La campaña ‘Ciudades sin fronteras’ se pone en marcha
como una propuesta abierta para aunar la denuncia y
la desobediencia contra las políticas discriminatorias.
Entre los días 23 y 25 de octubre
se celebró en el Centro
Social La Casa Invisible
de Málaga el Encuentro
Estatal por el Cierre de los
Centros de Internamiento para Extranjeros
(CIE). Cerca de 150 personas
pertenecientes a numerosas
organizaciones, llegadas de todo el
Estado y de algunas ciudades europeas,
nos encontramos para intercambiar
experiencias y, sobre todo,
discutir sobre la posibilidad de poner
en marcha una campaña conjunta
contra la creciente vulneración
de derechos que atraviesa a la
población migrante en el actual
contexto de crisis económica.
Los análisis de la situación fueron
claros y compartidos: el contexto
de crisis se presenta como un
escenario de “emergencia” que permite
un campo de legitimación para
medidas policiales y políticas de exclusión
en el acceso a derechos básicos,
que están repercutiendo con
altos niveles de violencia sobre la
población migrante: redadas masivas,
aumento de los controles de documentación
y, por ende, de las detenciones
y deportaciones, visitas
policiales a las casas donde están
empadronados inmigrantes, proliferación
de barreras administrativas
para el acceso a derechos básicos
como la educación, la sanidad y
las ayudas de emergencia, etc.
Este endurecimiento del marco
jurídico llamado a regular la inmigración,
plasmado en la nueva reforma
de la Ley de Extranjería, está
consiguiendo que el miedo sea el
principal dispositivo de gobierno y
disciplinamiento de la fuerza de trabajo
migrante: miedo a coger un
autobús, miedo a caminar por la
ciudad, miedo a presentarse en alguna
administración pública, miedo a
reclamar mejores condiciones ante
el patrón, miedo a hacer visible una
situación realmente insostenible.
Creemos que hoy resulta fundamental
una aproximación compleja
al régimen de fronteras que nos permita
apreciar los dispositivos de regulación
securitaria de la inmigración
en todas sus facetas, tanto las
más explícitas (las vallas de Ceuta y
Melilla, el sistema Frontex, los Centros
de Internamiento) como las
más imperceptibles fronteras internas
que atraviesan la vida en nuestras
ciudades (checkpoints y controles
de documentación, barreras
administrativas, políticas de inclusión
diferencial de los migrantes en
el sistema de derechos, etc.).
Ciudades sin fronteras
Es por ello que, tanto las personas y
organizaciones que participamos
en el encuentro de Málaga, como la
red de Oficinas de Derechos Sociales
(ODS), nos ponemos manos
a la obra para poner en marcha una
campaña ofensiva que bajo el lema
“Ciudades sin fronteras” pretende,
por un lado, visibilizar esta proliferación
de medidas represivas y, por
el otro, articular un amplio repertorio
de acciones de desobediencia
que nos permita conquistar espacios
de empoderamiento y libertad
en nuestros territorios.
A estas alturas resulta evidente
que, tanto a nivel europeo como estatal,
asistimos a una coyuntura
realmente dura donde existe un
pacto explícito entre los partidos
asociados a la derecha y los partidos
socialdemócratas en las formas
y técnicas de gobierno de los movimientos
migratorios. Este pacto, sumado
al vergonzoso silencio e inmovilismo
por parte de las grandes
centrales sindicales y el permanente
bombardeo de los grupos de comunicación,
hace que sea realmente
difícil, por el momento, vislumbrar
cambios sustanciales que giren
en torno a una garantía y ampliación
de derechos de los trabajadores
y las trabajadoras inmigrantes.
Es por ello que esta campaña
supone una apuesta por situar el
espacio metropolitano y el marco
municipal como espacios de conflicto
y lucha por la conquista de
derechos, una apuesta por ampliar
las alianzas apuntando a aquellos
sujetos que consideran intolerable
la violencia sistémica que atraviesa
la vida de las personas que emigraron.
Si bien gran parte de las
competencias en materia migratoria
se concentran a escala estatal
o autonómica, creemos que es posible
articular contrapoderes sociales
en el espacio municipal que
abran posibilidades de dignidad a
los sujetos que producimos y habitamos
las ciudades.
Se trata de elaborar de forma
conjunta informes sobre el racismo
institucional, las redadas y detenciones,
lanzar acciones de desobediencia
en el espacio urbano, señalizando
los dispositivos de frontera,
abriendo puntos de contacto de denuncia
de abusos y apoyo a procesos
de autoorganización, abriendo
espacios de reflexión y formación
sobre el régimen de fronteras, etc.
Hablamos de una campaña amplia,
abierta a la participación, que
nos permita, a través de una federación
laxa de enunciados y acciones,
intervenir en nuestros territorios
de modo que podamos abrir
espacios de libertad y desobediencia
(colegios, centros de salud, municipios,
plazas, barrios, etc.) ante
el actual marco jurídico y policial
que se esconde detrás de las políticas
migratorias.
Es una campaña/invitación que,
creemos, anuncia un cambio de ciclo,
en el cual todas las organizaciones
sociales y sindicatos de base,
junto a miles de personas, tendremos
que luchar, metro a metro, por
la conquista y defensa de los derechos
para todos. Vamos a ello.
LEY DE EXTRANJERÍA // LOS SOCIAL-LIBERALES SE QUEDAN SOLOS EN EL SENADO Y MANTIENEN POR UN VOTO SU ENDURECIMIENTO DE LOS CIE
_ [El PSOE impone el internamiento de 60 días en la reforma de la Ley de Extranjería->9452]
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