarme, y no tener que responder a una pregunta que no me interesa. Ser un apátrida que al no estar ligado a nada, a nada debe reverencia.

Ensayar un internacionalismo imposible, porque por este imposible si me vale la pena luchar. ¿Qué se trata de una salida personal? Quién lo piense es que no me ha entendido.

"No soy nada y debería serlo todo", afirmaba Marx. Nunca sabrán cuántos somos ni jamás podrán contarnos.

En la soledad del apátrida se encuentran la fuerza del anonimato y la del dolor. Por eso es inaccesible a la mirada del poder

En la soledad del apátrida se encuentran la fuerza del anonimato y la fuerza del dolor. Por eso es inaccesible a la mirada del poder.

Odiamos a todos los tertulianos. En el día a día, no nos perdemos en necedades, vamos a lo esencial. Y los domingos soñamos... que un movimiento subversivo barrerá por fin este escenario de cartón piedra. 

Artículo publicado conjuntamente en Diagonal y La Directa.

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comentarios

15

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    MaiMes
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    28/09/2015 - 1:02pm
    1-No todos los independentistas somos nacionalistas. La cosa no es tan simple y 2- Desde mi perspectiva es más viable construir otras formas organizativas, llámese municipalismo libertario o Confederalismo Democrático en una Catalunya Libre que dentro de esta basura de Estado. TAl vez una Catalunya Libre animaría a otros pueblos el Estado a tomar su destino en sus propias manos, siendo realistas es lo mejor que podría pasar. Porque sino, cuál es la alternativa? Permanecer en este putrefacto Estado y esperar a que todxs juntxs lo cambiemos? eso sí que es una ensoñación que yo veo muy dificilmente realizable...
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    Isidoro
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    25/09/2015 - 9:18pm
    Sí al derecho a decidir y ahora que puedes votar quieres huir. Qué plasta!
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    Isidoro
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    25/09/2015 - 8:56pm
    ¿Derecho a decidir sí, y ahora que puedes elegir entre 7 opciones quieres fugarte...? Sal a la calle mañana y da la tabarra por el "no derecho a la autodeterminación",  así no tienes que elegir entre los fascistas españoles y los catalanes fascistas, y te ahorras tener que escapar a ningún sitio.      
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    javir
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    25/09/2015 - 8:29am
    @#7 Tío, sería mejor que ampliases tus fuentes de información en cuanto a lo que es el anarquismo y lo que hicieron los anarquistas en la guerra civil. Por otro lado, me alegro de que, a pesar de tú odio visceral hacia el anarquismo (por lo menos eso es lo que se deduce de tu comentario), seas capaz de leer en un medio de ideología libertaria. Sigue así, informándote tb a través de tus "enemigos", no solo con las noticias de actualidad también con la historia y tendrás una perspectiva nueva y diferente de la "realidad".
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    Matías Escalera
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    24/09/2015 - 9:59pm
    Querido Santiago, qué consuelo leer algo con sentido en medio de toda esta vorágine de pasiones y emociones inútiles en la que la izquierda social y política ha sido engullida hasta desaparecer convertida en mera compañera de viaje de sus propios amos; enredada en discursos y objetivos que no son suyos, paralizada toda lucha de clase, reducida a la irrelevancia más absoluta; perdida en debates que no conducen a nada, salvo a la justificación del poder de los de siempre (no salgo de mi asombro cuando oigo hablar a los compañeros de las CUP de centralidad política, me parece increíble, o a Romeva haciendo compatible la corrupción con el proceso; sin contar las imágenes de los fraternales abrazos a Mas y el ridículo papel jugado en la comisión parlamentaria del caso Pujol). De todo esto solo quedará, al final, la constatación de la falta de un proyecto real autónomo, propio, de clase, y realmente independiente, de la izquierda social y política, aquí y allí; en realidad, en Europa entera. Pero digamos lo que digamos, desgraciadamente, intentar razonar en medio de este hartazgo de banderas y de emociones desbordadas no servirá para nada. En la resaca veremos si hemos aprendido algo. Un abrazo.
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    AGUILUCHO
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    24/09/2015 - 7:47pm
    Los oprimidos, los desposeídos, el proletariado o como queramos llamarlo no tienen patria ni su liberación es por el camino de la creación de un estado, de un estado por supuesto que capitalista junto a sus explotadores, que no cuestiona el orden social. Existen, junto a todas las matizaciones que se quiera, las clases sociales y el proyecto de los de abajo de subvertir el orden y acabar con el capitalismo, lo otro, la nación, que  es un invento burgués que aboga por el interclasismo en pos del desarrollo de la nación con sus mitos, etc., eso es otra cosa que la historia no nos ha dado muestras más que de  desastres y frustraciones, salvo para los iluminados de turno. Los que dicen que junto al independentismo llevan la lucha social, si llega el caso, ya veremos como en pos de que "primero es la construcción del estado nacional" la cuestión social queda relegada y sus defensores apartados. Repasemos la historia.
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    Tomas Ibañez
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    24/09/2015 - 7:33pm
    No podías expresarlo mejor. No lo dudes, tu grito desde la soledad encuentra  eco en miles de  soledades apátridas. Gracias Tomás
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    24/09/2015 - 5:14pm
