MERCADO DE LA ENERGÍA // A PROPÓSITO DE LA OPA HOSTIL DE GAS NATURAL SOBRE ENDESA
El saqueo de bienes públicos por parte del capital financiero

La ambición de Gas Natural por hacerse
con el control de Endesa pone de nuevo
en evidencia que la producción y distribución
de energía se encuentra en el
Estado español concentrada en unos
cuantos grupos financieros: La Caixa,
BBVA y BSCH. Estos grupos controlan,
a través de participaciones accionariales
cruzadas, las empresas energéticas
transnacionales españolas como Repsol-
YPF, Endesa, Unión Fenosa o Agbar, así
como las compañías de segundo rango.

18/05/06 · 14:11
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MONOPOLY. La reciente adquisición del 22% de Unión Fenosa por parte de ACS
vuelve a poner de manifiesto el carácter oligopolístico del mercado energético.

Cuando solamente habían
pasado dos meses
desde la formación del
Gobierno del PSOE, los
socios catalanes del grupo Gas
Natural -La Caixa- plantearon a
la opinión pública “la necesidad”
de concentrar el mercado energético:
agua, gas y electricidad. En
la operación entraron el principal
grupo eléctrico, Endesa, con una
cuota de mercado del 40%; el grupo
Gas Natural, con el 80% del
mercado gasista, y el grupo Aguas
de Barcelona (Agbar), que controla
una gran cuota del ‘mercado’
del agua global.

El PSOE, en este escenario,
aporta su filosofía: dejar actuar al
mercado para ganar en competitividad.
Nada novedoso, pues en
sus anteriores 14 años de gobierno
permitió y posibilitó la concentración
del mercado gasista, privatizó
la Empresa Nacional del
Gas -Enagas-, y la vendió al nuevo
grupo creado en esos momentos:
Gas Natural. El valor de venta
resultó muy inferior al valor
real de mercado, como planteó en
el Parlamento Izquierda Unida,
pues los contratos de suministro
de gas argelino y, en menor medida,
libio, pertenecían íntegramente
a Enagas.

El grupo Gas Natural, con la
publicación en el ‘99 del Reglamento
de la Ley de Hidrocarburos
(que concretaba la apertura
del mercado energético), tuvo
que desinvertir y colocar en el
mercado hasta el 95% de sus participaciones
en Enagas (que se
convierte en gestora del sistema),
lo que le supuso un negocio redondo,
pues obtuvo unas muy generosas
plusvalías y se colocó en
una posición de privilegio respecto
a los contratos de suministro.
Suena a transferencia de bienes
públicos a manos privadas.

Creadas las condiciones políticas,
con un Gobierno central del PSOE
y el Gobierno tripartito en Catalunya,
y las condiciones financieras/
económicas, con Endesa en un
nivel de endeudamiento que la convierte
en ‘opable’, la fusión, unión o
holding de estos dos grandes
‘monstruos’, Endesa y Gas Natural,
permite al capital financiero y al capital
industrial colocarse a la altura
de gigantes como Enel y EON, que
tienen una capitalización bursátil
de 40.300 y 38.400 millones, respectivamente.

La dominación del mercado
energético nacional, sumada a
una penetración importante en el
mercado mundial de la energía,
en especial en América del Sur,
supone ganar en economía de escala
y en poder de competencia.

Los movimientos de capitales,-
que aparentemente son muy agresivos,
o mejor, muy “expresivos mediáticamente”-,
no son sino operaciones
calculadas de quien quiere
colocarse en la mejor posición. Así,
se buscan las alianzas políticofinancieras
que mejor convienen.
La Caixa domina una gran parte de
los recursos energéticos que a posteriori
son vendidos a la sociedad
como “bienes de interés general”:
es socio mayoritario en la extracción
y comercialización de petróleo
y gas a través de Repsol-YPF y Gas
Natural, interviene en el mercado
del agua por medio de Agbar y grupo
Suez y participa en todas las empresas
importantes en generación y
distribución de electricidad.

Se trata de un sistema productivista
que se basa sobre todo en la
obtención de energía de residuos
fósiles y su distribución a las poblaciones
de todo el planeta, impidiendo
la investigación, producción y
distribución de otras energías, de
nula o escasa contaminación y
siempre más respetuosas con el
medio. Un sistema que sólo tiene
en cuenta el beneficio privado repartido
en escasas familias, lo cual
genera control social y político sobre
las poblaciones. Tenemos que
decir, por simpleza de análisis, que
las necesidades sociales, ecológicas,
medioambientales, de distribución
de la riqueza social y de derechos
de pueblos y personas tienen
que desaparecer para que este entramado
funcione.

Repsol 'versus' La Caixa

La OPA hostil sobre Iberdrola, impulsada
en 2003 por La Caixa-
que entonces contaba con el
38% del grupo Gas Natural, con
cerca del 47% de Agbar y el 2,5%
directo en Endesa-, ligada a los
intereses políticos de Convergencia
i Unió (CIU), PSC y ERC, se
encontró con la oposición del otro
socio, Repsol-YPF, que contaba en
esos momentos con el 24% del
capital de Gas Natural y con el
apoyo del Partido Popular. La oposición
a dicha OPA por parte del PP
y su representante industrial, Repsol-
YPF, se materializó por medio
de un mecanismo político, la Comisión
Nacional de la Energía (CNE).
Este organismo, supuestamente
encargado de velar por la transparencia
en el juego de la libre competencia
en el sector liberalizado
de la energía, no hizo otra cosa
que apoyar a Repsol.
Las inmensas inversiones que Repsol
tuvo que realizar en la compra
de la petrolera estatal argentina
YPF en el '99 habían disparado su
deuda. La empresa quedó en un
grado muy peligroso de endeudamiento
con la crisis argentina de
2002, al 'desdolarizarse' la economía.
Repsol-YPF se vió obligada a
vender activos, entre ellos el 25%
de Gas Natural; perdió así la mayoría
de la que gozaba en dicho
grupo (45%) y quedó en una posición
de debilidad ante cualquier
movimiento del otro socio, La
Caixa, que pasó a ser mayoritario.
En esta coyuntura, la oferta pública
de acciones (OPA hostil) lanzada
por los catalanes sobre Iberdrola
era previsible.

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