CARNAVALES ALTERNATIVOS / ENTRE LA REBELDÍA Y LO INSTITUCIONAL
UNA VIDA DIVERTIDA

El autor, del grupo
de teatro C de Palo,
reflexiona sobre la eterna
lucha entre don Carnal y
doña Cuaresma. Frente al
corsé de administraciones
y empresas, la diversidad
de las reivindicaciones
festivas se plasma en los
carnavales alternativos.

01/03/07 · 0:00
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BARCELONA, 16 DE FEBRERO.
La especulación y el ‘mobbing’
inmobiliario fueron dos de los
temas preferidos en la celebración
del carnaval alternativo./VdeVivienda Barna

En tiempos de carnaval el
mundo del revés vuelve
de nuevo para alimentar
nuestras conciencias y la
calle respira voluptuosidad movilizándonos
hacia las aspiraciones
más sublimes que la humanidad
siempre deseó. Parece como si, por
unos días, nuestra arrinconada existencia
se ampliara y los ecos de
otras épocas nos atravesaran los
tímpanos dejándonos los pensamientos
y toda su corpórea vivienda
alborotada, patas arriba.

En tiempos de carnaval, en días
de fiesta, las barreras jerárquicas
que separan y dividen a los individuos,
se suprimen y se establece la
esperanza, se materializa el sueño,
desempolvamos la utopía.

Carnaval empaquetado

Bien es cierto que las recetas que
nos brinda el querido carnaval, atesoradas
por la sabiduría popular de
todos los tiempos y culturas, precisan
de revisiones y mejoras constantes.
Corriendo el riesgo de ser
atrapada por la rigidez institucionalizada,
la cultura se nos antoja como
cualidad intrínsecamente ligada
a ella, en permanente transformación
y con carácter transformador.

Cuando el orden establecido empaqueta
la risa, plastifica la alegría
y organiza la revuelta, cuando acudimos
hastiadas y hastiados a desfiles,
manifestaciones, elecciones y
demás patrañas ‘democráticas’ que
determinan lo que debe ser, cómo
debe ser y cuándo debe ser, ¿no nos
brota al menos un pensamiento de
profunda rebeldía?

Por suerte no todos nos resignamos
a ser meros espectadores de
la vida. Cuando nos asaltan noticias
de sucesos imprevistos, cuando
en la normalidad irrumpe lo
espontáneo propiciándonos aire
fresco, impulso vital, carnal satisfacción,
¿no nos ronda en la cabeza
un pensamiento de expansiva
felicidad? Por momentos el pensamiento
intuitivo se hace más presente
en el plano de la conciencia y
el espíritu del carnaval nos visita,
viene a seducirnos con su empeño
por la dignidad humana, con su deseo
de justicia y libertad, con su todo
para todos, con su ilimitada potencia
para imaginar otros mundos
mejores, con su eterna ansia de
instauración de la utopía.

En los tiempos que corren, en los
espacios que habitamos, el carnaval
no se doblega ante el poder sino que
crece. Sólo que ahora, aquí, sin necesidad
de permanecer en el ciclo,
porque los ciclos ya los rompieron
otros (malditos). Se presenta aleatoriamente
para plantar la cara, el
corazón y el cuerpo entero. Para tirarse
un pedo en las narices de lo
establecido, para llenar las calles de
poesía con nuestros cuerpos, y hacer
de cuerpo y de tripas corazón.

No nos estamos inventando nada,
no, simplemente nos contaron.
Oímos voces, ecos, reverberaciones
lejanas, historias prohibidas sobre
hazañas extraoficiales, batallas rituales
entre doña Cuaresma y don
Carnaval, anhelos antiguos de justicia
y de diversión.

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