DUELOS Y QUEBRANTOS // ALGUNAS DE LAS MEJORES FRASES SOBRE LA RECESIÓN ECONÓMICA
Los estribillos de la crisis

No es noticia que 2009
será el peor año para la
economía desde que existe
el Tío Gilito; sin embargo,
los medios, los gurús y
cualquier economista con
carrera se esfuerzan en
demostrar que sólo ellos
saben de lo que hablan.

08/01/09 · 18:03
Edición impresa

Es necesario que cualquier medio cuente con una previsión semanal, un aperitivo de tantos por cientos, algo que explique que en 2009 se adelantará el apocalipsis de los mayas previsto para 2012. Pero mucho más importante es que seamos conscientes de que ‘ellos ya lo predijeron’.

Entonces, las sentencias del último licenciado por Harvard o de un Organismo recién salido de la nada se convierten en dogma. Pero hay diferencias. Nuestro equipo ha reconocido tres lugares comunes diferentes, tres constantes que se repiten como antes (de la crisis) se repetían las canciones del verano.

Lo nuestro se acabó

Hoy por hoy es el estribillo más repetido. Los medios de comunicación se permiten decorarlo independientemente de cuál fuera su sesgo político hasta que “la crisis” les abrió los ojos sobre “los excesos del sistema financiero”. Se caracteriza por una grosera lujuria de cifras negativas.

En marzo, el diario El Economista lanzaba una de las primeras golosinas envenenadas cuando anunciaba que “Lo peor está por llegar en 2009: la tasa de paro alcanzará el 9,5%”. Unos meses después, la web satírica Libertad Digital presentaba su no va más: “BBVA augura una tasa de paro del 14% en 2009”. Tras el verano, la prensa tradicional se apuntó a las profecías de los artistas consagrados: “El FMI prevé una dura recesión en España con un 15% de paro en 2009”. En diciembre El País lanzó una de las versiones más osadas: “Los expertos pronostican que el desempleo alcanzará el 17% a finales de 2009”.

Pero no sólo de porcentajes vive el electorado. Los anglosajones, mucho más entrenados en el arte de construir frases para la eternidad, pronto percibieron que las profecías no atisfacían el apetito de retórica de las masas. Así, un aprendiz de estoico como James Ellman, presidente de Seacliffe Capital, emitió una frase bastante rimbombante acerca de los rescates a los bancos: “Cuando estás en un pozo, lo primero que tienes que hacer es dejar de cavar”. Mucho más sandunguero, a medio camino entre los resignados y los inasequibles al desaliento, Charles Prince III, presidente de Citigroup, construyó una sentencia que parece sacada de la película Danzad, danzad, malditos: “Cuando la música pare en términos de liquidez, las cosas se van a poner complicadas. Pero mientras la música suene, hay que estar de pie y bailar. Nosotros seguimos bailando”.

Tócala otra vez, Tío Sam

Después del verano, salvo en las tiendas de la calle Serrano, apenas quedaban optimistas. Pero hubo un tiempo en el que el entusiasmo neoliberal ante la nueva partida planteada
por el mercado rebosaba desde cada poro exfoliado de cada gurú. De este modo, algunos como el estadounidense Jon Birger, recomendaban a “los inversores inteligentes” que compraran acciones de Merryl Linch (acciones que han perdido tres cuartas partes de su valor en 2008).

A nivel doméstico, Rodrigo Rato seguraba (en 2007) que la crisis de
liquidez era cuestión de semanas. Un
año después, Emilio Botín se dignó a
tranquilizar a la plebe y explicó que
“el ajuste fuerte” de la economía iba
a pasar “pronto”. Ya en junio, el ministro
de Industria, Miguel Sebastián,
se presentó –con la misma alegría
con que se postuló en su día para
la Alcaldía de Madrid– como la
única persona a la que la tostada le
aterriza siempre por el lado del pan:
“Cuanto más se caiga, más rápida
será la recuperación”, profetizó.
Puestos a animar el patio, Eusebi
Cima, vicepresidente de la patronal
catalana, propuso una receta que recordó
a algunos las reveladoras 120
jornadas de Sodoma. Como uno de
los personajes de Sade, Cima no tuvo
empacho en asegurar que “lo que
necesitan los empresarios es ayuda
para despedir a gente”.

Lo estás haciendo muy bien

El último grupo se caracteriza por
hablar al menos una vez al mes de la
necesidad de “arrimar el hombro”.
Ellos saben que hay que hacer ‘un
esfuerzo’ y se ponen ‘a disposición’
de la sociedad. Imposible vivir una
recesión sin sus palabras de aliento.
Cómo no recordar en este grupo al
presidente del Gobierno y no emitir
un suspiro de alivio cuando dice que
“su único horizonte es la recuperación
económica”. Un consuelo sólo
comparable al de saber que el Rey
cree que hay que “hacer un frente
común y trabajar” para superar esta
crisis que tantos cadáveres exquisitos
ha dejado en la cuneta.

Tags relacionados: Sistema financiero
+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

separador

Tienda El Salto