EXCLUSIÓN // LA SITUACIÓN DE LAS PERSONAS SIN HOGAR
Los prejuicios frenan la integración laboral de personas sin techo

La soledad, uno de los mayores problemas que afectan a quienes viven sin hogar, se intensifica en las fechas navideñas. Varias personas en esta situación hablan sobre los obstáculos para encontrar trabajo.

10/01/08 · 0:00
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SIN TECHO. Miles de personas en las calles / Olmo Calvo

“La gente es mucho más solidaria y
caritativa en navidad, pero todo es
una gran falsedad, a mí no me engaña
nadie, cuando pasa esta época ya
todo vuelve a ser como siempre”,
critica Julián Plaza, quien conoce
en primera persona la realidad de
pasar las fiestas sin hogar.
A la hora de analizar este fenómeno,
Salvador Busquets, director
de la Fundación Arrels, dedicada a
la atención de personas sin hogar
de Barcelona, propone un cambio
que “aunque sutil, es profundo: empezar
a utilizar la expresión persona
en situación de sin hogar”. De esta
manera estamos diciendo que la
situación se puede cambiar, “estar
sin hogar es una circunstancia, un
complemento de la persona”.

En contra de los prejuicios que
existen hacia este colectivo, un estudio
publicado recientemente por
Busquets resalta varios datos que
ayudan a romper estereotipos. “Un
30% es abstemio y nunca ha consumido
drogas; pensamos que son perezosas
a la hora de buscar trabajo,
y resulta que la mitad busca una
ocupación”. En lo que se refiere al
nivel de estudios, el 13% ha recibido
una educación superior y el 64% ha
acabado la educación secundaria.
Estos días, las personas consultadas
por DIAGONAL explican que
en su lucha por conseguir un empleo
digno surgen diversos obstáculos.
La sociedad pasa por alto,
entre otras cuestiones, las dificultades
que existen para conciliar los
recursos sociales como albergues y
comedores con el nuevo puesto de
trabajo. “Los recursos tienen horarios
que no coinciden con los de la
vida laboral”, señala Juan Fuentes,
quien ha visitado multitud de albergues
durante su tiempo en la calle.
Además de que “en la mayoría de
los centros te dan un plazo de días
para quedarte”, añade Fuentes, “no
siempre puedes dejar tus pertenencias,
y eso se convierte en una dificultad
más”.

Oportunidad laboral

Felipe García, una de las siete personas
que participa en un taller
prelaboral desarrollado por la
Fundación Rais (Red de Apoyo a la
Integración Sociolaboral), asegura
que, al igual que él, “la gran mayoría
de la gente que vive en la calle
está esperando tener una oportunidad
como ésta”. Actualmente todas
tienen alojamiento estable en
piso, pensión o centro de acogida y
desde el mes de abril participan
diariamente en este espacio en el
que se reproduce un ambiente laboral
normalizado.

José Manuel, portugués que ha
vivido siete años en la calle, comenta
que esta tarea le mantiene ocupado
y mientras tanto no piensa en nada.
Insiste en que no es suficiente
con tener un piso, “venir aquí nos
ayuda a sentirnos mejor con nosotros
mismos. Yo tengo una motivación
para levantarme por las mañanas,
una obligación, y eso me hace
sentir muy bien”, asegura.
Cuando se les pregunta qué harían
ellos para ayudar a la gente a salir
de la calle coinciden en una misma
cosa: “Hace falta más dinero para
crear más alojamientos, cursos,
talleres y actividades culturales”.
Critican que a pesar de la enorme
inversión de la que hablan los políticos
(994.327 euros invertidos para
la presente campaña de frío en
Madrid), el dinero se pierde por el
camino y no llega a quien realmente
lo necesita.

Si se destinara mayor cantidad de
dinero a las organizaciones sociales
y éstas lo gestionaran bien, propone
Felipe García, se podría por ejemplo
disponer de “más pisos tutelados
y contratar a un mayor número
de profesionales, proporcionando
así una verdadera integración socio-
laboral de las personas excluidas”.
De esta manera “ganaríamos
todos”, concluye.

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