ORIENTE MEDIO // UN ZAPATO, CONVERTIDO EN ICONO DEL RECHAZO A LA GUERRA
El movimiento del zapato
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LOS SEGUIDORES DE AL ZAIDI. El periodista iraquí ha dado lugar a un movimiento de masas que ha recorrido el planeta. En la fotografía, un niño
levanta con orgullo un zapato en la manifestación en protesta por la masacre en Gaza del pasado 11 de enero en Madrid / José Alfonso
22/01/09 · 0:00
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LOS SEGUIDORES DE AL ZAIDI. El periodista iraquí ha dado lugar a un movimiento de masas que ha recorrido el planeta. En la fotografía, un niño
levanta con orgullo un zapato en la manifestación en protesta por la masacre en Gaza del pasado 11 de enero en Madrid / José Alfonso

Desde que el periodista iraquí Montasser
Al Zaidi tirara sus zapatos a Bush
en su último discurso en Iraq, poco se
ha sabido del hombre del zapato. Según
su hermano Udai, “tiene claras señales
de tortura, le falta un diente, tiene una
mano y una costilla rota y sufre hemorragias
internas”.

Lo que tal vez no supiera Al Zaidi es
que su acción daría lugar a un movimiento
de masas, tanto por su alcance
como por la heterogeneidad del mismo.
Todo empezó con las multitudinarias
manifestaciones de apoyo al periodista
iraquí en todo el mundo islámico. A continuación,
surgió la corriente que ha
arrastrado a millones de personas en
todo el planeta.

Tanto en las manifestaciones contra
la ocupación de Iraq y Afganistán, como
en marchas contra la masacre de
Gaza, los zapatos se han convertido en
omnipresentes: en Londres cientos de
personas arrojaban sus zapatos contra
la sede del Gobierno británico para protestar
contra la matanza perpetrada por
Israel; en Chipre, 2.000 personas atacaban
la embajada israelí a zapatazos y
en Madrid, donde más de 100.000 personas
salieron a la calle, una de cada
tres banderas sostenía en lo más alto
un zapato. Como no podía ser de otra
manera, internet se suma a esta novedosa
revolución. Miles de juegos invitan
a lanzar un zapato a Bush, hasta haber
alcanzado los 42 millones de zapatazos
en apenas un mes. Un ejemplo,
Sock and awe (calcetín y pavor), donde
el jugador dispone de 30 segundos para
lanzar sus zapatos a la cabeza del supuesto
Bush, que se mueve en una tribuna
durante una rueda de prensa.

Hasta tres millones de personas lo han
hecho ya. Por supuesto, no podía faltar
la canción del zapato. El rey del folklore
árabe, el egipcio Shaaban Abdrahim,
el hombre que cantó aquello de “odio a
Israel y me gusta Amr Musa” (en referencia
al secretario general de la Liga
Árabe), ha compuesto un auténtico hit
en homenaje a tan célebre lanzamiento.
Y como el componente económico
no puede faltar, un empresario saudí
ha ofrecido diez millones de dólares
por el cotizado proyectil.

No obstante, lo cierto es que las perspectivas
de Montasser Al Zaidi no son
nada halagüeñas. Recluido en la prisión
del aeropuerto de Bagdad, bajo control
estadounidense, puede enfrentarse a
una pena de hasta 15 años, según su
abogado, bajo la acusación de haber
atacado a un mandatario extranjero. El
hombre que quiso hacer pagar simbólicamente
a George Bush el millón de
muertos y los cuatro millones de desplazados
desde la ocupación de Iraq, ha
quedado convertido para siempre en un
símbolo de la la resistencia a la política
estadounidense en Oriente Medio.

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