Cuando la izquierda fracase

La ‘cuestión electoral’ es cada vez más debatida. Pero el debate no es “revolución o reformismo”; el significado de estos términos ha mutado irremediablemente y mientras la revolución es, gracias al 15M, una opción ‘de nuevo posible’, el reformismo keynesiano es una quimera ‘inasumible’.

, abogado y activista social
10/09/13 · 7:38
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La ‘cuestión electoral’ es cada vez más debatida. Pero el debate no es “revolución o reformismo”; el significado de estos términos ha mutado irremediablemente y mientras la revolución es, gracias al 15M, una opción ‘de nuevo posible’, el reformismo keynesiano es una quimera ‘inasumible’. Como señala Emma­nuel Rodríguez en su fundamental libro Hipótesis Democracia, la crisis europea es revolucionaria y hablar de revolución hoy es hablar de democracia. La vuelta al keynesianismo es inasumible para el actual orden europeo: sería una opción ‘más que reformista’ en la medida en que la expansión del gasto público -y por ende la monetarización de la deuda- supondrían el colapso del sistema financiero europeo.

Salvada esa cuestión ideológica y más allá de purismos, la revolución democrática se hará desde la calle, la red y las instituciones, pero será imposible “sólo en los parlamentos”. Igualmente, toda opción electoral debe renunciar a representar a los movimientos: no nos representan, porque nadie nos representa.

El primer y enorme problema a la hora de plantearse ‘lo electoral’ es entender que parlamentos y ayuntamientos tienen dinámicas propias extremadamente sofisticadas para impedir, de facto y de iure, la acción política radical en su seno. No digo que sea imposible –de hecho, no lo es– sino que la dificultad no es –sólo– ‘llegar’ sino ‘sobre todo’ actuar una vez dentro.

Las CUP, por ejemplo, entraron al Parlament de manera un tanto naif; sin tener del todo presente la enorme dificultad que supone tratar de hacer política en un espacio como ese. Los 3 diputados y las 3 liberadas que trabajan allí apenas pueden seguir el frenético ritmo de la vida parlamentaria. Aunque seguimos queriendo todo queda mucho por aprender. Porque al contrario del tópico, en los parlamentos sí se trabaja: se trabaja noche y día para que nada cambie.

No basta con buenos discursos en el hemiciclo. No sirven de nada si no se hace el enorme esfuerzo de comunicar qué se está haciendo allí. Como dice el diputado David Fer­nàndez, “anunciamos que seríamos el caballo de Troya pero de momento somos el pony de Esparta”. El asunto se vuelve más complejo aún cuando hablamos de ‘gober­nar’. Aún siendo diferentes entre sí, las experiencias de las izquierdas que gobiernan en la actualidad no generan precisamente ilusión: IU en Andalucía y Bildu en Gipuzkoa –un territorio, recordemos, con capacidad recaudatoria en virtud a la autonomía fiscal que brinda el Estatuto– no están consiguiendo siquiera hacer políticas socialdemócratas.

Más allá de las particularidades de cada caso, el problema fundamental y común es el límite de la escala nacional para resolver los problemas que genera la actual crisis sistémica. Hablando claro: la crisis no se puede solucionar desde la junta de Anda­lucía o desde la dipu­tación de Gipuz­koa; pero tampoco desde el gobierno del ‘Estado Es­tatal’ ni desde el gobierno dels Països Catalans independientes. La prueba de ello son los modelos latinoamericanos –mucho más valientes, interesantes y complejos que IU o Bildu, obviamente– pero que, como señala Isidro López, encuentran en su dimensión de Estado-nación el problema irresoluble que su modelo de crecimiento plantea.

La cuestión más importante que tenemos los movimientos, por lo tanto, no es cómo hacer para que la izquierda llegue al gobierno sino qué hacer cuando ésta fracase. Conse­guir un gobierno de izquierdas no puede ser la única carta que jueguen los movimientos, por 5 motivos: Porque la revolución será a escala europea o no será. Y eso no se va a hacer desde los gobiernos. Porque las políticas re-industrializadoras y keynesianas que propone IU son imposibles; están abocadas al fracaso. Porque si se centran todos los esfuerzos en la vía electoral, el vacío en la calle será ocupado por la extrema derecha.

Porque históricamente la izquierda ha sido incapaz de plantear modelos de emancipación que acepten la complejidad social. Y cuando ganan “los nuestros”, a las desviadas nos ‘eliminan’.
Y sobre todo, porque como hemos repetido ya tantas veces, la democracia hoy no se construye en los parlamentos sino que se practica entre la gente que los rodea.

