Investigación DIAGONAL confirma el exorcismo del papa y habla con el demonio expulsado.
Aunque el Vaticano ha negado que el papa Francisco realizara un exorcismo, al rezar imponiendo las manos sobre un enfermo el domingo de Pentecostés, el periódico DIAGONAL ha podido ponerse en contacto con el demonio exorcizado, que asegura que “el Papa le desahució y de muy malas maneras”.
Nota: no fue todo el periódico el que se puso en contacto con este diablo, porque hay más trabajo por hacer y tampoco nos vamos moviendo todos juntos, lo cual sería muy incómodo, además de ridículo. En realidad, me refiero únicamente a “este cronista” (se señala a sí mismo).
El demonio prefiere permanecer en el anonimato porque si pronuncias tres veces su nombre frente al espejo tiene que acudir a donde estés “y ahora no estoy para follones”. Aun así, no tiene inconveniente en explicar que “sólo me había retrasado con el pago de la hipoteca cuatro meses y justo la semana pasada fui a una entrevista de trabajo”.
La coyuntura tampoco es buena en su sector, dado que “los pocos que se dejan poseer exigen una compensación económica y un tanto por ciento de los derechos de explotación en caso de que la historia se lleve al cine. Se ha perdido el romanticismo”.
Según explica, la vivienda es un problema cada vez más importante para su colectivo, al igual que ocurre con los humanos: “Por un lado, nos resulta imposible poseer el alma de un ateo, que le echa la culpa al viento de nuestros portazos y susurros al oído mientras duermen, y por otro la Iglesia católica continúa empeñada en expulsarnos de las pocas almas en las que logramos instalarnos”. Se trata, explica, de un claro caso de racismo, “porque bien que no pasa nada cuando sus místicos se ponen a hablar en lenguas y a escribir poesías. Claro, Dios sí que puede hablar por boca de profetas, ermitaños y monjes, pero nosotros, no, claro, nosotros nos tenemos que conformar con serpientes. ¿Sabes que es lo peor de meterse en el cuerpo de una serpiente? Que no tienes manos. Es IMPOSIBLE rascarse. Es horrible”.
Añade que se ha puesto en contacto con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, con el objetivo de promover un escrache frente al Palacio Apostólico Vaticano. “De todas formas, no confío mucho en la PAH –asegura, escéptico–. Van muy de progres, pero cuando fui a verles salieron todos corriendo y gritando despavoridos”. El demonio reconoce que quizás no fue buena idea aparecer de la nada, envuelto en llamas y oliendo a azufre, para luego gritar: “Poneos a mi servicio, mortales”.
Este espíritu maldito admite que los endemoniados (“preferimos llamarlos residencias”) se comportan de manera preocupante mientras ellos les poseen: “A veces hablan usando un lenguaje extraño y les cambia incluso la voz, insultan a sus familiares, tienen arranques de violencia... Pero vaya, nada que no haga cualquier adolescente”.
Explica que sólo quiere “un techo bajo el que cobijarse” y que a cambio promete a los humanos “un sitio calentito en el que pasar toda la eternidad cuando se mueran”. Un momento, ¿se refiere al infierno? “No, no... Ehem... Er... Qué va...” ¿Seguro? “¿Acaso te mentiría? ¿Yo?”
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