Estás lejos de este periódico

Cuando lees DIAGONAL, quizá lo tengas en las manos o en la pantalla, pero estás más lejos de él de lo que piensas. También ocurre con otras cabeceras: eldiario.es, El País o La Razón. Y no se trata de una paradoja física. Tampoco me refiero a la distancia ideológica.

, educomunicadora
04/03/14 · 8:00
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Cuando lees DIAGONAL, quizá lo tengas en las manos o en la pantalla, pero estás más lejos de él de lo que piensas. También ocurre con otras cabeceras: eldiario.es, El País o La Razón. Y no se trata de una paradoja física. Tampoco me refiero a la distancia ideológica.

¿Sabes cómo se toman las decisiones en DIAGONAL y otros periódicos? ¿Cómo se financian? ¿Te has planteado publicar algún artículo? ¿Sabrías hacerlo? ¿Sospechas que en ocasiones te la juegan con alguna noticia parcial? ¿Tienes suficientes recursos para captar una posible manipulación? Estas preguntas pueden darte pistas. Pero, para explicar esta distancia que nos separa de los medios, me gusta comparar la Comunica­ción con la Política.

Hemos creado una trampa. Por un lado, en nuestro sistema político supuestamente democrático, encargamos a profesionales tomar decisiones sobre el rumbo del mundo. Lo hacemos a través de un sistema tan cómodo que, a su vez, sentimos extremadamente lejano de nuestra vida cotidiana. Tan lejano que la mayoría de la población no adquiere los recursos necesarios para participar adecuadamente en la sociedad. Incluyendo entre las prácticas de participación, el derecho al voto.

Como decía, en la Comunica­ción sucede algo paralelo. Paga­mos indirecta o directamente a profesionales –mediante la publicidad, por ejemplo– para que nos informen o desinformen. Esta comunicación se ha amurallado de tal manera que la mayoría de la población sólo puede permanecer como eterna consumidora.
Así pues, nos sentamos más lejos de lo que pensamos del periódico, la radio, el ordenador o la televisión. No disponemos de las suficientes herramientas para atender de forma crítica, para que nos sean útiles y para expresarnos en ellos.

Extraería dos ideas principales de estas comparaciones. Por un lado, la muralla de los medios. Por otro lado, la carencia de una educación mediática. En esta era de internet, muchos medios han fomentado una pseudo participación, pseudo porque o es superficial, o la esconden lejos de la portada, o la aprovechan para sus propios intereses. Esto también ocurre en los medios alternativos y críticos. Además, la mayoría mantienen una estructura vertical que se resume en: “Yo lo cuento, tú escuchas”. Incluso, para mayor indignación, en una contradicción suculenta, suceden anécdotas como que un grupo de comunicación del 15M rechace la participación de personas que no hayan estudiado Periodismo.

A pesar de este particular análisis, encuentro que disponemos de oportunidades únicas. Por un lado, los recursos de Internet pueden ayudarnos a transformar murallas en verdaderas plazas. Por otro lado, un reto. La conquista de la comunicación como territorio político pasará irremediablemente por incorporar su pedagogía a la enseñanza reglada, pero también a la práctica habitual de movimientos sociales, medios alternativos –o no– y personas en general.

Aprender a comunicar

Pasará asimismo por la exigencia de medidas públicas como una ley de transparencia útil, no sólo para la foto. Y por una lucha no sólo frente a los partidos culpables de este fraude global, sino también frente a los medios de comunicación para que sean más capaces de adaptarse realmente a las personas.

Trabajo en un programa llamado Cibercorresponsales en el que intentamos que niñas, niños y adolescentes elaboren su propio medio de ­comunicación. Y, además, aprenden de la mejor manera: comunicando.

Imagina a un chaval sentado en un sofá junto a un periódico, pongamos DIAGONAL, repleto de informaciones valiosas. ¿Qué criterios debe desarrollar para decidir apagar la tele o dejar el chat y abrirlo? ¿Encontrará en el periódico información que le ayude a tomar decisiones? ¿Contendrá alguna adaptación para que pueda comprenderlo? Incluso, ¿es posible que se anime algún día a comprarlo con su propio dinero? ¿A qué distancia está el chaval del periódico?

Despido esta página con más preguntas. Esa lucha por la comunicación, ¿tendrá forma de marea?, ¿cómo la imaginas?, ¿tendrás un papel en esta noticia?

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