Ganar en común

Si proyectos como las CUP o Barcelona en Comú surgieron al margen de Podemos y bajo distintas modalidades de interacción con esta formación, otros proyectos que lo intentaron fracasaron notoriamente en el intento.

, Concejal de Barcelona en Comú y miembro del CCE de Podemos
12/08/15 · 8:00
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Pablo Echenique, eurodiputado, durante la presentación de los resultados de las primarias en Podemos. / Podemos

El éxito de la hipótesis de Podemos –verificada con todos los pros y contras que se quiera y en la amplitud del pluralismo que le es propio– ha incentivado otras hipótesis de intervención por la ruptura constituyente que se venían fraguando antes incluso de su propia existencia. Vaya por delante que esto no debería ser considerado en modo alguno algo negativo, sino todo lo contrario: es todo un síntoma de la emergencia del poder constituyente.

En ocasiones las hipótesis alternativas han sido formuladas al margen de Podemos o en competición directa con él. Tal sería el caso de las CUP, herederas de un municipalismo que ya venía de antiguo. En otras ocasiones, sin embargo, la formulación de la hipótesis se propugnó de forma transversal e incorporó a Podemos a su ecuación particular. Tal fue el caso, sin ir más lejos, de la candidatura encabezada por Ada Colau: Barcelo­na en Comú.

La composición social que ha logrado articular Podemos supera con mucho la de quienes proponen su enmienda

Pero si proyectos como las CUP o Barcelona en Comú surgieron al margen de Podemos y bajo distintas modalidades de interacción con esta formación, otros proyectos que lo intentaron fracasaron notoriamente en el intento –Equo, Partido X, Partido Pirata, etc.–. Las variables explicativas sin duda son muy numerosas, pero bastarían las cuatro siguientes para avanzar un pronóstico sobre las concurrencias futuras: la composición social de los proyectos, la interpelación discursiva subsiguiente al conjunto de la ciudadanía, el momento del ciclo de movilizaciones en que aparecen y competir en elecciones a un mismo nivel de gobierno.

De un modo u otro estas cuatro variables vienen a conjugarse fatídicamente en el caso de Ahora en Co­mún: en primer lugar, si algo caracterizó el desbordamiento que Podemos fue en sí mismo –y sigue siendo–, de principio a fin, una composición social completamente diferente a la que ha caracterizado las redes activistas que impulsan el proyecto Ahora en Común. La archiconocida acusación de “populismo” y otras de sus derivadas más habituales –autoritarismo, personalismo, etc.– no cambia el hecho básico de que la composición social que ha logrado articular Podemos supera con mucho la de quienes proponen su enmienda.

En segundo lugar, es un hecho más que conocido que la interpelación discursiva de Podemos a la ciudadanía se ha fundado en un uso táctico de los grandes medios de comunicación de masas, y muy especialmente en el recurso a las tertulias de televisión. El target comunicativo ha sido, por lo tanto, un público infinitamente más amplio que el que facilitan algunos medios. Y lo que es peor, la ausencia de una voz propia y el peso excesivo de la mediación se traducen en una subalternidad de los intereses de los medios de que se sirven –pocos ejemplos mejores que los usos que ofrece El País, para darse cuenta de la nula capacidad disruptiva del discurso, inversamente proporcional al ruido generado–.

En tercer lugar, Podemos acertó con el momento político mientras que sus detractores o bien llegaron demasiado pronto o llegan ya demasiado tarde. El desbordamiento se produjo por una conjunción de factores irrepetibles. Y es que el manifiesto Mover ficha y el paso adelante de Pablo Iglesias fue un gesto único en el momento oportuno. Quienes ahora interpelan básicamente a parte de una audiencia generada por Pode­mos sólo pueden seguir su estela hasta que una nueva estructura de oportunidades modifique las condiciones de posibilidad con las que producir un nuevo gesto.

Por último, pero no menos importante, Podemos advirtió en la noche electoral de las europeas que su objetivo era ganar las elecciones generales de 2015. Desde entonces, toda su estrategia se ha subordinado a ese solo objetivo. En la práctica esto ha ido reforzando la consistencia de su línea política. En otros casos ha sido la propia agenda electoral del régimen y sus medios la que ha marcado los ritmos, incentivando unas apuestas u otras según la sucesión de contextos y diluyendo, con ello, la coherencia que requiere el momento.

