Uno de los consejeros de la entidad debía dinero a la empresa familiar de los desahuciados
Récord de detenciones en el desahucio de Cajastur en Uviéu

El desahucio de una familia con una bebé de 5 meses en Uviéu (Asturies) se saldó el miércoles con varios heridos por la brutal actuación policial y con 20 detenidos.

28/06/12 · 15:00
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Un momento de la carga policial que se saldó con dos detenidos. Foto: D. M. Ripa

El escritor Paulo Coelho explicaba, en un breve relato, que pelear ante un rival que es más fuerte que tú parece a menudo una locura, lo que lleva muchas veces a apostar por una ‘retirada a tiempo’. Para él, es un error. La retirada sólo sería percibida como debilidad y el rival se agrandaría en el futuro. Los problemas con él no se reducirían, más bien al contrario. Por ello recomendaba, en ciertas ocasiones, realizar un acto de valentía, resistir a sabiendas de la derrota. Porque, aun perdiendo, se ganaría el respeto futuro, una dignidad que mejoraría la posición en próximas ocasiones.

Esa resistencia hasta la extenuación, ante un gigante financiero como Cajastur y ante decenas de fuerzas y furgones policiales desplegados durante 7 horas, es lo que sucedió este 27 de Junio en el ovetense barrio de Ciudad Naranco. Barrio que, por su parte, vivió uno de los episodios más vergonzosos de su historia. Jorge, Patricia y Amanda, la bebé de cinco meses de los anteriores, fueron expulsados de su casa 70 días después del intento policial fallido del pasado 13 de Abril, cuando activistas de Stop Desahucios y del 15M paralizaron por primera vez un desahucio en la ciudad de Uviéu. Una bebé que ahora deberá encontrar un nuevo techo tras la negativa de su banco, que antaño representó la obra social de los ahorros de las y los asturianos, a aceptar la dación en pago o un alquiler social.

Durante estos dos meses, la fuerza de Jorge y Patricia había sido un pulmón que ha revitalizado la lucha contra las ejecuciones hipotecarias en esa ciudad, anteriormente realizadas sin oposición. Jorge, en huelga de hambre desde el 19 de Junio, se encuentra desde entonces acampado frente a la sede central de Cajastur (ahora Liberbank, tras la fusión con Caja Cantabria y Caja Extremadura, que pronto se integrará también con Ibercaja y Caja3), la entidad financiera asturiana que se auto-adjudicó su vivienda por escasos 49.000 euros y que ahora le reclama más de 100.000 por la casa y los costes judiciales. Jorge desea que le reciba su presidente, Manuel Menéndez, afín al PSOE, al igual que el vicepresidente Santiago Ramón Martínez Argüelles, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Gijón, y la mayoría del Consejo de Administración (con diez miembros a propuesta de ese partido, cinco del PP y uno de IU), en el que sorprende el silencio del economista y representante de Izquierda Unida José Manuel Agüera Sirgo –partido cuyo grupo municipal en Uviéu ha realizado una rueda de prensa apoyando a la familia.

Un asedio de cinco horas de duración

Es difícil de explicar la profunda violencia que un desahucio simboliza. Pocos actos son más impactantes que la imagen de decenas de policías con el único objetivo de asegurar la expulsión de una familia indefensa de su domicilio. Para quien aún creyese que la defensa del orden público y la lucha contra el crimen eran las funciones principales de la policía, descubrir cómo se utilizan funcionarios públicos al servicio de los intereses económicos de entidades privadas será una situación impactante.

El 13 de Abril, la presencia de prensa dentro del portal fue el factor decisivo que terminó ahuyentando a la policía. En esta ocasión, la acción ha requerido de más de 10 furgones policiales y se ha saldado con varios heridos y 20 detenidos. Dos horas antes del desahucio –a las 7 de la mañana-, 4 furgones policiales (luego llegarían varios más) cortaron los accesos a ambos lados de la calle, donde al poco tiempo se concentraron más de 300 personas, entre vecinos y activistas del 15-M, que coreaban cánticos como "qué guapu ye desahuciar a una bebé" o “vergüenza, vergüenza”. La policía comenzó a intentar, sin éxito, forzar el portal de entrada a la casa, apuntalado desde el interior. El ruido de cristales rotos se hacía oir entre los manifestantes, mientras varios agentes utilizaban sus escudos a modo de ariete para derribar la puerta, en un asedio propio de las ciudades amuralladas medievales. Les tiraban cubos de agua y petardos desde el piso a desahuciar. Tras tirar la puerta casi abajo accedieron al interior del edificio.

