Los portugueses siguen acorralados por las políticas de recortes y austeridad que ordena la troika y ejecuta el conservador Pedro Passos Coelho. La última vuelta de tuerca, anunciada por el primer ministro de manera informal en una charla con periodistas, sume en la precariedad a más personas.

El 12 de diciembre, Passos Coelho dijo que reducirán las indemnizaciones por despido de los trabajadores de 20 a 12 días por año trabajado. La noticia ‘informal’ ha caído como un jarro de agua fría más sobre el ya castigado pueblo portugués. A pesar del anuncio, el Gobierno asegura que la otra posibilidad contemplada era reducir las indemnizaciones a 8 días por año, aunque finalmente serán 12, y que por tanto ésta no es tan mala noticia.

Las protestas en Portugal no cesan. El el pasado 15 de octubre, día en que el Gobierno presentó los presupuestos para 2013, los más restrictivos de la historia, más de 2.000 personas rodearon, esa misma noche, el Parlamento portugués.

Sin mejoras a la vista

Y las manifestaciones han continuado. El pasado 14 de noviembre, en la jornada de huelga europea contra los recortes, los portugueses protagonizaron un paro de 24 horas seguido ampliamente por la mayoría de los trabajadores.

El ministro de Economía, Vítor Gaspar, el conocido como hombre del Fondo Monetario Internacional en Portugal, augura para el segundo semestre de 2013 un cambio de rumbo, pero esa misma afirmación fue contundente ya para 2011 y después para 2012 como la única forma para combatir la crisis económica que azota al país.