Inspirada en los
Mondiali Antirrazzisti de
Montecchio (Italia), la
iniciativa madrileña ha
conseguido consolidarse
como un espacio de
agregación contra el
racismo y el fascismo en
el Estado español.
- SIN FRONTERAS. En el evento participaron unas 700 personas y 50 equipos./ Ana Tabernero
“El fútbol es un juego que enfrenta a
11 contra 11 y en el que siempre gana
Alemania”. Eran las palabras del
genial delantero inglés Gary Lineker
tras ser derrotado por los teutones
en la tanda de penaltis durante las
semifinales del Mundial de Italia ‘90.
Sin embargo, 18 años después, en
otro Mundial, más modesto, pero
quizás también más auténtico, celebrado
en el municipio madrileño de
Alcorcón, la victoria, paradójicamente,
no estaba reservada para el
equipo ganador –como podría pensar
Lineker–, sino para los valores
que promueve dicho campeonato: el
antirracismo, el compañerismo y la
lucha por un mundo más justo, señas
de identidad del campeonato
que por tercer año consecutivo organizaba
la Asamblea Popular de
Jóvenes de Alcorcón La Encrucijada
junto con el Centro Social Eskuela
Taller. Y bien se puede decir que la
victoria fue por goleada, ya que el
polideportivo Santo Domingo –instalaciones
públicas en las que tuvo
lugar la competición– estaba a rebosar.
Cerca de 700 personas y más de
50 equipos venidos desde distintos
puntos del Estado: Cornellá, Lleida,
Zaragoza, Segovia, País Valenciá,
además de multitud de equipos de
los distintos barrios y pueblos de
Madrid. En tres años, esta cita ha
pasado a ser uno de los escenarios
lúdico-reivindicativos más sugerentes
y multitudinarios de la región, y
ha comenzado a convertirse en un
referente para movimientos sociales
y asociaciones deportivas comprometidas
en la lucha contra el racismo
y la xenofobia.
Nuevas formas
Aunque lejos todavía de lograr la repercusión
e incidencia de sus inspiradores,
los Mondiali Antirrazzisti
de la ciudad italiana de Montecchio,
con más de una década de historia a
sus espaldas, el trabajo llevado a cabo
en Alcorcón es valorado por
Morris, uno de los organizadores del
torneo, como “muy positivo, ya que
se ha logrado conquistar un espacio
público de intervención, como son
los polideportivos municipales, no
sólo para realizar actividades no mediadas
institucionalmente, sino para
darles un contenido político y reivindicativo”.
Durante toda la jornada, que tuvo
lugar el pasado 6 de septiembre,
estuvo muy presente la memoria
del joven antifascista Carlos Palomino,
asesinado hace diez meses
por un militar neonazi en Madrid.
Pancartas, cánticos y dedicatorias
le recordaban. Pero sin duda, el
momento más emocionante se vivió
durante la entrega de premios,
cuando Mavi, la madre de Carlos
tomó la palabra para agradecer todo
el apoyo brindado por el movimiento
antifascista en estos meses,
“que me ha dado fuerzas para continuar
el camino que le truncaron a
mi hijo”, expresó con serenidad, en
un recinto repleto de gente y emociones
contenidas.
Sin duda este Mundialito no será
tan recordado como el Italia ‘90 de
la ingeniosa frase de Lineker y de
la victoria alemana en la final frente
a Argentina. Sin embargo, esta
tercera edición del Mundialito Antirracista
de Alcorcón es un avance
hacia la consolidación de un proyecto
ambicioso que trata de sacar
de la marginalidad las luchas anticapitalistas
contra los prejuicios raciales
y culturales.
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