PRIMAVERA ÁRABE // LOS PAÍSES DEL GOLFO IMPONEN LA HOJA DE RUTA DEL CAMBIO A SUS VECINOS YEMENÍES
Yemen, unas elecciones con un solo candidato en una transición de facto

EE UU, la UE y los países del Golfo pactaron la salida de
Saleh de Yemen para evitar el contagio de las protestas.
Las elecciones dan la victoria al único candidato.

05/03/12 · 7:03
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Foto: Leyla Hamad

Las elecciones celebradas en Yemen
el 21 de febrero
han contado con
una participación de un 80% de los
diez millones de yemeníes con derecho
a voto, según el jefe de la
Comisión Suprema de Elecciones y
Referéndum, un 60% según los medios
de comunicación.

Éstas han sido unas elecciones
históricas, porque por una parte ponían
fin a 33 años de presidencia de
Ali Abdullah Saleh
, y al mismo
tiempo trataba de sacar al país del
impasse político en el que entró hace
ya más de cinco años, y que se
agravó significativamente a lo largo
de 2011 con la proliferación de
manifestaciones, sentadas y convocatorias
de desobediencia civil que
exigían la salida inmediata del
presidente, en el poder desde 1978.

La jornada electoral se desarrolló
en un ambiente festivo y tranquilo
en Sanaa, la capital, hecho que contrasta
con los enfrentamientos que
tuvieron lugar en ciudades como
Mukalla o Adén, en los que murieron
diez personas
. En otras regiones
como Saada, al norte, y donde la revuelta
chií huzi ha logrado hacerse
con el control de casi la totalidad de
la provincia, cerca del 50% de los
centros electorales se cerraron.
Estos datos no hacen sino mostrar
que éstas han sido unas elecciones
no exentas de polémica. Se trata de
unos comicios en los que ha participado
un solo candidato; el vicepresidente
Abdel Raboo Mansur Hadi
, y
que se inscriben en el marco de la
Iniciativa del Golfo, recogida en el
documento Mecanismo de Implementación,
un informe poco conocido
que marca la hoja de ruta de la
transición política en Yemen.

Los vecinos del Golfo

La Iniciativa del Golfo, el acuerdo
patrocinado por el Consejo de
Cooperación del Golfo y avalado
por la ONU, la Unión Europea y
EE UU, fue firmada el 23 de noviembre
en la capital saudí tras
tres ocasiones fallidas en las que
el presidente Saleh, en el último
momento, rehusó firmar. De esta
manera se pactó la salida negociada
de Saleh
. Sin embargo, el
acuerdo sólo tuvo lugar entre la
principal plataforma de oposición,
el Encuentro Común (EC) y el partido
gubernamental, el Consejo
General del Pueblo (CGP), y no incluía
otras fuerzas políticas y sociales
de la sociedad yemení, entre
ellas tres movimientos claves como
el Movimiento Sureño, el grupo
antigubernamental de las
Plazas del Cambio y el grupo chií
de los huzi, que desde 2004 ha llevado
a cabo siete guerras contra
las fuerzas de seguridad en las
provincias del norte.

El mecanismo de implementación
de la Iniciativa del Golfo establecía
la formación de un
Gobierno paritario de reconciliación
nacional por un periodo transitorio
de dos años en el que sólo
participarían el EC y CGP
. Una
Comisión Militar estaría encargada
de retirar las barricadas y los
puestos de control de las fuerzas
de seguridad, así como las del
ejército pro revolucionario y las
facciones armadas de las tribus,
que durante meses mantuvieron
en jaque al Gobierno.

Por otra parte, tres meses después
de la rúbrica del acuerdo, debían
celebrarse elecciones presidenciales
en las que sólo podría
participar el candidato de consenso:
el vicepresidente Hadi. Tanto
el EC como el CGP se comprometían
a no nominar a ningún otro aspirante
a la presidencia. Teniendo
en cuenta que la Constitución yemení
establece que los candidatos
deben ser aprobados por el
Consejo Consultivo y el Parlamento,
la decisión era irrevocable en
tanto que ninguna otra fuerza política
tiene fuerza suficiente en estas
cámaras para aprobar con sus
votos una candidatura. Con la investidura
de Hadi, que se llevó a
cabo el 25 de febrero, concluye la
llamada transición política en Yemen.

Después debe ponerse en marcha
la segunda fase que consta de
cuatro etapas: la celebración de
una conferencia de diálogo nacional

que trate los temas más conflictivos
como la revuelta chií de
Saada, la cuestión del Sur y el
movimiento antigubernamental;
la creación de una comisión constituyente
que elabore una nueva
Constitución que debe ser sometida
a referendo público una vez
aprobada por las cortes; la reforma
de la Ley Electoral
y, por último,
la convocatoria de elecciones
parlamentarias
y, en caso de que
así se establezca en la Constitución,
también de elecciones presidenciales.

Inmunidad pactada

Según la Iniciativa del Golfo, a cambio
de esta transición, el presidente
Saleh debía obtener una inmunidad
ratificada por el Parlamento yemení
que sería extensible a sus colaboradores.
De esta manera, el presidente
se garantiza que, al menos en
Yemen, no podrá ser juzgado por crímenes
o por corrupción tras más de
30 años en el poder

Esa inmunidad fue finalmente
otorgada a mediados de enero, a pesar
de la oposición del movimiento
antigubernamental estudiantil
, que
en todo momento se manifestó contrario
tanto a la Iniciativa del Golfo
como al mecanismo de implementación
,
que consideran una injerencia
extranjera. A pesar de que algunos
de los líderes de la revolución yemení
se han mostrado satisfechos con
el desarrollo de los acontecimientos
y con las elecciones presidenciales
anticipadas, como es el caso de la
Nobel de la Paz, Tawakool Karman,
otros siguen sintiendo que han sido
marginados y que sus demandas no
han sido plenamente satisfechas.

La Plaza del Cambio de Sanaa vivió
la jornada electoral intensamente.
Los manifestantes allí congregados
seguían con mucha atención las
noticias. Algunos de ellos mostraban
su dedo pulgar manchado de
tinta para demostrar orgullosos su
paso por las urnas
. Había un ambiente
de alegría contenida que no
lograba estallar en un júbilo como
en otras revoluciones de la Primavera
Árabe, y es que la revolución
yemení ha durado un año desde el
inició de la acampada.

UN AÑO DE
INDIGNACIÓN

Ha pasado un año del inicio de
las acampadas que reunieron a
cientos de miles de personas diferentes:
estudiantes, militares
desertores, integrantes de distintas
tribus, mujeres, parados, trabajadores
e intelectuales. Todos
descontentos con el Gobierno,
aunque tenían distintas ideologías,
religiones y edades, compartían
el deseo de acabar con el presidente
Saleh, que llevaba más
de 30 años en el poder. Los jóvenes
de la Plaza del Cambio han
logrado forzar la salida del Saleh,
pero tienen la certeza de que no
han logrado cumplir sus demandas.
2011 fue un año de represión,
privaciones y de temor a una
guerra, pero también el año en el
que hombres y mujeres desafiaron
al presidente.

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