    Un movimiento subversivo... con una herramienta adecuada... quién sabe. ¿Qué tal esto en lugar de CUP para futuras elecciones, una vez ser resuelva, en un sentido u otro, la cuestión independentista? http://noalregimendel78.blogspot.com
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    patis cafo
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    24/09/2015 - 11:54am
    Yo también &quot;preferiría no hacerlo&quot;, yo también odio a este Mas y sus menos, que insisten en encarcelar a nuestrxs colegas por echar un poco de spray y expresarles su rabia ante las puertas del templo vacío de la partypolítica. Por eso espero que la CUP tenga muuuucho cuidado con lo que hace a partir de ahora. Ya no caben más abrazos de oso... Solamente recomendarle a Santi una lectura, si es que no la conoce ya: <em>El escudo de arquíloco</em>, de Juan Aranzadi. Que se lea ni que sea el prólogo o la introducción -no recuerdo-, en torno al personaje de Arquíloco, que abandona el escudo en plena batalla como un &quot;cobarde&quot; para salvar la vida, porque la antepone a las razones superiores (véase la nación, la patria, la revolución, lo que sea). Es el derecho a la fuga.
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    Xavier Andrés
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    23/09/2015 - 11:09pm
    Que felices... No quiero saber nada, solo lo que YO QUIERA,&nbsp; Pero estos, van al médico gratuito, van a escuelas gratuitas, procurando no pagar impuestos y cuando lo precisan demandar ayudas publicas para subsistir.&nbsp; El anarquismo ya demostró en el 36 lo que eran. Emboscados que disparaban por la espalda al ejercito del estado legalmente constituido, mientras estos luchaban&nbsp;contra los fascistas. Porque ellos son lo primero, egocentrismo puro y duro, YO SOY EL MEJOR, YO NO QUIERO QUE NADIE ME DIGA LO QUE HE DE HACER, YO, YO y YO. Se lisonjean ellos mismos citando textos de filósofos, pensadores, etc, pero a la hora de la verdad, cuando se han de poner de parte de la justicia, de los derechos humanos o de la libertad de otros, siempre, siempre, encuentran la excusa para no implicarse. Solo acciones emboscadas, encapuchadas y violentas, contra todo y contra todos. No esperéis piedad ni caridad de un anarquista, no está en su ADN. &nbsp;
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    Gonzalo Ruiz
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    23/09/2015 - 2:17pm
    Me ha gustado mucho. Realmente, esas ganas de vomitar al ver tanta bandera a mi tambien me ocurre, sean del color que sean, y si ademas estan envueltas en caras de inocencia de niños y jovencitos/as manipulados absolutamente, mis ganas de vomitar y gritar se multiplican. Yo siempre he intentado hacer libres a mis hijos de mis convicciones, intentando que dispongan de informacion para poder tener un criterio propio.&nbsp; En fin, yo tampoco quisiera tener que responder a la pregunta. Odio los extremos y que me intenten utilizar. Dejennos vivir e
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    Mariona
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    23/09/2015 - 10:14am
    Me sorprende que un autor cuya obra gira en torno a la necesidad de politización de nuestras vidas y de ruptura con la realidad y de pedir imposibles acabé adoptando un discurso tan pijoprogre y &quot;save the world&quot; para mantenerse en una falsa equidistancia mientras nos contempla apesadumbrado desde lo alto de su montaña de superioridad moral. Muchos independentistas catalanes no somos ni nos consideramos nacionalistas a pesar del fuego cruzado, somos independentistas y con ganas de dejar de serlo y fundar una República con nuestros errores y aciertos. En fin, este artículo es otra forma de pedir estabilidad, como hacen los bancos y todos los poderes fácticos que estos días amenazan a los catalanes con la convivencia de esa izquierda de salón con la que Petit ha coqueteado, la de ICV y los niños de papá, la de profesores aburridos y sindicalistas para toda la vida. Esa izquierda que nos dice: &quot;con salir a la calle el día de los trabajadores y comprar el último libro de Owen Jones o la Klein ya es suficiente&quot;. Es esclarecedor la actitud de algunos intelectuales con el 15M en comparación con esta ola de cambio que recorre Catalunya. Esos intelectuales y no tan intelectuales que en el 15M cuando se empezaba a hablar de concreción política protestaban porque no querían romper esa magia del vacío político y la política de los gestos.
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    Celia
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    23/09/2015 - 8:54am
    Vote a las CUP amigo López y tómese un alka selzer, que esto va en serio!!!!
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    Rubén Bravo Monroig
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    22/09/2015 - 11:44pm
    Sumergirse en el texto es tomar la distancia suficiente de la polarización política en la que nos hayamos inmersos hoy por hoy y da hostias, por lo general, muy merecidas. No obstante, creo que con la CUP no acierta en tanto que repite el mantra de que le hace el juego a Convergencia y ERC cuando ha sabido encontrar su espacio con un discurso propio y crítico dentro de la pecera, un discurso que aboga por la soberanía popular que constituya un orden político por oposición al español o al europeo. Está claro que esto es ingenuo, difícilmente se puede cambiar un orden mundial desde instituciones locales; pero a diferencia del resto de formaciones creo que no olvidan de donde vienen, ni pierden la dignidad en el intento.
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    JUAN IZQUIERDO
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    22/09/2015 - 3:59pm
    Algunos viven el patriotismo como si de una religión se tratase, y nos desprecian a los ateos. &iexcl;Qué difícil hablar en el ruido!
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