MULTINACIONALES // AMPLIACIÓN DEL ERE
Trabajo da a Telefónica un pacto a medida

Los críticos alertan que el Expediente de Regulación se ha permitido a pesar de los beneficios de la operadora, y que además servirá para trasladar departamentos en manos de subcontratas. La huelga de hambre realizada en la sede barcelonesa es uno de los pocos gritos de alarma que denuncia la precariedad laboral.

13/12/12 · 15:55
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Telefónica es otra de las grandes multinacionales que se han apuntado a la moda del Expediente de Regulación de Empleo -ERE- como vehículo ideal para recortar plantilla. El pasado mes de septiembre, Telefónica anunciaba que ampliaría en más de 300 personas el ERE presentado en abril del pasado año y que afectaba a 6.500 trabajadores de su plantilla en España, con el objetivo de implementarlo durante tres años. El recorte afecta a más de un 20% del total de sus empleados en España, mayores de 53 años y con más de 15 años de antigüedad. Todo ello con visto bueno de la ministra de Empleo, Fátima Báñez que, como contrapartida, solo ha exigido al grupo cotizado de Alierta a crear un número de puestos que representen el 7% del total del ERE. Muchos críticos aseguran que la operadora aprovechará este hueco humano para otorgar unas 600 becas con sueldos minijobs.

El escándalo por los elevados beneficios de la compañía (cerca de 10.000 millones global) “obligó” al Gobierno exigir a la compañía abonar las prestaciones por desempleo de los despedidos hasta su jubilación. Se trata de la primera vez en España que una empresa con beneficios se hará cargo de los costes de los despidos. Movistar tendrá que destinar 2.700 millones de euros (antes de impuestos) para pagar las indemnizaciones y los subsidios de desempleo (350 millones de euros). Al asumir los altos costes (estimados en unos 415.000 por empleado), la multinacional no tuvo más remedio que recortar el ERE de 8.500 a 6.500, con lo que se ahorrará otros 700 millones. La operación generará un ahorro de 1.400 millones a la compañía, aseguran fuentes consultadas. Mientras, el Gobierno se ahorra 400 millones al encargarse la operadora de las prestaciones. Con previsión, el Gobierno se blindó al establecer que si un ERE afectaba a empleados con más de 50 años, las empresas tendrían una sanción económica con destino al Tesoro Público.

Despidos encubiertos

“Son despidos encubiertos por CC.OO. y UGT”, aclara uno de los portavoces de Cobas, Enrique Mosquera: “Muchos lo han aceptado porque prefieren jubilaciones anticipadas con el 80% del salario en doce pagas que perder más adelante el trabajo”, explica. “A Telefónica no le importa asumir los costes del subsidio, ya que se ahorra más de un 15% del salario que les estaría pagando si permanecieran en el puesto”, aclara Mosquera. Su sindicato denuncia que los no acogidos al ERE podrían enfrentarse a departamentos vacíos (fruto de las subcontratas), cambios de funciones o traslados a otras provincias, “con la consiguiente inseguridad en el puesto de trabajo”, alertan. En algunas de las contratas colaboradoras de Movistar, como Cotronic, se han registrado huelgas en para protestar por su precariedad laboral.

Beneficios

Pero, ¿dónde están las pérdidas alegadas por Telefónica-Movistar? El importe neto de la cifra de negocios de Telefónica se sitúa en 46.519 millones de euros en los nueve primeros meses de 2012, con una pequeña caída interanual (-0,3%). Por regiones, sus ingresos en Latinoamérica crecen con fuerza y ya suponen el 49% de los ingresos consolidados (unos 22.570 millones), superando por primera vez los ingresos en Europa (22.512 millones), que disminuyen interanualmente un 6,4%. Si bien este lastre de los beneficios de Telefónica se produjo por tres principales razones: el impacto del ERE, ya que la compañía aprovisionó 1.871 millones para el expediente regulador; la adquisición del 50% de la brasileña Vivo (con pérdidas) y el retroceso del mercado en España. El objetivo de la compañía es cerrar el año con una deuda global de 50.000 millones.

Hay que recordar que solo hace dos años, Telefónica aumentaba sus beneficios en un 30,8%, hasta los 10.167 millones de euros, la mayor cantidad ganada en un año por una empresa española, lo que llevó a instituciones como Facua a denunciar los despidos masivos planteados. Más teniendo en cuenta que sus altos directivos cobran de media cien veces más que sus trabajadores (2,7 millones frente a 26.500). La mayor diferencia salarial entre directivos y empleados de las empresas del Ibex 35 es precisamente la de Telefónica, sostiene Facua. Consumidores en Acción recuerda que Movistar era elegida en 2010 y 2011 por los consumidores como la peor empresa del año. La institución recuerda que la marca Movistar ocupó el primer puesto de las mejores enseñas españolas de 2011, con un valor estimado de 16.887 millones de euros. La Ley de Economía Sostenible ha obligado a Telefónica a hacer público por primera vez el sueldo desglosado de los miembros de su consejo. En 2011, su presidente, César Alierta ganó 10,2 millones de euros, entre sueldo, bonus y acciones, convirtiéndose en el tercer ejecutivo mejor pagado de la bolsa española, solo por detrás del presidente de Inditex, Pablo Isla, y del consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz.

Huelga de hambre

Dentro de este mecanismo de ahorro de costes, Telefónica ha sido acusada de presionar al despido a empleados considerados incómodos. En este marco convive la actual situación que sufren algunos empleados de Telefónica Barcelona, cinco de los cuales han finalizado, después de 23 días encerrados, la huelga de hambre iniciada para forzar a la operadora a negociar mejoras de las condiciones laborales de sus empleados y reclamar la reincorporación de Marcos Armenteros, reforzados por dos sentencias judiciales que defendían la vuelta del antiguo empleado a Telefónica. La actividad sindical en Cobas de Armenteros podría ser una de las causas que ha impedido su reincorporación. “Ha servido de ejemplo de lo que pueda pasar a los que duden acogerse al ERE”, lamentan desde el sindicato, que ha pedido una reunión con la compañía, pero sin éxito. Los trabajadores no descartan nuevos huelgas u otras medidas, como encierros o entorpecer la campaña navideña. “La huelga ha generado un sentimiento de solidaridad apagada hace años”, asegura Enrique Mosquera, portavoz de los huelguistas.

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