- LEO BASSI. El histrión italiano
recibió una mención en la categoría
Demanda Seguro.
El vodkamiel es una bebida de código
abierto cuya fórmula magistral no es conocida
sólo por dos ejecutivos de Atlanta
- LEO BASSI. El histrión italiano
recibió una mención en la categoría
Demanda Seguro.
El vodkamiel es una bebida de código
abierto cuya fórmula magistral no es conocida
sólo por dos ejecutivos de Atlanta
que nunca viajan juntos en el mismo
avión. El vodkamiel es un cóctel de medio
kilo de miel y tres cuartos de litro de
vodka: ésta es su receta, la que este
artículo acaba de reproducir, la que el
lector acaba de memorizar, la que cualquiera
puede modificar. Vodkamiel es
una bebida espirituosa de código abierto
que puede alterarse, replicarse, citarse,
copiarse y beberse para, como dicen
sus ideólogos, “propiciar cruces, encuentro
y diálogo”.
Más de cien creadores brindaron con
vodkamiel para celebrar en Barcelona,
el pasado 28 de octubre, la primera gala
de entrega de los oXcars, los premios
que la EXGAE ha entregado a diferentes
personalidades y proyectos que han
destacado por su defensa de las herramientas
digitales como medio de intercambio
de la cultura.
Leo Bassi recibió la mención en la categoría
Demanda Seguro. El colectivo
Wu Ming fue el mencionado en Literatura.
Pablo Soto encajó el premio Galieo
Galilei, después de los ataques de
Promusicae al autor de algunos de los
avances más reseñables en Bittorrent.
El músico Enrique Sierra y su proyecto
127.es triunfaron en la categoría Mercados
de Futuro. La mención Millones
de Audiencia en tu Habitación fue para
The Bittorrent Man. Blender Foundation,
en categoría Animación. Guillermo
Zapata protagonizó la mención
en la categoría Cine.
Estos ‘galardones’ no son premios sino
menciones. Pero menciones en serio,
no de guasa. Como dice Simona Levi, ex
italiana y miembro de EXGAE, “la ironía
es que haya premios, porque la cultura
no debería ser competitiva”. Los oXcars
“mencionan” la labor meritoria de personas
y grupos que han entendido que las
nuevas formas de democracia digital son
una buena plataforma para difundir la
cultura e, incluso, para cosechar éxitos
empresariales entre quienes se han
adaptado a la nueva mentalidad.
La EXGAE nació como una asesoría
jurídica orientada, entre otras cosas, a
ayudar en las nuevas formas de gestión
de derechos sobre obras culturales.
Hoy trata de ofrecer algo más que un
consejo meramente asistencial: por
eso, durante el pasado mes de julio, en
pleno ataque internacional contra la
cultura y las herramientas digitales, se
propusieron resaltar la tarea de aquellos
que estaban destacando en su uso
inteligente. La respuesta fue masiva,
“había muchas ganas de un acto así,
mucha disposición”, recuerda Levi.
En tiempo récord se organizó la que
se anunció como “una gran gala no profit
abierta a todos” y “el mayor evento internacional
de cultura libre de todos los
tiempos”. Toda una red de colaboradores
se puso en marcha y a nadie se le pidió
que trabajase por la cara: todos los
artistas que participaron en la gala cobraron
su caché, “pero un caché justo”,
remata Simona Levi. La gala se convirtió,
además, en un acto de desobediencia y
rebeldía contra la SGAE: un 30% de los
participantes es socio formal de la sociedad
privada de gestión y mostraron con
sus actuaciones en la ceremonia las discrepancias
crecientes en el seno de la entidad.
Esta gala sirvió también para recaudar
fondos con los que contratar más
abogados para la afrontar las solicitudes
de asesoría en la EXGAE.
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