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comentarios

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    Ortzi
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    Jue, 09/19/2013 - 01:37
    El autor del artículo parece perseguir que en las próximas elecciones vuelva a ganar el PP, por la vía que ha ganado esta vez, la de la abstención, y por la que se cree legitimado para el expolio sin precedentes e incluso para poner en marcha medidas cuyos precedentes mas parecidos son los de la Alemania nazi. Entonces os vais a enterar de lo de la revolución a escala europea, cuando lo que hay que hacer es recuperar nuestra soberanía, simplemente. A ver si de vez en cuando volvéis la cabeza a la historia real y recordáis ejemplos como el de Federica Montseny. Y no es que no simpatice con el movimiento libertario, si no, no estaría aquí. Pero Bakunin tradujo al ruso las obras de Marx, y si los marxistas pierden de vista el utopismo libertario, se pierden en el burocratismo. Y los libertarios, cuando consigan llevar adelante una revolución ellos solitos, avisad, y le daremos una satisfacción al alma de Durruti. Salud, y...
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    Isra
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    Jue, 09/12/2013 - 13:26
    Decepción, amigos/as, decepción. Ombliguismos varios. Mala cosa.
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    Pau
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    Mié, 09/11/2013 - 19:03
    @#3Coop57
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    Xenxo
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    Mié, 09/11/2013 - 18:24
    El artículo plantea cuestiones interesantes, pero debería la autora ser mas modesta y honesta, y reconocer que las soluciones son complejas y no se pueden dar en la teoría (por qué el ámbito escogido por la autora para el éxito de las transformaciones sociopolíticas es el marco europeo no otro cualquiera mas amplio?, o porqué uno menos amplio?. Y por qué se considera la práctica de la democracia como si fuera una especie de "amor universal" para practicar entre individuos fuera de las instituciones, y no una institución política en sí misma sujeta al espacio y al tiempo históricos) .  La praxis político social de los partidos y en la dialéctica fuerzas políticas revolucionarias/ movimientos sociales será la que tenga que resolver los interrogantes planteados, no podrá ser de otra manera, se hará camino al andar.
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    Aitor
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    Mié, 09/11/2013 - 16:37
    Se habla de IU, Bildu, la CUP o Venezuela y opino que estamos hablando de capitalismo de Estado, pues a fin de cuentas, no se trata mas que de integrarse en los mercados capitalistas convirtiendo al estado en una empresa. Ni la izquierda parlamentaria, ni la extra-parlamentaria han tenido posibilidades nunca de superar el sistema capitalista sin caer en la degradación o el fascismo por una simple razón, y es que tanto los que dicen preferir luchar en la calle y llegar al poder mediante una gran contienda bélica a la rusa, o los que dicen respetar la democracia burguesa y llegar al poder mediante unas elecciones,  hablan de lo mismo, de conquistar el poder que otorga el Estado, de convertir al Estado en la herramienta con la que se construya la revolución o en caso de hacerla lejos de sus garras, de recuperar su control, como si control y doctrina, fuese lo que mas conviniera a la revolución. Lo único que pasa es que la izquierda autoritaria no ha aprendido nada del fracaso de Rusia, ni del tropiezo de China, ni de las sanguinarias excursiones en Vietnam o Camboya, ni de Corea, Cuba, Venezuela ni de nada. Y es que no solo la prensa capitalista dice que todas las experiencias "revolucionarias" practicadas por la izquierda autoritaria hallan construido aterradoras dictaduras, aunque si es cierto que solo la prensa anarquista, objetiva por naturaleza, dice que ninguna de ellas se parece a la otra y que son dictaduras a escalas muy diferentes de la una a la otra, con sus particulares cosas cada una de ellas. Por eso puedo considerar a Corea del Norte una dictadura fascista y Venezuela una dictadura capitalista ¿o se a abolido el capitalismo? El Estado, debe abolirse y el autoritarismo es una enfermedad a rechazar, el poder que otorga el estado es inconquistable, el estado no se conquista, te conquista, te obliga a moverte entre lo que hace daño, a aceptar su naturaleza, y para cuando quieres darte cuenta, eres una parte mas de esa abominable máquina de dominio. Nadie habla de destruir el poder, existe el poder popular, ¿pero el poder del estado? ese debe destruirse y enterrarse bajo tierra. Ya va siendo hora de que los que lo creemos, lo defendamos sin complejo de molestar al camarada anticapitalista VIVA EL COMUNISMO LIBERTARIO!
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    postureo teórico izquierdista guay
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    Mié, 09/11/2013 - 16:20
    cuando planteemos de una manera muy concreta (basta de análisis teóricos inútiles) cómo crear puestos de trabajo, que ayuden a consolidar una soberanía nacional que perdimos hace ya tiempo, y sobre todo, se empiece a ver que es posible otro mundo por proyectos concretos que den trabajo, estaremos en el camino. De momento veo sólo postureo de sociologo guay y cero proyectos interesantes
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    Mar, 09/10/2013 - 12:24
    Solo tenemos una salida a la crisis y no será de "Europa", "América" o el "mundo", será de cada pueblo y por contagio (por efectiva del mundo). Aplicar una ley adaptada a cada lugar basada en la ley Glass Steagall (mejorando sus defectos, por supuesto) Salida inmediata del Euro de acuerdo a las leyes internacionales cualquier país puede salir de un tratado internacional,si viola los intereses fundamentales del país, esto no significa renegar del Euro, sino tener una moneda interna y mantener el feedback con este para exportación e importación. Potenciar la producción autóctona de forma urgente facilitando la explotación de los recursos y formando para ello, crear aranceles y/o impuestos para los productos extranjeros que tienen precios más bajos porque la población que los genera no trabaja con salarios justos, porque contaminan más porque recorren enormes caminos hasta llegar a nosotros y otros factores de ese tipo. Todo esto no es posible si la ciudadanía no se une en un gran proceso constituyente que no tiene que ser de todo un país, si no desde cada pueblo, ya que la soberanía de la ciudadanía se basa en si misma y en su modelo de organización más asequible y accesible al ciudadano implicado. No se trata de izquierdas o derechas, se trata de que la problemática actual afecta a lo más básico de las personas y hay que ponerse por encima de los adoctrinamientos y buscar una solución seria para tod@s.  Mar Comisión de Economía y Recursos 15M Barcelona.
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    hispamex
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    Mar, 09/10/2013 - 10:51
    Me gustan y comparto en gran medida tus reflexiones. Personalmente creo que una alternativa, ahora en crecimiento (y que busca trascender la residual dicotomía izquierdas - derechas a favor de la democratizacion radical de la sociedad), es la posibilidad de conectar la democracia de las gentes de la calle con las instituciones a todos sus niveles. Me refiero a la opción abierta por la #RedCiudadana del <a href="http://partidox.org/">Partido_X</a>. Dejo por aquí en enlace por si a alguien le interesa informarse. Saludos.
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