A LA CENTRAL QUE EL PAÍS VECINO PROYECTA CONSTRUIR SE SUMA UN REACTOR EXPERIMENTAL CON FINANCIACIÓN
El último guerrero de lo nuclear en la UE

La crisis de Fukushima, que ha cambiado la postura de Alemania e Italia, no ha modificado los planes del
Gobierno francés, firme defensor de la energía atómica.

, Berlín (Alemania)
18/07/11 · 8:00
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Central nuclear en Francia / Jean Louis Zimmermann.

El último accidente nuclear “sin consecuencias”
en Francia tuvo lugar el
sábado 2 de julio en la central de
 Tricastin. Una columna de humo se
elevaba a las tres de la tarde tras el
fallo de un convertidor. El incidente
paró varias horas dicha central. Tal
vez porque en suelo francés nunca
ha tenido lugar un accidente nuclear
importante,
en el país vecino prolifera
el discurso de la seguridad de esta
peligrosa y escasa fuente de energía.

En Francia hay 59 centrales nucleares.
Es el país europeo con más
centrales y el segundo del mundo.
Un 70% de la energía francesa proviene
del uranio y, junto con
Finlandia, es el único país que construye
una central nuclear en estos
momentos en la Unión Europea.
Francia no ha desaprovechado la
oportunidad de su presidencia de
turno en la cumbre del G20 para influir
en la formulación de las propuestas
para el Organismo Internacional
de Energía Atómica, entre las
que se cuentan la iniciativa de que en
el futuro solamente científicos ligados
a la industria sean los que evalúen
las centrales nucleares. Mientras,
la oposición de la sociedad civil francesa
es creciente:
el domingo 26 de
junio hasta diez mil personas formaron
una cadena humana en
Fessenheim, pueblo francés en la
frontera con Alemania y Suiza, donde
hay una central de los años ‘70
que las organizaciones ecologistas
califican de peligrosa.

Reactor experimental

La Unión Europea ha gastado ya
16.000 millones en el proyecto de
Reactor Termonuclear Experimental
Internacional (Iter), en Cadarache,
en el sur de Francia. El costo
ha aumentado, a pesar de que no se
ven avances en este proyecto que se
puso en marcha en 1986. El experto
en energía Mycle Schneider lo llamó
“un programa para emplear a físicos
en paro” en el periódico alemán
Taz. Este presupuesto, que
afecta al desarrollo de alternativas
renovables, está redactado y acordado
de forma que salir del mismo
costaría a la UE unos 4.500 millones
de euros por los acuerdos con empresas

constructoras y por los contratos
del personal empleado.

Además, Francia es el primer exportador
de tecnología nuclear, a pesar
de que este Estado firmó en 1960
el tratado de no proliferación de armas
nucleares. Junto con Reino
Unido, Francia es uno de los países
que ha investigado y posee armas nucleares,

que experimentó en el
 Sahara argelino y en Polinesia desde
1960 hasta 1996. Estos experimentos
obligaron en 2009 al Ministerio de
Defensa a pagar 10 millones de euros
para los 150.000 damnificados
por las pruebas nucleares. Otro
Ministerio de Defensa, en este caso
el alemán, ha pedido a los astilleros
nacionales que comiencen la construcción
del tercer submarino nuclear
de ataque de la flota francesa de
los seis que el Ejecutivo de Sarkozy
 ha previsto fabricar. Este arsenal restará
8.700 millones de euros de las
arcas del Estado francés.
Como señaló
el presidente del partido verde
alemán en la revista Stern, Estados
como Francia “no se enrolan en proyectos
nucleares por necesidades
energéticas, sino por cuestiones de
poder militar”. El ejemplo es la central
que se construye en Brasil con
una subvención alemana, una central
innecesaria, ya que ese país produce
a día de hoy el 80% de su energía
mediante renovables.

Mientras el mundo ha asistido a la
mayor catástrofe nuclear de la historia
en Japón, otros desastres naturales
en EE UU han alertado de la urgencia
de una rápida salida del negocio
nuclear.
Las dos plantas del
Estado de Nebraska han declarado
niveles de emergencia a causa de las
inundaciones y en Minesotta el calor
ocasionó el fallo de un generador de
emergencia en Prainie Island, el mismo
tipo de accidente que dio lugar al
desastre de Fukushima. A pesar de
esta concatenación de pruebas, el
presidente Nicolás Sarkozy felicitó a
su homólogo japonés por la “transparencia”
en la gestión por parte del
Gobierno nipón de los efectos del
tsunami en los seis reactores de la
central siniestrada en marzo.

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