EE UU: LUCES Y SOMBRAS DEL PRESUPUESTO PARA 2011
El presidente global, en el siglo XXI

El autor, profesor de la Universidad de Seattle, analiza el sesgo electoralista del presupuesto para 2011 presentado por Barack Obama.

25/04/11 · 12:32
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Un presupuesto es por
definición un tema
político. Y si esto es
así en general, lo es
mucho más aún en un momento
en que el mandatario se prepara
para presentarse ante el
electorado, cosa que el presidente
Obama hará a lo largo del
actual ciclo electoral.

Obama es un político vocacionalmente
centrista que, después
de tres décadas de imparable
deslizamiento de la política
norteamericana hacia la derecha,
está sólidamente instalado
en el centro derecha. Además,
tras el batacazo electoral que
dio a los republicanos una amplia
mayoría en la Cámara de
Representantes, Obama se bate
abiertamente en retirada, procurando
en lo posible no plegarse
del todo a la única política social
que ha promovido la derecha
americana desde hace un
siglo: la reducción a un mínimo
de los gastos de reproducción
social y la privatización de todo
lo privatizable. Fue ésta la política
de Reagan hace tres décadas
y la llevó adelante Bush hijo
de forma más salvaje aún. La
de este último consistió en aumentos
masivos en materia de
armamento y seguridad, acompañados
de recortes masivos de
impuestos sobre las rentas más
elevadas. El propósito consistía
en crear déficits gigantescos para
que a la hora de la verdad, y
dado que el gasto en armamento
es una vaca sagrada, no hubiera
más remedio que recortar
asistencia social. Ese era el designio
de nuestra derecha sempiterna,
y en no escasa medida
lo está consiguiendo.

De ahí que el presidente haya
propuesto políticas que tienen
un cierto aire futurible que
a la corta costarán poco dinero
y que tienen una amplia aceptación
entre los votantes independientes
que en 2008 le
abrieron el camino a la Casa
Blanca, pero que en las parciales
de noviembre, y en plena
crisis económica, le rechazaron
en bloque.

Dentro de esa lógica, Obama
ha hecho recortes importantes
en algunos casos, pero que en
principio suponen un coste político
relativamente bajo. Hay
dos temas que han causado especial
revuelo en los medios
progresistas a ambos lados del
Atlántico:

1º: A partir de las crisis del petróleo
de los años ‘70, ha habido
en todos los presupuestos de
todas las administraciones una
partida de dinero de mayor o
menor cuantía destinada a cubrir
los gastos de calefacción de
las familias más desasistidas.
Esta dotación se ha borrado del
mapa presupuestario, y si no se
desanda lo de momento andado,
en el invierno de 2011-2012
la medida se contabilizará no
en términos presupuestarios sino
en defunciones.

2º: La reducción de las becas de
verano de los estudiantes universitarios,
en el contexto de un
aumento considerable del presupuesto
educativo en general,
y en particular del número y la
calidad de las becas. Esta medida
va acompañada de otra importantísima:
la reducción radical
de los tipos de interés de los
préstamos estudiantiles, que
eran antaño una gran bicoca de
los bancos. Visto globalmente,
el saldo en educación es bastante
positivo.

Se están imponiendo políticas
sociales regresivas de una
derecha que está enamorada
del siglo XIX. El presidente
Obama, con todas las limitaciones
que se quiera, pero aspira a
vivir en el siglo XXI. Falta saber
si la mayoría del electorado
está dispuesta a acompañarle
en el viaje.

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