PRECARIEDAD INSOSTENIBLE: ACCIDENTES LABORALES Y JORNADAS DE 12 HORAS
Trabajar en la Expo

La creación de empleo, junto con la sostenibilidad ambiental, ha sido uno de los baluartes para justificar la Expo que se han quedado por el camino.

04/09/08 · 0:00
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La creación de empleo fue uno de
los principales argumentos esgrimidos
para justificar la organización
de la Expo y, seguramente,
fue uno de los que más caló entre
la clase trabajadora. Incluso
se aseguró que sería un empleo
de calidad y bien remunerado.
Cuando toda la inversión ha sido
pública, se podía esperar que las
diferentes Administraciones tuviesen
interés en que el empleo
sufragado respetase unas mínimas
condiciones. Sin embargo,
la información obtenida sobre el
empleo creado muestra precisamente
lo contrario.

El trabajo generado por las
obras previas a la Expo ha seguido
la línea del empleo en el sector de
la construcción. Contratos temporales,
trabajo a destajo, horas extraordinarias
y, cómo no, un sinfín
de contratas y subcontratas en cada
obra. Condiciones sufridas por
una mano de obra, en general, poco
cualificada y, a menudo, sin
apenas posibilidad de resistencia
y reivindicación (la mitad de los
trabajadores de las obras de la Expo
han sido inmigrantes). Con estas
condiciones, no sorprende que
las obras se hayan cobrado la vida
de dos trabajadores (además hay
que añadir un tercero fallecido durante
la muestra).

Las condiciones de los trabajadores
del recinto Expo no son mucho
mejores. En primer lugar, cabe
destacar los cientos de empresas
diferentes que conviven en el
recinto, lo que acarrea un caos organizativo,
con todos los problemas
que ello genera, sobre todo en
relación a la seguridad laboral. El
caso, por desgracia, más evidente
de esto es el accidente que costó la
vida a un técnico de sonido mientras
trabajaba en un espectáculo
de la Expo. El falso techo sobre el
que transitaba no cumplía las exigencias
de seguridad mínimas y se
hundió a su paso, provocando su
caída. Una muerte evitable si se hubiera
respetado la legislación de
seguridad laboral y hubiera habido
un techo técnico con sus adecuados
pasillos de trabajo.

Jornadas de 12 horas

Cada país o Comunidad Autónoma
presente en la muestra (hay
más de 100) está gestionado por
una empresa diferente y cada una
fija sus propias condiciones de trabajo.
Las jornadas de 12 horas, las
horas extraordinarias sin pagar, la
flexibilidad horaria absoluta o los
incumplimientos de lo acordado
no son ninguna excepción. “Tengo
que trabajar un sexto día a la semana
como horas extra, y por cada
una me pagan tres euros. Si no
acepto me despiden”, cuenta una
trabajadora de la cocina de uno de
los pabellones que prefiere mantenerse
en el anonimato. El miedo al
despido se fundamenta en las represalias.

A Víctor, que empezó a
trabajar contratado por Randstad,
lo despidieron por preguntar si iba
a cobrar las horas extra. Muestra
de esta agresiva política de recursos
humanos es que una búsqueda
de empleo, ya en el mes de
agosto, en el portal de infojobs da
como resultado más de 30 empresas
diferentes con las que trabajar
en la Expo. Ante estas condiciones
numerosos trabajadores han optado
por dejar su empleo.

En el recinto de la Expo se
pueden encontrar dos oficinas
sindicales, una de Comisiones
Obreras y otra de UGT, en las
que trabajaban unos 15 técnicos
que se encargan tanto de temas
de relaciones laborales como de
prevención. “En CC OO atendemos
una media de 50 trabajadores
al día. Los sindicatos tenemos
bastante capacidad de control”,
asegura Juan Carlos, de la
oficina de CC OO. A pesar de este
control, los numerosos trabajadores
consultados explican cómo
las irregularidades y los abusos
son una constante.

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