Así las cosas, no parece que el panorama actual ofrezca opciones mejores ni mejoradas de la que Po­demos ofrece para las próximas generales. Bien estaría, visto lo visto, que las aportaciones, sin duda valiosas y necesarias, se realizasen al menos desde la lealtad al objetivo de la derrota del régimen del 78 y la ruptura constituyente. Sin ésta, el riesgo de agotar la única opción hoy por hoy plausible será el de la pérdida de una oportunidad histórica. Habrá otras, pero ésta es a por la que hemos venido.

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comentarios

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    Clara
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    Vie, 08/14/2015 - 12:36
    Efectivamente, se ve que hay dos Podemos, el de dentro y el de los que estamos fuera. Leo el artículo y me quedo pasmado. Los de dentro, los que estáis colocados, los elegidos en la lista plancha tratando de justificar desde la democracia actitudes poco democráticas. Se ve que estáis muy a gusto en los cargos. Que seáis felices. No es necesaria la justificación. O se corrige vuestra acción o esto acaba mal para la mayoría.
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    Marcelo
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    Vie, 08/14/2015 - 00:12
    Verdaderamente patético. Hace mucho tiempo que no leo nada tan deprimente y absurdo.
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    María35
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    Jue, 08/13/2015 - 13:11
    Todo eso está muy bien. Pero lo que también es cierto, y el autor del artículo lo obvia, es que están bajando en las encuestas, que la participación interna baja alarmantemente, y que como muchos analistas y políticos creen, que sólos no podéis. No vais a poder ganar, eso lo deberiáis tener claro ya. ¿Por qué despreciar votos que seguro van a ir a otras fuerzas, pudiendo ir todos juntos? Es que es de sentido común. La nefasta Ley Electoral propicia que vayan juntos, para sacar más escaños y ¿por qué no?  ¡¡Ganar!!   Por favor, vayamos juntos.
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    Luiscob
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    Jue, 08/13/2015 - 12:53
    Yo sigo sorprendiéndome muchísimo de la cantidad de análisis y más análisis que se hacen sin tener en cuenta los resultados de las elecciones municipales y autonómicas. El éxito de la hipótesis Podemos se demostró, ya en buena medida en las elecciones andaluzas, y definitivamente en las autonómicas, como un éxito muy, muy relativo. Desde luego, está muchísimo más cerca de las expectativas que otras fuerzas políticas ya tenían antes de la aparición de Podemos, que de ninguna victoria o siquiera un segundo puesto imaginable en las generales. Quien no quiera ver esto es que sigue viviendo en la burbuja de las encuestas que daban a Podemos la victoria; que, recalquémoslo, es una victoria que jamás ha existido en otro sitio más que ahí, en las encuestas. En la realidad no se ha pasado en ningún caso del tercer puesto. El volcán de Podemos estalló, pero después de la erupción y los saltos de lava a los cielos, todo ha cristalizado. La montaña es más alta, pero no mucho más. Y no lo será, desde luego, si dejamos que se derrumbe toda la base que había antes de la erupción. Sin embargo, sí hemos tenido clarísimos éxitos de candidaturas en las que participaban, además de Podemos --que nadie duda de que sea el que más aporte--, esa composición social tan limitada y con la mochila tan llena de piedras. Los cuatro puntos de crítica que se conjugan fatídicamente en Ahora en Común, y que aquí se exponen de una forma casi sugestiva y sin dar datos o hechos concretos que los justifiquen --llamo la atención sobre la cuestión de los tiempos y la oportunidad: no se da un solo argumento de por qué aquel momento fue singular y el de ahora no--, quedan borrados de un plumazo cuando se miran los resultados de las municipales y se comparan con los de las autonómicas. Lo mismo sucede con otras críticas que se siguen haciendo como si nada: que si otras fuerzas ya medio muertas lastran, que si asustan, que sin el tirón del nombre de Podemos no se va a ningún sitio, etc. Eran hipótesis heurísticas plausibles que los hechos han falsado. ¿Lo vamos a seguir ignorando? Advertencia de lógica: si necesitas cuarenta litros de combustible para llegar donde quieres, es tan importante no olvidarte de la garrafa de treinta y cinco como de la de cinco. Si te falta cualquiera de las dos, no llegas. Una aporta más cantidad, pero desde el punto de vista lógico las dos son condiciones exactamente igual de necesarias. O vamos todos juntos, o no llegamos. Así de sencillo.
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