"PATRIMONIO HISTÓRICO // ENTREVISTA A DANIEL ORTE, REALIZADOR DEL DOCUMENTAL ""CHAVES, LA MEMORIA EXPOLIADA"""
La cueva de Chaves, un expolio anunciado

El principal yacimiento
neolítico de Aragón ha sido
destruido por una empresa
de Vitorino Alonso, un
conocido magnate de la
minería y presidente de la
patronal del carbón. El
realizador Daniel Orte ha
dirigido un documental
sobre este expolio.

19/12/09 · 0:00
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Daniel Orte se define como “un soldado
de fortuna del documental, soñador,
idealista, luchador, amante
de lo justo, un poco cabezota y a veces
intransigente”. No tiene muy clara
la línea que separa su vida personal
del trabajo. Vida y trabajo siempre
relacionados con las montañas,
su otra gran pasión.

Su último trabajo, Chaves, la memoria
expoliada
, es una denuncia
sobre la destrucción de la Cueva de
Chaves, en el Coto de Bastarás del
municipio de Casbas (Huesca).

Al conocerse la noticia, unos amigos
de Ecologistas en Acción (EeA)
de Huesca le propusieron realizar un
documental. “La mayoría de los oscenses
conocimos la existencia y el
valor de Chaves el día en que supimos
de su destrucción. Esto es lo triste,
que los ciudadanos conozcamos
el valor de nuestro patrimonio cuando
ya lo hemos perdido, lo que es síntoma
de su mala gestión”.

Para este documental contó con
la ayuda de María José Urraca Cabrero,
Tote, natural de Sieso de
Huesca, cerca de Chaves. Tote, como
la mayoría de los vecinos, estaba
indignada, por lo que no tuvo ningún
problema en encargarse de la
investigación, las entrevistas y coordinar
la producción.

Se entrevistó a numerosos vecinos
de la zona, que pedían hablar en
privado por temor a represalias.
“Todavía existe en nuestro medio rural
ese miedo ancestral a opinar públicamente,
a las posibles represalias
en una sociedad caciquil”. También
hablaron con los guardas de la
finca, que no aportaron gran cosa:
“Cuando entrevistamos al director
de Patrimonio me pareció consternado,
aunque no sé si dispuesto a hacer
algún cambio en las políticas de
patrimonio para que hechos como el
de Chaves no vuelvan a suceder”.

Daniel ignora si el Departamento
de Medio Ambiente del Gobierno de
Aragón tiene alguna opinión. “Todo
su interés estaba en dejar claro que
ellos cumplían a rajatabla con lo que
dispone la ley. Sinceramente, creo
que el medio ambiente no les importa
nada”, afirma el realizador.

Fue imposible hablar con FIMBAS
SA, la empresa propietaria del coto:
“No sólo no quisieron dar su opinión
sino que no nos dejaron entrar en la
finca para acceder a la cueva. Ésa ha
sido nuestra principal dificultad y a
la vez nuestro principal reto narrativo”.
Se consiguió hacer un documental
sobre una cueva a la que no fue
posible acceder. “Este inconveniente
lo transformamos en una ventaja, ya
que al no poder entrar por vías convencionales
contratamos un ultraligero
y la sobrevolamos minuciosamente.
El vuelo nos dio una visión
sobrecogedora de hasta dónde llegaban
las actuaciones de esta gente y
hasta dónde la connivencia de los
responsables políticos en materia de
medio ambiente”.

El documental está teniendo una
gran acogida en sus proyecciones
por todo Aragón y Navarra. El 6 de
noviembre se presentó en Madrid
dentro de la campaña de sensibilización
que EeA desarrolla a nivel estatal.
“Aprovechamos la presentación
para solicitar al Ministerio de
Cultura que expropie la Cueva de
Chaves y los tres abrigos rupestres
que se encuentran en la finca y que
hasta el momento parece que han
corrido mejor suerte”.

Daniel nos habla de su futuro:
“Más que llegar, quiero seguir; siempre
pensamos en el futuro y nos olvidamos
del presente. Los premios no
son más que una palmadita en la espalda
de unos señores que saben
mucho de cine. Si el hecho de recibir
premios va a cambiar el objetivo de
mi trabajo, no quiero premios”.

Seguirá haciendo lo que le gusta,
financiándose de su propio bolsillo,
con la ayuda de amigos y endeudándose
con los bancos, aunque tarde
mucho tiempo en recuperarse después
de cada proyecto.

En una última demostración de su
carácter y determinación nos confiesa:
“Hasta el momento tengo que dar
la razón a aquellos que me aconsejaron
que no me dedicara profesionalmente
al documental, pero sigo sin
hacerles caso y aquí estoy”.


ATENTADO CONTRA EL PATRIMONIO HISTÓRICO



Casbas (Huesca), dentro del
Parque Natural de la Sierra y
los Cañones de Guara, la
cueva de Chaves albergaba un
asentamiento neolítico de
hace más de siete mil años,
clave para conocer el cambio
de una población nómada a
una sociedad pastoril, conocedora
del cultivo de vegetales
con que completar su dieta
basada en el conejo, la oveja o
la cabra.

Los arqueólogos que desde
1984 realizaban campañas de
excavación, hallaron restos de
cerámicas, molinillos, volanderas,
hachas pulidas y hojas de
sílex con pátina de siega, pruebas
de la actividad agrícola de
sus ocupantes.

Este yacimiento se hallaba en
el coto de caza de Bastarás,
propiedad de la empresa FIMBAS
SA, cuyo dueño es Vitorino
Alonso, un conocido magnate
de la minería y presidente
de la Patronal del Carbón. Vinculado
al negocio de la caza,
el empresario arrastra numerosas
denuncias por delitos fiscales
aún sin resolver y dos de
sus explotaciones mineras
están en huelga por el impago
de nóminas.

En 2006 FIMBAS inició una
serie de reformas para adaptar
la finca a una explotación cinegética
intensiva: valló el terreno,
que es parte de un monte
de utilidad pública, cortando
así el camino real que une los
municipios de Buesa y Boltaña,
y construyó un abrevadero
para los animales criados en el
coto con destino a la caza.
Esta obra es la causa de la
destrucción del principal patrimonio
arqueológico del neolítico
en Aragón y el segundo en
importancia del Estado.

A pesar del centenar de
denuncias presentadas por
vecinos, grupos ecologistas y
de defensa del Patrimonio y
pese a los expedientes abiertos
por el SEPRONA de la
Guardia Civil y la Confederación
Hidrográfica del Ebro, sólo
dos prosperaron ante el
Gobierno de Aragón, que sancionó
a FIMBAS con la ridícula
cantidad de 1.500 euros de
multa por obras ilegales.
Tras el escándalo, el Gobierno
de Aragón ha anunciado que
eliminará el vallado del coto
de caza de Bastarás correspondiente
al monte de utilidad
pública “por suponer la recuperación
de un espacio público
que ha estado usurpado
durante años”. Aunque ya sea
tarde para la Cueva de Chaves,
puede que los tres abrigos con
pinturas rupestres de la zona
aún se salven.

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