"ENTREVISTA A DANIEL REYES MOLÓN, EX TRABAJADOR DE LA FUNDACIÓN O""BELEN"
“El trato que recibían los menores era inhumano”

Daniel Reyes trabajó dos
años en Casa Joven,
centro terapéutico de
protección de menores en
Azuqueca (Guadalajara).
A su marcha, denunció el
trato que se dispensaba
a los menores.

16/03/11 · 8:00
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DANIEL REYES. Este educador forma parte del Colectivo No a O’Belen. Foto: David Fernández.

DIAGONAL: ¿Cuál es la situación
de los trabajadores en los centros
de menores?

DANIEL REYES: La privatización
de los servicios sociales, además de
la depauperación del servicio, ha
conllevado la generalización de la
precariedad laboral en el sector, lo
que repercute en el servicio, y favorece
la represión antisindical. Así,
en O’Belen no se remuneraban las
frecuentes horas extra; yo tenía un
contrato por obra y servicio, y como
educador a jornada completa cobraba
780 euros.

D.: Trabajaste dos años en el centro
de O’Belen Casa Joven, ¿qué viste?


D.R.:
El trato que recibían los
menores era inhumano. Los insultos,
las vejaciones de todo tipo y las
penas de aislamiento eran constantes.
También eran habituales las
agresiones físicas, que eran justificadas
como contenciones. Algunos
chavales se pasaban meses sin estar
al aire libre (ni siquiera en el patio),
se producían registros con desnudo
integral, la correspondencia
se intervenía y se escuchaban las
llamadas, se abusaba de los psicofármacos...,
era una locura. Además,
teníamos constancia de que
aquello no era la excepción sino la
norma en los centros de O’Belen.
Por desgracia, luego hemos sabido
que no sólo en los de O’Belen
ocurren estas barbaridades.

D.: ¿Cómo llevasteis a cabo la denuncia?
¿Con qué apoyos contasteis?

D.R.: Un grupo de educadores decidimos
hacer algo. A través del
Sindicato de Estudiantes y del Sector
Crítico de CC OO de Guadalajara
pusimos una denuncia ante el
Defensor del Pueblo. Por las mismas
fechas, un educador en Madrid
interpuso otra denuncia ante la
misma institución. Y paralelamente
se inició un proceso de movilización
social contra O’Belen y contra
los centros de menores en general
(muy vinculado con los movimientos
antirrepresivos que suelen articularse
entorno a centros sociales
okupados).

La combinación de estos
frentes va dando sus frutos: y al
menos cuatro de los centros terapéuticos
de O’Belen han sido clausurados
y su presidente, Emilio Pinto,
tuvo que dimitir. Pero aún queda
mucho por hacer, ya que con el
psiquiatra Javier San Sebastián a la
cabeza, están intentando diversificar
el negocio hacia la salud mental
infanto-juvenil.

D.: Según denunciáis desde el
Colectivo No a O’Belen, la Fundación
lleva una campaña de
‘acoso judicial’ contra ti. ¿En qué
consiste?

D.R.: He aparecido en numerosos
medios de comunicación -prensa,
radio y televisión- denunciando lo
que ocurre en los centros de esta
empresa. Y por ello a finales del año
pasado recibí cuatro citaciones para
acudir a actos de conciliación, un
paso previo al inicio de un procedimiento
por injurias. Esto ha supuesto
que tenga que acudir numerosas
veces al juzgado, ya que todas eran
denuncias individuales (en distintos
juzgados). Pero los denunciantes
estaban sin localizar y cuando
ya eran localizados no se presentaban
a los actos de conciliación.

Tras
denunciar esta situación al Colectivo,
uno de ellos, finalmente apareció.
Por cierto, dicha persona vino
acompañada por un responsable de
O’Belen y no por el letrado que figura
en las denuncias.
Desconozco si seguirá adelante
el proceso y habrá juicio, pero de
ser así tomaremos las medidas legales
y políticas que consideremos
oportunas. Y en cualquier caso,
aquí nadie se va a callar.

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