MÉXICO // PEMEX, LA PETROLERA ESTATAL MEXICANA, RESPONSABLE DEL 40% DEL PRESUPUESTO NACIONAL, EN PELIGRO DE PR
Trasnacionales, España y EE UU presionan para privatizar el petróleo mexicano

La iniciativa de reforma
del presidente Calderón
para privatizar la
empresa paraestatal
Pemex ha generado
serios debates sobre su
gestión y el futuro del
petróleo en México.

14/11/08 · 12:09
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MEXICO DF. Manifestación contra la privatización de Pemex el 14 de abril de 2008.

Al cierre de esta edición, más de tres
millones de mexicanos y mexicanas
habían participado en la consulta
popular sobre la reforma petrolera
propuesta al Congreso en abril pasado
por el Gobierno del presidente
Felipe Calderón, del conservador
Partido de Acción Nacional (PAN).
A pesar de la gran campaña política
y mediática de la derecha contra
esta consulta ciudadana, en casi
todos los Estados de la república se
pudo expresar el rechazo a la privatización
de Petróleos Mexicanos
(Pemex), que “no es otra cosa que
un burdo intento de justificar la entrega
del patrimonio nacional petrolero
a la iniciativa privada, principalmente
extranjera”, en palabras
del analista Gustavo Iruegas.

La excusa de Calderón y su Gobierno
para la propuesta de reforma
es la obsolescencia de los recursos
de esta empresa paraestatal, la
poca modernización y la necesidad
de grandes inversiones, por ejemplo,
para refinar gasolina, que ahora
es importada casi en su totalidad
para abastecer al país. El Partido de
la Revolución Institucional (PRI) se
ha sumado recientemente a esta
idea de reformas, que violaría la
Constitución mexicana.

“Pemex es patrimonio del pueblo
mexicano, no del Gobierno en turno”,
alzan la voz desde todo el arco
de la izquierda. Y como se ha ido
viendo en los distintos foros y debates
abiertos desde abril, los últimos
gobiernos han sido los que han ido
dejando en este estado crítico a la
empresa, exprimiendo con impuestos
casi el 90% de sus ganancias y
obviando las malas prácticas y la
corrupción, siendo significativo que
Calderón fuera secretario (ministro)
de Energía con Vicente Fox.

Según el catedrático Jiménez Espriu,
que expuso su postura en el
debate nacional en el Senado, para
la sociedad es obvio “que Pemex está
técnicamente quebrada a propósito”.
Así, gran parte de la sociedad
civil y el entorno de Andrés Manuel
López Obrador, ex candidato presidencial
por el socialdemócrata
Partido de la Revolución Democrática
(PRD) y líder del Frente
Amplio Progresista (FAP), además
de propiciar la consulta popular,
están decididos a evitar esta entrega
de Pemex “por medio de la resistencia
civil pacífica”. Ya lo hicieron
los diputados al tomar las tribunas
del Congreso en abril para
evitar la aprobación de la reforma
sin ningún debate.

Aunque algunas corrientes del
PRD sí están dispuestas a pactar
con la derecha en las instituciones,
los grupos más a la izquierda han
expresado que sí es necesaria una
reforma petrolera y energética, pero
para fortalecer a Pemex, dedicando
más recursos y modernización,
mejor gestión y control, no para
privatizarla y que ganen siempre
los mismos y pierda la sociedad.
Pemex, que es la empresa más
importante de México (aporta el
40% del presupuesto del Estado),
es codiciada por empresas como
Repsol, Exxon o Bristish Petroleum,
que presionan para que se privatice.

El Gobierno español de Zapatero ha
expresado varias veces su apoyo a
Calderón en su iniciativa privatizadora
y también Estados Unidos está
intentando meter baza, ya que necesita
suministradores fieles de crudo,
por la inestabilidad de Oriente Medio
y la oposición de Venezuela.

Otros debates

Pero el debate suscitado por la reforma
energética también ha sacado a
colación otros temas relevantes, como
pueden ser la transformación radical
del sindicato de trabajadores
del petróleo, que es ejemplo probado
de corruptelas (su líder lleva 17
años en el cargo); o ha salido a relucir
la exención de impuestos a grandes
empresas como Cemex, Coca-
Cola, Bimbo, Wal-Mart o Telmex,
entre otras corporaciones que apoyaron
la campaña electoral del PAN,
mientras Pemex paga millones.
También se ha puesto tímidamente
sobre la mesa que la era del
petróleo fácil y barato llegó a su
fin. La revista Proceso, en un artículo
titulado Contra el petróleo, exponía
esa postura que cada vez va
teniendo más eco en la sociedad:
“Habría que preguntarse si es buena
una política económica basada
en la energía fósil”, para después
añadir: “No podemos, en nombre
de las desmesuras del consumo
moderno que produce el petróleo,
contribuir a la dilapidación del capital
ecológico y cultural, cuyas
consecuencias pagarán con creces
el planeta y las futuras generaciones”.

De ahí que surjan voces que
pidan potenciar las energías alternativas
no contaminantes, el transporte
colectivo, etc.
Además, el problema de Pemex
saca a relucir injusticias: apostar por
el petróleo, además de agravar la
destrucción del planeta, significa el
despojo de tierras y represión contra
voces disidentes en esos territorios,
en pos de encontrar más yacimientos
que explotar, como se expuso
debatiendo la cuestión en la
asamblea de la sociedad civil de abajo
y a la izquierda de San Cristóbal
de Las Casas, La Otra Jovel.


Significado de Pemex

Petróleos Mexicanos
obtuvo en 2006 ingresos
superiores a 198 mil
millones de dólares,
siendo la mayor empresa
de Latinoamérica.
Fue fundada en 1938,
cuando el presidente
Lázaro Cárdenas nacionalizó
las empresas de
hidrocarburos que operaban
en el país, todas
estadounidenses, tras
un año de fuertes movilizaciones
obreras por
mejores condiciones
laborales. Desde entonces
es fundamental para
la economía del país,
además de símbolo de
independencia del pueblo
mexicano.

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