EXPOLIO PESQUERO
El robo de pesca en Argentina, desde dentro

El autor, que debe permanecer anónimo por una
cláusula de su contrato, denuncia la corrupción en
los barcos que faenan en aguas argentinas.

13/09/10 · 8:00
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Corrupción y robo de pesca. Foto: Geronimo Molina.

Soy un representante del
Estado argentino que cumple
un rol parecido al de
inspector de pesca. Necesito
comunicar lo que está pasando
en la pesca porque el robo y la impunidad
llegan a límites increíbles.

En Argentina, el mar está olvidado
como fuente de producción de materias
primas. Y eso a pesar de que
las aguas argentinas tienen una extensión
de unos 360 km, que, multiplicadas
por el largo del país suponen
millones de km2. El 99% de lo
que extraen los barcos pesqueros
en estas aguas se exporta a Asia y
Europa
. El 90% de las empresas son
privadas extranjeras. No existen retenciones
u otro tipo de barrera
aduanera que deje parte de esa riqueza
en el país. Lo único que pagan
por extraer miles de toneladas
anuales de pescado es un irrisorio
derecho de pesca.

En los barcos donde he estado, he
descubierto todo tipo de infracciones
a las leyes vigentes. Aunque
usar la palabra “descubrir” sería darme
una importancia desmedida porque
no existe preocupación por
ocultar nada. He visto cómo tiran
basura al agua por no caminar diez
metros para quemarla en los incineradores,
si es que tienen. Algunos
barcos ni siquiera tienen un lugar
destinado para guardar residuos.
También tiran el aceite quemado de
los motores, gasoil, filtros, etc.
En cuanto a la pesca, el criterio es
máxima explotación con mínima
inversión
; a tal punto que no se acata
ningún tipo de restricción ni se
busca mantener el recurso. Para la
empresa eso sería pensar en un plazo
excesivamente largo: consideran
al recurso como algo no renovable,
y actúan en consecuencia.

Peces muertos sobre el agua

Este texto lo escribo desde un barco
que tiene puesto un calcetín en la
red. Es decir, a la red, que tiene una
abertura de malla determinada por
ley, se le agrega otra red con una
abertura de malla menor
. De ese
modo se impide que se escapen los
peces pequeños, en su mayoría juveniles,
de la especie objetivo. Estos
ejemplares son aprovechados en un
porcentaje mínimo, ya que las máquinas
están preparadas para pescados
más grandes. La ganancia
que se obtiene con esos pescaditos
es mínima, sobre todo porque gran
cantidad de juveniles no pueden
procesarse y se devuelven muertos
al mar, o, en el mejor de los casos,
se convierten en harina de pescado.
Legalmente se considera este proceso
producción, pero ahí se hace
desaparecer todo lo pescado de manera
ilegal.

Todos los barcos descartan cantidades
de pescado distintas a lo
declarado. Para dar algunos números,
en una marea donde se
producen 1.000 toneladas, en el
mejor de los casos se tiran 200 toneladas
de pescado que es apto para
consumo pero no satisface las
aspiraciones comerciales. Por
ejemplo, en el Centurión del
Atlántico [de la estadounidense
Seafood especializada en pasta para
surimi], se descartan la totalidad
de los tiburones y atunes. He
visto lances de 30 toneladas de tiburón
sardinero tirados al agua,
más de 200 ejemplares de 150 kilos
de promedio cada uno, o 150
toneladas de atún descartados de
una sola vez. En un barco coreano
vi tirar 12 toneladas de salmón de
mar al agua porque no era la especie
buscada. Dentro de este mundo
de reglas quebradas y vueltas a pegar
ocurren cosas insólitas, como
tirar 40 toneladas de juveniles y casi
juveniles de merluza negra al
agua porque esa marea no se pudo
chantajear al inspector de tierra.

El Estado argentino tiene todos
estos datos a su disposición.
Lo sé
porque una de mis funciones es recolectarlos,
pero como las dependencias
adonde esta información
va a parar no funcionan como autoridad
de control, es como si esos
datos no existieran.


LA CORRUPCIÓN DE LOS INSPECTORES

Los inspectores de
pesca son las personas
a las que el Estado
da un poder de
control y sanción. En
los barcos están todos
chantajeados, y desgraciadamente
el
“todos” no es una
generalización. La
impunidad es tan
grande que no hace
falta escarbar para
saber lo que cobran,
cuánto, cómo, etc.

Algunos lo toman
como motivo de orgullo,
pero en general lo
que se escucha es el
“si no lo hago yo lo va
a hacer cualquier
otro”. Reciben por dos
meses de marea entre
10 y 30.000 pesos de
sobresueldo. Ahora la
corrupción del sistema
es tal que la mayoría
de las empresas ya
tienen dentro del presupuesto
un sueldo
estipulado para el inspector
de turno.

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Corrupción y robo de pesca. Foto: Geronimo Molina.
Corrupción y robo de pesca. Foto: Geronimo Molina.
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