María José Santos
Muñoz, pediatra de neonatología
del Hospital
Severo Ochoa de Madrid,
ha declarado a este
periódico que “en ningún
caso una otitis puede ser
causa de fallecimiento.
Una muerte no puede
tener nunca esa justificación.
Otra cosa es que si
esa otitis no se trata
podría degenerar en una
infección que podría derivar
entre otras cosas en
una meningitis, pero la
causa sería esa, no la
otitis. Una muerte por otitis
María José Santos
Muñoz, pediatra de neonatología
del Hospital
Severo Ochoa de Madrid,
ha declarado a este
periódico que “en ningún
caso una otitis puede ser
causa de fallecimiento.
Una muerte no puede
tener nunca esa justificación.
Otra cosa es que si
esa otitis no se trata
podría degenerar en una
infección que podría derivar
entre otras cosas en
una meningitis, pero la
causa sería esa, no la
otitis. Una muerte por otitis
es bastante extraña”,
señala con asombro. Sin
embargo, a raíz de la
publicación en DIAGONAL hace
seis meses del caso de
la desaparición de Beatriz
Soriano, dada por
muerta a causa de una
otitis en 1964 en la antigua
maternidad de
O’Donnell, Nuria, la hermana
de Luis Massó
Toledo ha atado cabos.
La fórmula se repitió
durante años en la clínica
O’Donnell (Madrid), a
la familia le decían que
su bebé recién nacido
había muerto por otitis y
no les enseñaban el
cuerpo. Entonces, el hospital
se encargaba ‘de
enterrarlo’. Luis Massó
Toledo, nació el 21 de
abril de 1965, el parto
se complicó y la madre
que había parido en
casa fue traslada a
O’Donnell junto al bebé.
Ella fue a una sala para
retirarle la placenta y el
bebé a la incubadora.
Nunca más le vieron.
Les dijeron que murió
por otitis. No les dieron
ningún papel.
Más tarde consiguieron el único documento que poseen, un certificado ‘en extracto’ de inscripción de defunción del Registro Civil del Ministerio de Justicia, donde el encargado Fausto Cartagena González, certifica la defunción y firma, junto a otro garabato que dice secretario, sin que
figure el nombre de éste último. Ese documento con timbre oficial no dice la causa de la muerte. La familia ha entregado este documento y su testimonio al juzgado que investiga ahora el robo de niños durante el Franquismo en Madrid. Dos muestras de las decenas de muertes que fueron justificadas por una enfermedad que nunca puede revestir ese peligro.
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