BOLIVIA //
Repsol pierde el 25% de sus reservas

El pasado 26 de enero, el presidente
de Repsol-YPF, Antonio Brufau,
anunciaba la reducción de un 25%
de las reservas de la compañía en
América Latina debido fundamentalmente
a los cambios legislativos
en Bolivia. Las consecuencias no se
hacían esperar y Repsol-YPF caía
en picado en la bolsa cerrando con
unas pérdidas de casi el 8%, las más
altas de su historia.

31/03/06 · 21:03
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El pasado 26 de enero, el presidente
de Repsol-YPF, Antonio Brufau,
anunciaba la reducción de un 25%
de las reservas de la compañía en
América Latina debido fundamentalmente
a los cambios legislativos
en Bolivia. Las consecuencias no se
hacían esperar y Repsol-YPF caía
en picado en la bolsa cerrando con
unas pérdidas de casi el 8%, las más
altas de su historia.

Actualmente, la situación de la legislación
boliviana al respecto es
confusa. La nueva Ley de Hidrocarburos
aprobada en mayo tras el polémico
referéndum de julio de 2004,
no se ha hecho efectiva al no aceptar
las trasnacionales afectadas las
nuevas condiciones que elevaban
las cargas impositivas del 18% al
50%. El carácter transitorio de la estancia
en el poder del ex presidente
Eduardo Rodríguez impidió, entre
otros factores, que la migración de
los contratos se hiciera efectiva.
Días antes a la toma de posesión
de Evo Morales, el ex parlamentario
y periodista, Andrés Soliz Rada,
uno de los estandartes de la lucha
por la recuperación de los recursos
naturales en el país andino, denunciaba
que Repsol-YPF había inflado
artificialmente sus reservas con fines
puramente especulativos. La
compañía española contravenía lo
expresado en la Constitución boliviana,
que en su artículo 139 subraya
que “los yacimientos de hidrocarburos
[...] son del dominio directo,
inalienable e imprescriptible del
Estado”. Los contratos con las petroleras,
declarados nulos de pleno
derecho por el Tribunal Constitucional
al no haberse visto refrendados
por el Parlamento, tienen como
objeto los recursos explotados "a
boca de pozo”, pero nunca los yacimientos,
que constitucionalmente
pertenecen al Estado.

Esta maniobra formaba parte de
un proyecto fantasma de un consorcio
formado por Repsol-YPF,
British Gas y British Petroleum que
pretendía presentar a la Bolsa de
Nueva York un plan de exportación
de gas a EE UU a través de un
puerto chileno y una planta de regasificación
en Vallarta que el presidente
de México, Vicente Fox,
autorizó a pesar de que en realidad
no iba a construirse.
A los pocos días de que Andrés
Soliz Rada declarara que estas posibles
irregularidades debían ser investigadas,
Evo Morales le nombraba
nuevo ministro de Hidrocarburos
y Repsol-YPF decidía hacer pública
la reducción de las reservas de la
compañía en América Latina.

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