Vecinos de la favela de Rocinha denuncian la desaparición desde hace más de diez días de un albañil que fue detenido por las Unidades de Policía de Pacificación en Río de Janeiro.
Desde el 14 de julio , está desaparecido Amarildo Souza, un albañil de 47 años de edad, vecino de la favela de Rocinha, en Río de Janeiro. Amarildo fue llevado por el batallón de Policía Militar llamado Unidad de Policía Pacificadora (UPP), que actúa en las favelas de Río de Janeiro como una fuerza de ocupación militar permanente. Pese a que según la policía Amarildo fue llevado para averiguaciones, no se encuentra en ninguna comisaría policial, hospital, morgue o prisión oficial y no hay registros de su pasaje por comisaría.
Las vecinas y vecinos de la comunidad se han organizado y hacen rondas diarias para buscarle. Su familia, denuncia estar recibiendo amenazas de muerte desde que empezaron una campaña por las redes sociales exigiendo explicaciones. La campaña, con los hashtags #OndeEstáAmarildo, #ForçaRocinha y #WhereIsAmarildo, tiene ya repercusión nacional. Se espera que sea una invitación también a la solidaridad internacional y logre presionar al Gobierno.
Aniversario de la Chacina da Candelária
No son nuevas las denuncias de violencia y abuso de poder por parte de las policías brasileñas. El pasado martes se han cumplido 20 años del episodio conocido como “Chacina da Candelária”, donde la policía disparó contra 80 niños y adolescentes que vivían en la calle y dormían a los pies de la iglesia de Candelaria, matando a ocho de ellos.
En el contexto político actual, el único superviviente de la chacina aún vivo hoy se dirigió a la población brasileña a través de una carta, en la que recordaba: “Son veinte años de falta de respeto de los gobernantes, de falta de políticas públicas para los jóvenes pobres y negros. No se invierte en los niños. Es más fácil matar que cuidar.” La promesa del gobernador Sergio Cabral, al defender el proyecto de la UPP en su campaña política, era acabar con la brutalidad policial. Sin embargo, las denuncias de abuso de poder por parte de las Unidades de Policía de Pacificación son muchas y, sólo en 2013, al menos dos jóvenes han muerto debido a la violencia policial.
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