Pero había otra sorpresa en el interior de la vivienda. 17 activistas del 15-M y Stop Desahucios se encontraban encerrados dentro de ella, separados de la policía por un muro recién tapiado. La policía requirió la presencia de los bomberos para tirar abajo ese muro. Sin embargo, varios de los ocupantes del camión de bomberos, al llegar a Ciudad Naranco se negaron a participar en el desahucio. Sólo el ‘mando’ a cargo se prestó para la operación, portando un hacha que se utilizaría posteriormente para entrar al inmueble. Los ruidos en la calle del hacha contra la puerta incrementaron la tensión del ambiente, hasta que la policía cargó en dos ocasiones contra los manifestantes del exterior (en una, uno de los policías perdió su pistola y las balas al salir persiguiendo a un manifestante). A pesar de la respuesta pacífica de éstos, las cargas se saldaron con varios heridos y 2 detenidos. Para entonces, varios vecinos se habían sumado al rechazo al desahucio con caceroladas espontáneas desde los balcones, mientras que otros se unieron a las dos concentraciones a ambos lados del cordón policial.

Finalmente, y tras casi 5 horas, la policía logró acceder al interior de la vivienda, deteniendo a los 17 activistas que se encontraban en el interior y a su propietario, Jorge Cordero [Patricia y Amanda habían salido ya durante la noche]. A raíz de las detenciones, los manifestantes se dirigieron hacia la sede central de Cajastur, que ocuparon por espacio de una hora mientras un portavoz explicaba a los clientes las causas de la protesta. Finalmente, un centenar de los activistas se concentró en la Comisaría de Uviéu para esperar a sus compañeros. Tras pasar la mañana en el calabozo, a media tarde fueron liberados, denunciando a la salida tratos vejatorios. Han sido acusados de resistencia a la autoridad, mientras que a las dos personas detenidas durante las cargas policiales se les culpa también de atentado contra la autoridad –una acusación por la que podrían sufrir penas de cárcel-, aunque los vídeos que diversos medios de comunicación han colgado sobre ese incidente muestran únicamente golpes por parte de los agentes.

El 15-M de Uviéu -y otras organizaciones como el Partido Comunista de Asturias, EQUO e IU- ha rechazado la brutalidad policial, calificándola de ‘provocadora’, y lamenta “que se utilice el dinero público para salvar a los bancos para que éstos, con el apoyo de la policía, expulsen a familias y niños de sus casas”.

El inicio de una pesadilla

La pequeña empresa de transportes que Jorge y Patricia, naturales de Ecuador, creyeron que sería su ‘sueño asturiano’, quebró en 2008, asolada por deudas de casi 100.000 euros de otros tres grandes empresarios asturianos. Su historia, la de una quiebra en cadena causada por las deudas de una empresa mayor, no es nueva, miles de autónomos han sufrido ese proceso, mientras que grandes deudores en el Estado como Díaz Ferrán se mantienen en la impunidad con deudas millonarias. Dos de estos empresarios asturianos, tras contar con sentencias firmes de culpabilidad, al igual que Jaume Roures con la cabecera web de Público, disolvieron la empresa original, declarada insolvente, y comenzaron a funcionar con otra empresa pantalla. Pero la sorpresa viene con el nombre de uno de los deudores: José Suárez Arias-Cachero “Felechosa”, exconcejal del PP y miembro de la Asamblea General de Cajastur a propuesta del Ayuntamiento de Uviéu. ¿Cómo un banco puede desahuciar a una familia cuando sus impagos son debidos a la deuda que uno de sus dirigentes tiene contraída con ellos? En esa línea se manifestaron los representantes sindicales de la Corriente Sindical de Izquierdas –mayoritario en las últimas elecciones- y de Comisiones Obreras –que leyó una carta de la familia en la pasada Asamblea General-, quienes rechazan la privatización de la entidad y solicitan una solución para las familias en riesgo de desahucio.

Ahora, con una deuda que les lastraría de por vida y sin vivienda en la que alojarse, Jorge, Patricia y Amanda se enfrentan a un dilema: ¿ha merecido la pena? En Asturias, cerca de 4.000 familias ya han sido desahuciadas en silencio. Pero Jorge, tras salir del calabozo, lo tenía muy claro: “No voy a parar mi huelga de hambre, el banco quiere que todo acabe aquí, con el desahucio y una deuda de por vida, pero no vamos a parar, hay que seguir luchando”. Agradece también la solidaridad del 15-M y Stop Desahucios que, en boca de una de sus portavoces –Natalia Rodríguez-, afirma: “No les dejaremos solos. Les seguiremos ayudando en su lucha y en la obtención de una vivienda”.

Tags relacionados: Número 177 Uviéu
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Un momento de la carga policial que se saldó con dos detenidos. Foto: D. M. Ripa
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