- FOTO: Phil Ambers
Asamblea de socios compromisarios
del Sevilla FC a mediados de
los años ‘90. Un escándalo mayúsculo.
Cuervas, el entonces presidente
del club le había regalado impunemente
un Mercedes a Sofía Mazagatos
- FOTO: Phil Ambers
Asamblea de socios compromisarios
del Sevilla FC a mediados de
los años ‘90. Un escándalo mayúsculo.
Cuervas, el entonces presidente
del club le había regalado impunemente
un Mercedes a Sofía Mazagatos
con el dinero de los socios.
José María García, siempre al filo
de la noticia, conecta a las dos de la
mañana con la caldeada asamblea,
un orador anónimo llama de todo a
Cuervas y a la Mazagatos, la multitud,
fuera de sí, aplaude a rabiar.
De repente se interrumpen los
aplausos y comienzan a sonar palmas
de tango con una cadencia que
sugiere que los socios se pueden tirar
así hasta las cinco de la mañana.
Tras un par de minutos atónito, el
Butano interrumpe la conexión y
continúa cantando y contando las
verdades del barquero.
En otro lugar del mundo y en otra
época, no menos delirante, miles de
aficionados iraníes cabreados porque
han visto como su ayatolá era
bajado a segunda división, piden al
comité de competición que revise la
votación ya que un periódico local
ha demostrado que varios de los
que han votado ni siquiera eran socios
del club religioso-estatal iraní.
Occidente por su parte, está encantado
de conocerse, y jalea, desde su
poltrona, la revolución verde de los
partidarios de Musaví en Irán. Con
el habitual desparpajo que caracteriza
a los medios occidentales se ha
convertido la indignada protesta de
los aficionados iraníes en una curiosa
celebración de internet y el
“periodismo ciudadano”. Las extrañas
quejas de estos tipos con velo y
turbante nos dan la razón: en nuestras
sociedades gracias a Facebook
no hay posibilidad de esconder los
abusos en el ejercicio del poder.
Entre otras cosas porque aquí los
abusos de poder están a la vista de
todos y tienen rango de ley.
La historia se repite
Pero no nos dejemos cegar por los
intereses geopolíticos gringos.
Durante los últimos días, la maquina
del cabreo futbolero sevillano
con su enorme potencial políticobizarro
se ha vuelto a poner en
marcha. La historia siempre se repite
como farsa, menos en los clubes
sevillanos donde ya era una farsa
la primera vez. Efectivamente,
amigos, el Betis ha descendido a
Segunda. Ante la justa indignación
que produce este hecho, los béticos
han dejado claro que tienen una
sensibilidad política tan profunda
como la de cualquier otra afición.
Más de 60.000 personas han salido
a la calle para dejar bien claro que
la crisis es algo secundario y que el
paro sólo molesta si no hay fútbol.
Lo real es el Betis.
La lista de notables que encabezaban
la manifestación contra
Lopera es un quién es quién del bizarrismo
hispánico. El manifiesto
“por tu dignidad y tu futuro” fue leído
por José Manuel Soto, ese mítico
galán latifundista, que tras su paso
por Supervivientes y la Teletienda
ha descubierto un filón liderando
manifestaciones de cabreo popular.
Soto estaba flanqueado por intelectuales
orgánicos como Curro Romero,
el alfa y el omega de las discusiones
más casposas que se puedan
haber registrado en el Estado
español, Poli Rincón (si quieren saber
qué pinta puede tener un futbolista
dopado como un mono no se
pierdan los gestos de Poli tras marcar
los goles del España-Malta), o el
ex presidente de la Junta de Andalucía,
José Rodríguez de la Borbolla,
alias Pepote. Las preguntas
de la multitud todavía resuenan en
el aire: ¿Que han hecho las administraciones
públicas para salvar al
Betis? ¿Dónde está Reporteros Sin
Fronteras para denunciar los atropellos
informativos (o la mera existencia)
de Radio Betis? ¿De que demonios
nos vamos a ocupar si el
Betis desciende a Segunda B?
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