ANÁLISIS // SENSACIONALISMO Y CHAUVINISMO EN LA COBERTURA MEDIÁTICA
Y Haití fue noticia

La cobertura del terremoto
en Haití estuvo rodeada
de visiones eurocentristas,
centradas más en las
víctimas españolas que en
los cientos de miles de
muertos haitianos.

02/02/10 · 0:24
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Hillary Clinton aterrizó en Haití para escenificar el compromiso de esta potencia con la reconstrucción.

En la información sobre
el terremoto de Haití
han dominado varios
patrones criticables en
la medida en que muestran un retorcimiento
de la realidad o un
desvío de la atención.

El primero de ellos sería el desplazamiento
del objeto de la noticia,
que deja de ser el haitiano para
ser nosotros, es decir, las instituciones
que envían ayuda humanitaria,
las hazañas de los cuerpos de cooperación
allí destinados o la situación
de los españoles que se encontraban
en el país. ¿Por qué me debe
interesar a mí más el destino de un
español en Haití, que no conozco,
que el de 200 niños haitianos? Una
imagen de la web de Público el mismo
día del terremoto simultaneaba
estos dos titulares: “Haití calcula
que los muertos podrían superar
los 100.000” y “España busca si hay
víctimas e inicia el envío de ayuda”.

Por víctimas entienden sólo españoles,
los 100.000 muertos no son
víctimas, sólo son haitianos. La foto
en portada de El Mundo, El País y
Público
el día 16 era la de un bombero
vallisoletano con un niño
haitiano. Los testimonios son del
primer mundo, de nuestro país:
responsables de la agencia de cooperación
española, bomberos españoles,
enfermeros españoles...

Los medios nos presentan una
orgía de ayudas. Desde España: “El
Congreso y el Senado, con Haití”
(El Mundo, 16-1-2009); “Ibercaja
doblará las aportaciones solidarias
a favor de Haití” (Cope 26-1-2010);
“CAM destina a Cruz Roja 100.000
euros de las aportaciones solidarias
para los damnificados del terremoto”
(Europa Press, 26-1-2010). O
desde el primer mundo en general:
“EE UU asegura la ayuda humanitaria”
(El País 20-1-2010); “Ashton
convoca una reunión de la UE para
coordinar la ayuda” ( El País 15-1-
2010). Sin embargo silencian la
ayuda de los humildes. El País publicó
el 15 de enero un cuadro titulado
“Ayuda financiera y equipos
de asistencia” donde se detallaba la
ayuda de 23 países más la ONU. No
aparecía Cuba que tenía allí a 400
cooperantes, la mayoría sanitarios,
a los que se sumaron otros 60. Cuba
debiera haber sido el país que encabezara
el cuadro de ayuda en
personal de asistencia. En ningún
sitio leímos que Nicaragua al día siguiente
del terremoto envió dos
aviones con tres toneladas de alimentos
y dos brigadas, una de médicos
y enfermeras y otra de rescate.

Los aviones del ejército nicaragüense
fueron de los primeros en
aterrizar. Es evidente que esos gobiernos
no tienen un buen departamento
de prensa.
Había que presentar que el primer
mundo llega con ayuda (“La
Unión Europea moviliza 229 millones
para ayuda urgente”) y orden
(“EE UU llega para imponer el orden”).

Ambos titulares de El País el
19-1-1010. Tal y como se hizo con
el huracán Katrina en Nueva Orleans,
los medios colaboraron en
presentar una imagen de caos y
violencia que pudiera legitimar y
justificar la intervención militar. El
abuso de los vocablos “saqueo” y
“pillaje” es constante e ilícito en la
medida en que en la mayoría de los
casos los objetos que son apropiados
son de uso básico y vital. Los
damnificados de un terremoto que
se han quedado sin vivienda, sin comida
y sin agua, no roban una televisión
de plasma o un aire acondicionado.

Sin embargo los titulares
insisten en estas palabras delictivas:
“Los habitantes de Puerto
Príncipe, desesperados por la falta
de ayuda, se lanzan al pillaje” (El
Mundo
16-1-2010); “La escalada de
la violencia frena el reparto de ayuda”
(El País 18-1-2009); “Caos, saqueos
y rescates” (Público, 16-1-
2010), “Mientras la población de
Haití se lanza desesperada al pillaje,
equipos españoles rescatan con
vida entre los escombros a más de
una docena de personas” (El
Mundo, 16-1-2010). Presentan al nativo
entregado al pillaje frente al
blanco español que lleva la salvación
y la civilización. Lo afirmó una
cooperante entrevistada en el informativo
de Antena 3 el 16 de enero.
Según dijo, les era imposible a las
personas “normales” repartir nada
allí, pues corrían el riesgo de ser
asesinadas. De modo que en Haití
están las personas normales, que
son los del primer mundo que repartimos
comida, y los no normales,
gente depravada que te puede
asesinar sólo porque quiere comer.

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