No, los generales del ejército español y la Guardia Civil no friegan los cacharros después de cenar, el Ministerio gasta cada año medio millón en limpiar sus casas.
Que usted esté conduciendo a 63 kilómetros
por hora en los alrededores
de Murcia mientras un general de la
Guardia Civil está limpiando el cuarto
de baño de su casa en lugar de
coordinando un operativo para detenerle
resulta poco serio, o al menos
eso deben pensar en el Ministerio del
Interior. Esta cartera destina 500.000
euros de los fondos públicos cada
año para la limpieza de las casas de
generales y tenientes generales de la
Benemérita, a pesar de que sus residencias
se consideran domicilios privados.
Estos miembros de la cúpula
de los servicios y cuerpos de seguridad
del Estado tampoco pagan los
gastos de gas, agua, luz o los desperfectos
que puedan producir, para alegría
suya y chirriar de dientes de
quienes pagamos impuestos y conocemos
esto a la par que pulverizan el
llamado Estado del bienestar. En un
momento en el que el 60% de la población
asalariada cobra menos de
mil euros mi primera reacción es la
indignación, pero me imagino que
mucha gente pensará en enviar su
currículum a casa de algún general
cuando sepa cosas como que los gastos
de limpieza y mantenimiento de
la casa de Francisco Velázquez, director
general de la Guardia Civil,
fueron de 56.083 euros en 2009.
¿Que
castillo le han asignado a este señor?
Calculando a ojo de buen cubero,me
sale que con eso se podría pagar el
alquiler y todos los gastos de todos
los pisos de mi portal –que son unos
cuantos– y el local en el que se edita
DIAGONAL, y aún sobraría para
unas docenas de cañas y un par de
raciones de inspiración de merluza
al vapor, jugo de mandarina, salsifis
ahumados y concentrado de tocino.
Vale, nunca he visto ese plato en un
restaurante, pero de haberlo, llegaría
para pagarlo, seguro.
Ante todo sorprende que estos militares
de altos vuelos deleguen estos
menesteres en civiles porque, ¿quién
mejor para matar bacterias, virus y
protozoos que un general? Me imagino
lo bien que se lo podrían pasar
estos señores preparando el operativo
de limpieza y, después, masacrando
microorganismos patógenos con
la cara pintada de camuflaje. Pero
no, el Ministerio les quitó ese placer
para darle el trabajo a Talher y Clece,
dos empresas que pertenecen al grupo
ACS.
Se conoce que estas empresas
saben lo que se hacen puesto que
también se ocupan de la limpieza de
todos los cuarteles de la Guardia
Civil y de las comisarías de la Policía
Nacional. En tiempos de recortes
bien podrían dejar de pagar a estas
empresas los 114 millones de euros
que les han dado este año y que fuesen
los encargados de limpiar las calles
quienes empuñaran las fregonas
y se encargasen de limpiar sus casas
y locales, ¿no? Puestos a recortar
también habría que recordar los
861.600 euros que se han destinado
hace poco a comprar chalecos antibalas
para la policía o los 21,5 millones
que gastó en septiembre la
Guardia Civil para que sus agentes
estrenaran ropa.
Por no hablar de los
17.244,75 millones de euros que, según
el Centre Delàs, ha sido el gasto
militar en 2011. Plantear que estas
mareantes cantidades de dinero se
destinen a algo distinto a comprar
balas o mantener impoluta la casa
de un general, como por ejemplo a
sanidad, quizá parezca poco realista
hoy, pero si la CEOE no se sonroja al
pedir lo que pide para la próxima reforma
laboral no veo porque nosotras
no podemos soñar a gritos.
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